Árboles genéticamente modificados: una tecnología que expande las plantaciones de monocultivos

El Boletín de enero de 2017 se centró en las numerosas iniciativas anunciadas en todo el mundo que tendrán como resultado la expansión de millones de hectáreas de plantaciones de árboles (Boletín 228, enero de 2017). Al mismo tiempo, las industrias de las plantaciones de árboles y de la celulosa y el papel, entre otras, presionan fuertemente para que se permita el uso comercial de los árboles genéticamente modificados (transgénicos), especialmente eucaliptos y álamos. Es por ello que en esta oportunidad el editorial del Boletín del WRM advierte sobre la promoción de los árboles transgénicos.

Tal como el WRM ha señalado en numerosas ocasiones (1), los árboles transgénicos beneficiarían principalmente a las industrias de plantaciones forestales y de la celulosa y el papel. Los árboles transgénicos crecerían más rápido, con una fibra más uniforme, con menos ramas y con troncos más rectos. Esto haría que se generaran ciclos de corte y replantación más cortos y con ello aumentarían sus ganancias. Los árboles transgénicos resistentes a enfermedades le servirían a las empresas de monocultivos a gran escala, ya que sus grandes plantaciones son particularmente susceptibles a enfermedades. Por otra parte, los árboles diseñados para ser estériles crecerían más rápido puesto que estarían enfocados en el crecimiento y no en la producción de flores. Ciertas áreas no aptas para plantaciones de árboles a gran escala, como las zonas que sufren de heladas o sequías ocasionales, podrían cubrirse de eucaliptos transgénicos tolerantes a las heladas o a las sequías. Por otra parte, los árboles transgénicos con menor contenido de lignina simplificarían la transformación de la celulosa de la madera en un combustible líquido (el etanol), creando también el interés de las empresas vinculadas con la energía. Asimismo, en gran parte de la Unión Europea se está promoviendo la combustión de pellets de madera provenientes de las “plantaciones de biomasa” como “energía renovable”. Los árboles transgénicos resultarían en plantaciones de crecimiento más rápido y, por lo tanto, se argumenta que habría más biomasa en menor tiempo.

Esta es una pésima noticia para los bosques y las comunidades dependientes de los bosques. También es una pésima noticia para las comunidades que viven dentro de las plantaciones de monocultivos y alrededor de ellas, ya que los árboles transgénicos no harían más que exacerbar los impactos devastadores ya conocidos sobre la tierra, el agua, la biodiversidad, los medios de vida y las culturas. Los álamos y los eucaliptos son especies de árboles extremadamente inflamables. Cuando se plantan en sistema de monocultivo y combinados con condiciones de sequía, se crea la receta perfecta para el desastre. Un devastador incendio forestal acaba de arrasar una región de Portugal que contaba con vastas extensiones de plantaciones de eucalipto. El fuego cobró la vida de más de 60 personas. En Chile, el fuego que asoló a principios de 2017 hizo arder más de 600 mil hectáreas junto con aldeas enteras y medios de subsistencia de la gente. Estos fuegos serán más frecuentes e intensos si se expanden las superficies plantadas con monocultivos de árboles.

En junio de este año se realizó en Chile la Conferencia de Biotecnología de Árboles de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO). El objetivo de la Conferencia era presentar los últimos avances y desarrollos en materia de biotecnología forestal. La Conferencia bienal de la IUFRO ofrece una plataforma que facilita el vínculo entre las empresas biotecnológicas forestales, las empresas de monocultivos y los centros universitarios de biotecnología, trabajando mano a mano para impulsar la tecnología de los árboles genéticamente modificados o transgénicos.

Este año, la Conferencia, organizada por la Universidad de Concepción, se realizó en la región del Bío Bío, que sufrió a principios de 2017 uno de los peores incendios forestales de la historia del país. Una de las mayores extensiones de plantaciones de monocultivos del país está concentrada en esta región. La industria de las plantaciones de árboles, principalmente de eucaliptos y pinos, ha sido fuertemente criticada por aumentar la probabilidad y gravedad de los incendios que hicieron arder comunidades enteras. Como se señala en un comunicado de prensa de la Campaña Alto a los Árboles Transgénicos, el hecho de que la Conferencia IUFRO estuviera en la misma región que los trágicos incendios “fue una cachetada para quienes lo perdieron todo”. (2)

Una mirada a los patrocinadores de la Conferencia revela los intereses en juego en estos eventos. Algunos son:

* FuturaGene: filial de la empresa de celulosa y papel Suzano, la cual controla casi 900 mil hectáreas de tierra en Brasil. En 2015, una solicitud de FuturaGene para el uso comercial de eucaliptos transgénicos fue aprobada en Brasil, a pesar de fuertes resistencias locales, nacionales e internacionales así como de la evidencia de que los árboles de eucalipto modificados genéticamente intensifican los impactos de las plantaciones industriales. Esta fue la primera aprobación para el uso comercial de árboles transgénicos en América Latina. (Más información en un artículo del Boletín 213, mayo de 2015)

* ArborGen: una empresa estadounidense que trabaja en la investigación y desarrollo biotecnológico de productos de plántulas de árboles. En 2015, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos autorizó a esta compañía la venta de un pino loblolly transgénico con mayor densidad de madera (3).  Actualmente, la empresa aspira a la aprobación de un eucalipto transgénico resistente a las heladas, con la intención de cultivar grandes plantaciones en el sur de Estados Unidos. El Servicio Forestal de Estados Unidos tiene conocimiento de que esta especie absorbe un 20 por ciento más de agua que las especies de árboles nativos, y también que es altamente inflamable. (Más información en un artículo del Boletín 206, septiembre de 2016)

* Grupo Arauco: una de las cinco mayores empresas de plantaciones industriales de árboles del mundo. Tiene fábricas de celulosa en Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Estados Unidos y Canadá, y presencia comercial en más de 80 países. En Chile, Forestal Arauco es uno de los principales grupos económicos del país y posee vastas extensiones de plantaciones de árboles. Entre 2004 y 2007, las Universidades de Concepción y de Andrés Bello realizaron experimentos para Forestal Arauco con eucaliptos transgénicos con tolerancia a las heladas. (Más información en un artículo del Boletín 212, abril de 2015)

A pesar de los esfuerzos de las empresas y los gobiernos por usar la tecnología de la modificación genética para prácticas de monocultivos de árboles, las comunidades directamente afectadas por estas plantaciones continúan oponiéndose a lo que significa la intensificación y expansión de una industria destructiva.

Las comunidades tradicionales e indígenas mapuches de Chile, junto con grupos nacionales e internacionales, se opusieron a la Conferencia de la IUFRO y denunciaron que los árboles transgénicos profundizarán las ya nocivas consecuencias de las plantaciones industriales de árboles. Además, varios grupos en Estados Unidos se están organizando para evitar que ArborGen reciba la aprobación para liberar comercialmente los árboles de eucalipto transgénico resistentes a las heladas. Puedes apoyar esta lucha firmando aquí.

¡Es hora de detener la expansión de las plantaciones de monocultivos!

  1. http://wrm.org.uy/es/listado-por-temas/plantaciones-de-arboles/arboles-geneticamente-modificados/
  2. http://wrm.org.uy/es/entrada_destacada/declaracion-de-la-campana-internacional-alto-a-los-arboles-transgenicos/
  3. http://www.mintpressnews.com/usda-moving-toward-less-oversight-regulation-regarding-new-ge-trees/202163/
  4. http://www.arauco.cl/informacion.asp?idq=626&parent=625&idioma=21