Brasil: Compra de tierras con títulos fraudulentos - usurpación para expansión celulósica

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El atropello y despojo que al principio llevó a cabo una banda de forajidos y matones, continuó en la década de 1990 con la llegada de la empresa forestal Veracruz Florestal, iniciadora del negocio de la hoy Veracel Celulose. En agosto de 1994, los hermanos Geraldo y Dedé vieron sus tierras “confiscadas” a la fuerza. Aprovechando que se habían ido a la ciudad de Eunápolis dejando a dos trabajadores al cuidado de sus cultivos y animales, hombres armados y encapuchados de la empresa Veracruz irrumpieron violentamente al lugar y expulsaron a los hombres. Al regresar, los hermanos encontraron una escena desoladora: su casa y plantíos semidestruidos, sus objetos desparramados por el lugar, sus animales muertos.

En los días subsiguientes los hermanos trataron infructuosamente de hablar con los directivos de la empresa. Luego intentaron regresar a sus tierras, pero hombres armados bloqueaban todos los accesos. Probaron la vía judicial, pero eso tampoco dio resultado.
Ésta es tan solo una más de los cientos de historias de invasiones, destrucción de bienes y hasta asesinatos de campesinos sin titulación, registradas desde hace más de 20 años en las comisarías policiales de varias ciudades de la región. No obstante, todos esos crímenes nunca se transformaron siquiera en procesos judiciales.

Es que no se trató de actos individuales sino de un accionar organizado de grandes empresas que estuvieron directa o indirectamente involucradas, como inicialmente Indústrias Cabrália S/A, Florestas Nipo Brasileiras, Flonibra, que, durante muchos años compraron tierras con esa procedencia, o Brasil Holanda de Indústria S/A (Bralanda), una multinacional maderera holandesa con un profuso historial de invasiones de tierras, actos de violencia y asesinatos, que expulsó a más de un centenar de pequeños campesinos ocupantes de tierras en Vale Verde, Municipio de Porto Seguro.

La compra de tierras mediante títulos fraudulentos (grilagem) fue incentivada cuando se incluyeron nuevas zonas del extremo sur bahiano para la expansión de los negocios de la celulosa. Se crearon dos polos forestales, uno en el Extremo Sur y otro en el Litoral Norte, que contaron con la inversión inicial de la Compañía Vale do Rio Doce (CVRD), asociada a la empresa Japan Brazil Pulp Resources Deveolpment Co. (JBP). Ambas empresas crearon la compañía Flonibra, que también adquirió a Indústrias Cabrália miles de hectáreas de tierras con títulos fraudulentos (terras griladas).

Durante todo el proceso de invasión de tierras, Flonibra deforestó extensas superficies para la explotación de madera, que comercializó para Japón y países de Europa.

El embate final, a partir de la década de 1980, lo hizo la empresa Bahia Sul Celulose, en el municipio de Mucuri, y al inicio de la década siguiente, en la microrregión de Eunápolis, el Grupo Odebrecht estableció Veracruz Florestal, embrión de VeracelCelulose.

Movimientos sociales, la ONG Cepedes – con sede en Eunápolis – y el propio Ministerio Público, denunciaron a esta empresa por haber ocupado ilegalmente miles de hectáreas de tierras públicas y haber adquirido propiedades con títulos fraudulentos.

Actualmente, transformado en polo industrial celulósico, el extremo sur bahiano es un inmenso eucaliptal. La implantación de ese proyecto de “desarrollo” ha dejado un inmenso pasivo socioambiental, victimizando a centenares de familias que hoy viven en la periferia de las ciudades de la región, sin perspectivas de vida y sin la mínima chance de volver a las tierras de las que fueron expulsadas.

Pero, hace unos dos años, los hermanos Geraldo y Derolino volvieron a ocupar una parte de las tierras en las que vivieron. Como respuesta, Veracel envió a dos funcionarios a visitar el lugar, quienes reconocieron que ese espacio no pertenece a la empresa.
"Aquí viví parte de mi vida, y aquí me quedaré por el resto de ella", dijo Geraldo, quien con su hermano construyó entre los eucaliptos una casa de barro e instaló plantíos que ya dieron sus primeras cosechas y le devolvieron la felicidad de plantar y cosechar.

Esta buena noticia de la recuperación de sus tierras por parte de los dos hermanos campesinos va acompañada de otra: el pasado 20 de noviembre, el Ministerio Público Federal de São Mateus, Espíritu Santo, inició una acción legal contra la empresa Fibria S/A (antigua Aracruz Celulose), el Estado de Espítu Santo y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) pidiendo la anulación de los títulos sobre tierras públicas concedidas por el gobierno a Aracruz Celulose, por haberse tratado de un proceso fraudulento en el que Fibria (ex Aracruz) utilizó a sus proprios trabajadores para firmar declaraciones en las que se hicieron pasar por agricultores para poder comprar y legalizar tierras públicas que inmediatamente pasaron a manos de la empresa.

Además de devolver a la propiedad pública obtenida mediante la ocupación ilegal de tierras, el Ministerio Público quiere que, una vez demostrada la tenencia tradicional de estas tierras por comunidades quilombolas, se haga la titulación a favor delas comunidades de San Mateo y Conceição da Barra. Por otra parte, a cuenta de la privación del derecho de ocupación de esas tierras por las comunidades quilombolas, el Ministerio pide a Fibria una reparación por daños colectivos por valor de un millón de reales (equivalentes a uno 430.000 dólares).

La accióntambién busca que,por un plazo de 30días, se suspenda cualquier tipo de financiamiento del BNDES a Fibria con destino al establecimiento de plantaciones de eucalipto y producción de celulosa en las tierras en cuestión.

Basado en el artículo “Grilagem terceirizada”, del periodista Teoney Araújo Guerra, y en el comunicado de prensa de la Procuraduría de la República en Espíritu Santo “MPF/ES entra com ação contra antiga Aracruz Celulose por grilagem de terras públicas”, publicado en EcoDebate, http://www.ecodebate.com.br/2013/12/06/mpfes-entra-com-acao-contra-antiga-aracruz-celulose-por-grilagem-de-terras-publicas/