Brasil: Proyecto demostrativo de carbono forestal en la reserva extractivista Tapajós-Arapiuns

 

El mercado de créditos de carbono es un mecanismo de la llamada “economía verde” que se discute en Brasil desde hace aproximadamente una década. Son muchas las preocupaciones, discusiones y entendimientos involucrados en este tema. Actualmente, gobiernos y empresas ven en ese mecanismo la posibilidad de un retorno financiero. Por otro lado, entre las preocupaciones que surgen en los pueblos tradicionales están la pérdida de los derechos y la inseguridad territorial a las que pueden ser expuestos. Siguiendo esta lógica, líderes y comunidades de la Reserva Extractivista (RESEX) Tapajós Arapiuns, junto con los movimientos sociales de la ciudad más cercana, Santarém, estado de Pará, de la región amazónica de Brasil, discreparon con el proyecto demostrativo de carbono forestal propuesto por el ICMBio, órgano del gobierno responsable de la gestión de las Unidades de Conservación, incluyendo a esta RESEX. RESEX es una de las categorías de las Unidades de Conservación que permite el uso sustentable de los bosques por los pueblos que en ellos residen y que de ellos dependen.

El proyecto de créditos de carbono para la RESEX Tapajós Arapiuns surgió por primera vez en julio de 2014, en una reunión del Consejo Deliberativo de la Unidad de Conservación, y luego el tema se abordó nuevamente en las reuniones de dicho Consejo. A pesar de esto, una buena parte de la población de la RESEX comenzó a enterarse de esta discusión a principios de 2015, a partir de la preocupación de algunos consejeros debido a la falta de entendimiento y a la complejidad del tema. Estos solicitaron mayor aclaración del tema según consta en el acta de reunión del consejo realizada en la Comunidad Vila Franca. La información que se tenía en ese momento era que ICMBio tenía la intención de desarrollar un proyecto piloto denominado “Carbono Forestal” en esta RESEX.

Por esta razón, la comunidad de Surucuá realizó un taller el 28 de marzo de 2015 para entender sobre las metodologías de los proyectos de REDD. El taller fue organizado por los líderes de la comunidad que estaban preocupados en entender sobre el tema. Participaron también los pobladores de Pajurá, Paricatuba, Vila de Amorim, Muratuba, Aldeia São Pedro, Retiro y Mangal. Integrantes de movimientos sociales de la ciudad de Santarém también participaron, ayudando en la discusión con información. En ese encuentro, los comunitarios señalaron algunas necesidades y demandas para la ampliación de esta discusión entre los demás pobladores de la RESEX. Entre ellas figuraba el solicitar la realización de otros talleres con el mismo contenido en otras comunidades, solicitar la participación e involucramiento del Directorio de la Organización de las Asociaciones de la reserva extractivista Tapajós-Arapiuns (TAPAJOARA) en estos encuentros y establecer estrategias para garantizar la participación de los pobladores de la RESEX en un proceso transparente de consultas públicas.

Luego, el Sindicato de los Trabajadores Rurales, Agricultores y Agricultoras Familiares (STTR) de Santarém realizó un taller el 08 de junio de 2015 con los principales líderes de la RESEX para aclarar dudas. El taller fue coordinado a través de la Federación de Órganos para la Asistencia Social y Educacional - FASE Amazonia - y la Profesora Marcela Vecchione, del grupo “Carta de Belém”, con apoyo de la Organización de Derechos Humanos – Terra de Direitos. En esa oportunidad se aclararon las principales dudas que existían entre los habitantes de la RESEX. En el mismo encuentro, el representante de la comunidad indígena Aningalzinho le entregó al Presidente del STTR de Santarém un documento firmado que establecía que la comunidad no estaba de acuerdo con el proyecto de carbono forestal para la RESEX.

A partir de ahí se creó un grupo alternativo de discusiones para contraponer la propuesta. El grupo se formó con representantes de STTR-Santarém, Terra de Direitos, FASE, Pastorales Sociales, Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), TAPAJOARA, Consejo Nacional de las Poblaciones Extractivistas (CNS), Centro de Apoyo a Proyectos de Acción Comunitaria (CEAPAC) y Líderes de la RESEX. Paralelo a esto, el movimiento indígena también discutía el tema bajo la misma óptica y con gran preocupación, ya que en ese momento habían recibido noticias y alertas sobre otros proyectos ya implementados en tierras indígenas que presentaron algunos desafíos en relación a la autonomía de estos pueblos.

El 04 de agosto de 2015, el ICMBio realizó una reunión para la cual llamó a todas las organizaciones del grupo, las organizaciones con actuación en la RESEX, y al Ministerio Público Federal (MPF). El MPF sugirió que se recomenzaran las discusiones con una fuerte participación de los pobladores de la RESEX y todos estuvieron de acuerdo. En la reunión se destacó la necesidad de que el proyecto cumpliera con todos los protocolos internacionales previstos, que respetara los derechos constitucionales, estatutarios y consuetudinarios asociados a la propiedad de tierras, la designación oficial en tierras ocupadas, la representación de comunidades locales y al uso de recursos naturales de pueblos indígenas y pequeños propietarios, además del cumplimiento pleno de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas y de la Convención nº 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

El 11 del mismo mes (agosto) se realizó una reunión en la sede del STTR en Santarém, coordinada por ICMBio y la empresa responsable por la elaboración del proyecto, Biofílica, una empresa brasileña, que según su página web “está orientada a la comercialización de los servicios ambientales”. La estrategia era convencer a los participantes sobre la necesidad de implementar el proyecto para viabilizar financieramente la implementación de programas y subprogramas del Plan de Manejo de la RESEX.

El 13 de agosto el movimiento indígena ocupó la sede del ICMBio en Santarém con varias reivindicaciones, siendo la principal de ellas la cancelación del proyecto de carbono. Como resultado inmediato de este movimiento y después de muchas negociaciones, ICMBio Nacional suspendió temporalmente las discusiones hasta que se realizaran nuevas aclaraciones. Actualmente, los movimientos siguen movilizados y discrepando con la implantación del proyecto, por considerar que proyectos de este tipo no están orientados a la efectiva solución de la crisis ambiental mundial y porque hieren la autonomía y seguridad territorial de las comunidades tradicionales que habitan y coexisten en armonía con los lugares más preservados del planeta. Asimismo, señalan que otra forma de desarrollo humano es posible, fuera de la óptica mercadológica y financiera.

Mayá Regina Müller Schwade, mayaschwade@gmail.com

Guillermo Antonio Cardona Grisales, gcardonasj.mao@gmail.com

Angelo Ricardo Sousa Chaves, achaves.natural@gmail.com