El apoyo de la UE a los combustibles derivados de la madera para ‘bioenergía’ alienta la destrucción de los bosques y el acaparamiento de tierras

 

 

Ya en 2009, la Unión Europea (UE) acordó el objetivo de que para 2020, el 20% de la energía fuera de origen renovable. Se espera cumplir gran parte del objetivo a partir de la combustión de biomasa, principalmente de madera (1). En gran parte de Europa se está promoviendo la quema de madera para calefacción y electricidad. En consecuencia, la demanda de madera por parte de la UE – ya insustentablemente alta – ha comenzado a crecer de manera sustancial. Las presiones sobre los bosques europeos van en aumento. En Alemania, por ejemplo, más de 15 millones de hogares han instalado estufas a leña. Esto ha provocado un aumento de los índices de tala y métodos de explotación forestal más destructivos. Incluso se están cortando las grandes hayas para alimentar las estufas, y bosques biodiversos que no habían sido cortados antes, están siendo abatidos. En Alemania, la mayor parte de la producción de madera ahora se quema (2).

Otros países europeos promueven principalmente la combustión de leña en las centrales eléctricas. Entre ellos está el Reino Unido, que se calcula que en 2014 quemará 5 millones de toneladas de pellets madereros elaborados a partir de 10 millones de toneladas de madera – mucho más que cualquier otro país europeo, y más o menos equivalente a la totalidad de la producción anual de madera en el Reino Unido.

Los bosques en Europa están lejos de ser los únicos afectados por el apoyo de la UE y los estados miembros a la ‘bioenergía’ a partir de la madera. La demanda de pellets de madera por parte de la UE es ahora muy superior a su propia producción de pellets. Como resultado, el año pasado, la UE importó más de 6 millones de toneladas de pellets, la gran mayoría de ellos procedentes de Estados Unidos y el sur de Canadá. Por cada tonelada de pellets madereros se necesitan dos toneladas de madera.

La producción de pellets en el sur de Estados Unidos se ha triplicado en sólo dos años, y cada vez se anuncian y construyen más fábricas de pellets (3). Los impactos son devastadores. Las fábricas de pellets se concentran cerca de la costa atlántica, donde se encuentran los remanentes de algunos de los bosques templados y ecosistemas de agua dulce con mayor biodiversidad del planeta (4). Estos ecosistemas albergan miles de especies, muchas de ellas endémicas de la región, que son vitales para la regulación de los sistemas de agua dulce, en una región cada vez más afectada por las sequías. El 90% de la cubierta boscosa original de la región ya ha sido degradada o destruida, y muchos de esos bosques convertidos en plantaciones de monocultivos de pino para la producción de papel.

Cuando estalló el auge de la biomasa en la UE, alrededor de 2010, se esperaba que las futuras importaciones provendrían cada vez más de América del Sur y África. Sin embargo, como lo revela un informe de Biofuelwatch, esto no ha sucedido (5). En 2010 parecía lógico suponer que las empresas energéticas europeas buscarían madera barata de plantaciones de eucalipto de rápido crecimiento. De hecho, hubo una avalancha de anuncios de inversión y, como se demuestra en el artículo sobre la compañía brasileña de plantaciones de eucalipto Suzano, en Maranhão, Brasil, las plantaciones de árboles se expandieron con el objetivo declarado de producir pellets y/o astillas de madera para las centrales eléctricas de la UE (6). Sin embargo, lo que se necesitaría para establecer nuevas rutas comerciales para la ‘bioenergía’ derivada de la madera son inversiones en plantas de pellets, en conexiones de transporte a los puertos y en instalaciones portuarias y navieras – y prácticamente nada de eso ha sucedido hasta ahora en los países del Sur (7). Sudáfrica es el único país africano donde se han construido fábricas de pellets – por lo menos tres – y se empezó a exportar a la UE. Pero ahora todas se cerraron por no ser económicamente viables. Ningún país del Sur, al parecer, puede competir con la industria de pellets de América del Norte a una escala significativa.

¿Significa esto que los bosques y las comunidades en el Sur global están en gran medida a salvo de las políticas de la UE con relación a la biomasa? Desafortunadamente, no. En primer lugar, gran parte de la madera extraída de los bosques en Europa que se está quemando, y es probable que también parte de la madera importada de América del Norte que se convierte en pellets, hubiera sido utilizada por diferentes industrias. Esas industrias tendrán que buscar madera en otros lados. A medida que aumenta la demanda mundial de madera, también lo hacen las presiones sobre los bosques y otras tierras, que se convierten en plantaciones de monocultivos de árboles. En segundo lugar, las empresas están citando la demanda de biomasa de la UE para justificar y atraer inversiones hacia el acaparamiento de tierras. En 2010, Suzano bien pudo haber creído que era viable producir pellets en Brasil y venderlos en el Reino Unido, pero los argumentos de otros acaparadores de tierras parecen menos genuinos.

Green Resources es dueño de la mayor plantación de árboles de África. Recientemente, la compañía se fusionó con el Fondo Forestal de Solidaridad Global (Global Solidarity Forest Fund) y ahora cuenta con más de 40.000 hectáreas de plantaciones en Mozambique, Tanzania y Uganda, con graves y bien documentados impactos en las comunidades locales y el ambiente (8). En la página web de Green Resources se presentan argumentos sobre el potencial de producción de pellets de madera para la UE – sin embargo, no se han publicado planes para invertir en fábricas de pellets y es posible que las referencias a un ‘prometedor’ nuevo mercado tengan simplemente el objetivo de atraer más fondos.

Otra empresa, Miro Forestry, parece haber obtenido financiamiento a través de un fondo de inversión alemán. Anunció que habían firmado un acuerdo de cooperación para llevar a cabo un negocio panafricano de biomasa de astillas de madera que suministraría a la UE, así como a mercados internos (9). Sin embargo, no se encontró nada en su página web, ni en la de sus supuestos socios, que respaldara esta afirmación, y no hay indicios de que se esté construyendo la infraestructura para la producción y exportación de las astillas. La compañía Miro afirma que ha obtenido contratos de arrendamiento a largo plazo para más de 12.000 hectáreas de tierra en Ghana y Sierra Leona. Hasta ahora han plantado más de 1.000 hectáreas, en su mayoría con eucalipto (10).

Un muy claro ejemplo de una empresa europea que justifica el acaparamiento de tierras con argumentos poco creíbles acerca de la energía a partir de biomasa es el de African Plantations for Sustainable Developments (APSD) – aunque no hace referencia a potenciales exportaciones. APSD propone el establecimiento de plantaciones para generar 600 MW de electricidad a partir de la combustión de madera en nuevas centrales de energía en Ghana. Esto superaría la capacidad de biomasa en el Reino Unido y requeriría una inversión multimillonaria (11). Mientras que sus anuncios de mercadeo parecen un engaño, las actividades de acaparamiento de tierras de APSD son las más grandes del país, según lo indica Land Matrix, una iniciativa independiente de monitoreo de la tierra. En abril de 2014, un servicio de noticias de Ghana informó que unos 2.000 habitantes locales estaban siendo desplazados por APSD en la región de Brong Ahafo, y que el diputado local advirtió que corrían riesgo la producción de alimentos y la seguridad alimentaria de la región.

Existe un precedente de las políticas de biocombustibles de la UE: Según la ONG ActionAid, en 2013 los inversores europeos habían acaparado 6 millones de hectáreas de tierra en África, con el objetivo declarado de producir biocombustibles para exportación. Sin embargo, la UE prácticamente no importa ningún biocombustible de África. En cambio, el mero bombo publicitario y las expectativas sobre tales ‘posibilidades’ han alimentado uno de los mayores acaparamientos de tierras en todo el mundo. Algo similar podría ocurrir ahora como resultado de las nefastas y erradas políticas de biomasa de la UE.

 

Almuth Ernsting, Biofuelwatch, Reino Unido

(1) http://www.ieep.eu/assets/753/bioenergy_in_NREAPs.pdf

(2) http://www.forumue.de/fileadmin/_temp_/FORUM_Rundbrief0413_web_01.pdf

(3) http://biomassmagazine.com/articles/10311/north-american-wood-pellet-exports-to-europe-double-in-2-years

(4) http://www.dogwoodalliance.org/southern-forests/coastal-forests/

(5) http://www.biofuelwatch.org.uk/2014/biomass-landgrabbing-report/

(6) http://wrm.org.uy/es/libros-e-informes/eucalyptus-plantations-for-energy-a-case-study-of-suzanos-plantations-for-wood-pellet-exports-in-the-baixo-parnaiba-region-maranhao-brazil/

(7) Tener en cuenta que Biofuelwatch sólo ha analizado las posibles importaciones a la Unión Europea. Se han reportado inversiones de Corea del Sur en plantaciones de árboles en el sudeste asiático con el declarado propósito de producir pellets madereros, posiblemente para exportación a Corea del Sur, pero todavía no existen estudios del comercio inter-asiático de biomasa.

(8) http://timberwatch.org/uploads/TW%20Tanzania%20CDM%20plantations%20report%20low%20res%20(1).pdf, http://wrm.org.uy/articles-from-the-wrm-bulletin/section2/mozambique-more-denunciations-against-chikweti-a-company-financed-by-a-nordic-solidarity-fund/

(9) http://users5.nofeehost.com/pharos/12_01_2012.pdf

(10) http://www.finnfund.fi/ajankohtaista/uutiset14/fi_FI/miro_forestry_company_finnfund/

(11) http://www.hbs.edu/environment/mission-and-impact/Pages/profile-details.aspx?profile=elorentzen