Las mujeres y la creciente mercantilización

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Actualmente, muchas grandes empresas dedican algún espacio o tienen alguna línea de acción para enfatizar la igualdad de oportunidades ofrecidas a las mujeres. Son empresas que se preocupan por mostrar la importancia que dan al hecho de incorporar a las mujeres en las estrategias empresariales. Dicha preocupación parece ser una posición políticamente correcta en tiempos en que aumentan, afortunadamente, en muchos países, las políticas específicas para las mujeres, con el fin de reducir la desigualdad histórica. Aún así, está lejos de estar resuelta; por ejemplo, hay estudios que comprueban que en relación a los empleos formales, las mujeres siguen teniendo salarios significativamente menores que los de los hombres, aunque cumplan las mismas tareas. También sigue siendo difícil encontrar mujeres en los cargos empresariales más altos.

Además, el sistema capitalista y neoliberal, cuyos mayores íconos son las grandes empresas, transforma, cada vez más, todo lo que existe en la tierra en mercadería, incluso a las mujeres. Basta ver los comerciales de televisión en las cadenas de empresas privadas que configuran los llamados grandes medios de comunicación. Y qué decir de las grandes empresas, que a pesar de tener alguna política específica para las mujeres empleadas, siguen apropiándose, aceleradamente, de tierras y bosques con el objetivo de explotar más minas, petróleo, plantaciones de árboles y ríos para instalar grandes hidroeléctricas. Dichas empresas siempre provocan grandes impactos en la vida de las comunidades y, sobretodo, en la vida de las mujeres. Esto ocurre porque las mujeres dependen específica y profundamente de los bosques, de los ríos – es lo que varios artículos de este boletín buscan mostrar. La entrada de proyectos destructivos en sus territorios cambia radicalmente sus vidas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, sus historias no surgen a la luz, a no ser que alguien se disponga o tenga sensibilidad para escuchar y registrar lo que ellas tienen para decir.

Además de estos relatos hay un impacto que es aún menos visible pero que debe ser conocido y denunciado: la explotación sexual de las mujeres en los grandes emprendimientos como las mega hidroeléctricas en la Amazonía. Esas represas no solo representan una violación a los miles de hectáreas de bosque que quedan debajo del agua. Su construcción también representa violaciones y agresiones para las mujeres que, por falta de opción, se ven obligadas a poner sus cuerpos a disposición de los miles de trabajadores que trabajan día y noche en la construcción de las obras y que también son objeto de explotación. Todo intento, por parte de las mujeres, de salir o huir de la situación o de denunciar los abusos resulta muy difícil, pues suelen obligarlas o amenazarlas para que no lo hagan. Las mujeres que son sometidas a la fuerza a estas condiciones pierden su libertad completamente.

Ofrecer igualdad de oportunidades de empleo en las empresas es algo importante, pero la lógica de actuación del sistema capitalista no busca la igualdad. El sistema capitalista, en su expansión, por ejemplo, sobre los bosques tropicales con sus grandes emprendimientos y proyectos, busca y logra beneficiar a unos pocos, y en detrimento de muchos otros, sobretodo de las mujeres. Es por ello que este sistema termina reforzando el sistema patriarcal. Las consecuencias para las mujeres son mayor empobrecimiento, más desigualdad y menos libertad.

Pero la historia no es solo de pérdidas e impactos negativos. Las mujeres reaccionan y eso debe ser mostrado también; es lo que nos anima a producir este boletín de marzo para celebrar el día 8 de marzo. Son historias de lucha de las mujeres por la libertad y por la justicia, defendiendo sus territorios y sus bosques con una fuerza increíble. Desde Latinoamérica, pasando por África y Asia, las mujeres, cada vez más, hablan, se organizan y atestiguan lo que ocurre en sus comunidades con sus bosques, y hacen sus reivindicaciones.

Siempre buscamos reforzar su papel en las luchas, que consideramos de suma importancia, porque solo así dichas luchas se vuelven una lucha de todas y todos. Es con mucha satisfacción que esta 200ª edición del boletín del WRM se dedica a la lucha de las mujeres.