Energías AlteRAtivas: cuando la ‘única alternativa’ es la transformación integral

En comunidades de frontera entre Ecuador y Colombia que viven bajo la influencia del conflicto armado, de la producción de monocultivo de naranjilla (fruta típica de esta región de América Latina) infestada de agrotóxicos y/o de la actividad petrolera y, por tanto, en medio de la contaminación, el tejido social ha sido mermado hasta situaciones límites. En Ecuador, en los últimos 10 años, se han suicidado 8.688 personas, la mayoría jóvenes, sobre todo mujeres y con más frecuencia en ambientes rurales. No obstante, se calcula que por cada suicidio consumado hay otros 4 que no han sido registrados como tales y 20 personas que lo han intentado. La pobreza, creada como recurso de dominación, ha espantado a millares de familias cuyos sueños dejaron de soñarse.

Por eso podríamos preguntarnos ¿Cual es la energía-alegría que ronda en las comunidades campesinas e indígenas, cuando sus miembros desean apagar la luz de sus vidas? ¿Y la de aquellas en las que ya no quieren dar más a luz?

La Clínica Ambiental

En el año 2006, tras ver cómo los dibujos de los niños y niñas afectados por la violencia del conflicto colombiano pasaban del color al blanco y negro, y pintaban rostros sin ojos, sin orejas y sin bocas, como quien no quiere ver, ni oír ni hablar, decidimos crear un espacio donde el objetivo fuera la Reparación del tejido social desde la alegría y el arte, la recuperación de vínculos familiares y con la naturaleza a través del afecto y la reconstrucción de la persona desde la formación. Así, en el 2008, surge lo que denominamos Clínica Ambiental. Le llamamos clínica, que en griego significa 'cama', porque es la naturaleza enferma la que hay que recuperar para mantener la salud de la población. Es un espacio de debate donde profesionales de diferentes disciplinas abordan los problemas que la población presenta, al estilo de las Clínicas de DDHH que hay en algunas facultades de derecho, pero con carácter multidisciplinario.

Entre sus trabajos, la Clínica ha realizado estudios comunitarios junto con las y los afectados que han permitido conocer las cadenas de agresión a las comunidades. En Pimampiro-Loma de Tigre, por ejemplo, se pudo apreciar claramente cómo detrás de las diversas enfermedades que acechaban a las comunidades, había una clara multiexposición a la pobreza, a la violencia, a la tristeza y al miedo. Éstas a su vez, tenían detrás la construcción de privilegios para unos pocos otorgados por las empresas petroleras, los cuales partían del despojo y destrucción del tejido social y, paralelamente, de la autoestima, de la solidaridad que tenía el tejido social y de aquellos valores y principios que habían dado cohesión comunitaria. Pero lo que quedó más esclarecido fue como todo este proceso iniciaba con la imposición de políticas extractivistas que durante décadas, y hasta hoy, han priorizado la actividad industrial a las políticas de garantías de derechos, reforzada con la presencia militar desplegada en las zonas para asegurar la explotación. El proceso es Imposición-Despojo-Exposición.

Así, en esa búsqueda conjunta por re-encontrar, construir, mantener y re-afirmar esa ‘energía-luz’ colectiva, llegamos a propuestas con energías no alternativas, sino alteRAtivas, es decir, que tengan capacidad de alterarnos la vida para mejorarla.

En algunos pueblos indígenas se plantea que las comunidades deben ser pequeñas, para que todos/as, incluidos los niños/as, tengan capacidad de decisión. Lo transformador es el proceso de decisión, de creación, porque hace crecer la autoestima y permite asumir responsabilidades. Eso remueve nuestra energía interna, nos genera el entusiasmo, la pasión y el desarrollo de capacidades. En un proceso de desarrollo de alternativas alteRAtivas lo importante no es tanto la idea en sí, sino la adopción de esa idea con materiales propios, ajustada a las necesidades y al ambiente.

La Propuesta Huipala: Un sistema de Reparación Integral Comunitaria Alterativa

Para desarrollar la Propuesta Huipala (1) decidimos crear 7 niveles de trabajo, partiendo del horizonte de realidad en el que vivimos y hacia el horizonte utópico que deseamos alcanzar. Cada paso es un escalón hacia esta utopía trazada: 0. Realidad; 1. No Contaminar; 2. No Malgastar; 3. Descontaminar; 4. Reducir el consumo; 5. Enriquecer; 6. Aprovechar; y 7. Disfrutar. Pero también planteamos tres grandes columnas: a nivel personal, familiar y comunitario/organizativo. Consideramos importante darles especial atención ya que estos espacios han sido profundamente fragmentados por un modelo económico que sólo prioriza el dinero y no a las personas ni a la naturaleza.

 El significado de la riqueza

Una comida puede ser rica y no ser cara, pero valoramos que está plena de sabor. Una persona puede ser rica de experiencias porque ha vivido mucho o intensamente y no ser adinerada. Un suelo rico en nutrientes, los contiene en plenitud, y no por ello tiene más valor económico, una organización puede enriquecerse si multiplica los vínculos de relaciones entre sus miembros, a veces cuando les llegan recursos económicos se empobrecen y se destruyen. Hay muchas personas que viviendo en la selva se sienten pobres porque no manejan recursos económicos, pero viven rodeados de la mayor diversidad del mundo. No hay que confundir valor con precio.

A nivel personal valoramos los conocimientos, las habilidades y las actitudes, y pusimos una columna para cada una de ellas, con la pretensión de que la construcción de relaciones entre las tres nos acerque a la COHERENCIA. A nivel familiar decidimos valorar la forma de producción, los criterios de comercialización y las energías empleadas; con la intención de que al relacionar los suelos con las semillas, las plantas, los animales y las personas, surja una ÉTICA de las relaciones. Mientras que a nivel comunitario valoramos la construcción de relaciones en el tejido social y con el territorio a través de la alegría y la organización con el fin de crear una ESTÉTICA propia de cada lugar y que de identidad.

Así, la Propuesta Huipala se va plasmando en una malla que busca pasar, en el terreno personal, del desconocimiento a la valorización de los saberes propios; de la sensación de incapacidad a hacer arte y del egoísmo a la solidaridad. En el campo familiar, pasar de un monocultivo como forma de producción a la integralidad de la finca relacionando todo (suelos, diferentes plantas, animales,...); del abandono en la comercialización a la autogestión y del desgaste energético a la participación con energías no solo alternativas, sino alterativas, que tengan capacidad de alterarnos la vida para mejorarla. Y en el campo comunitario, la idea es pasar del miedo a la alegría y de la fragmentación del tejido social a la consolidación de una organización que vea la necesidad de abordar los problemas que les afectan y tengan herramientas para solucionarlos.

Después de 5 años de trabajo reflexionamos sobre lo que estábamos haciendo y en varias reuniones de grupos definimos qué debería ir en cada casilla. Así armamos y valoramos cómo construir ésta propuesta. Se identificaron varios pasos como los planes de formación a título personal que nos ayuden en este proceso. Planos de las fincas que nos permitan identificar las relaciones de cultivos, con el bosque, con el ganado o los corrales para hacer abonos; y planos de la comunidad donde poder identificar lugares de riesgo, áreas a proteger, miradores de estrellas, árboles a custodiar, etc. que nos ayudarían a unir y relacionar los fragmentos en los que muchas veces se nos ha partido la vida.

La realización de ferias que le den valor a nuestras semillas, a que las cosechas también son para alimentarnos y no sólo para vender. Se habla de ecogastronomía, de mingas (2), de energías alterativas, que ayuden a no contaminar los suelos, pero también de hacer estudios que permitan reflexionar sobre los problemas para empezar a buscarles soluciones. Para descontaminar incluimos terapias de curación como el Reiki (3) para adultos, niños/as o plantas. Planteamos que en la familia sea el consenso el que decida, no la imposición del ‘jefe’ de familia y que se recuperen experiencias de generosidad e intercambio no mediadas por dinero, como sería el caso del trueque.

En la difícil escalada hacia la utopía se le va dando más interés a las tecnologías caseras, a la equidad de tiempos de descanso en la familia, a la recuperación de suelos y fincas integradas, a que los jóvenes tengan formas de expresión propias y que la comunidad gestione el agua y el bosque, así como sus conflictos. La soberanía energética se plantea como un reto; los huertos lúdicos, las ferias locales; a la par que se valora el periodismo, los festivales artísticos como espacios de expresión y se plantea que la movilización es imprescindible para los procesos de reparación socio-ambiental.

En el último nivel de trabajo, el nivel 7, estarían ya aquellas actividades del horizonte utópico que se plantee cada comunidad, donde todo serían experiencias de disfrute y el trabajo resulte placentero, al poder transformar las realidades en el horizonte que se desea.

Esta Propuesta Huipala no tiene la intención de hacerse universal, pues se ha construido como respuesta a las necesidades de la población en un sector determinado de la Amazonía ecuatoriana, donde hay unas determinadas problemáticas que se pretenden abordar. De querer usar la malla en otro lugar se tendría que trabajar con los afectados/as y ver cómo pasar del horizonte de realidad al horizonte utópico que se sueña. Empezando por tanto a recoger los sueños como punto de llegada.

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A esta malla le pusimos además los colores de la Huipala, por eso denominamos así a la propuesta (para ver la versión a colores, acceda al documento con el link de abajo). Al hacerlo nos dimos cuenta que esos colores coincidían con los chakras, o centros de energía que se trabajan con el Reiki, y por eso en la columna de la derecha pusimos los símbolos de cada uno de esos chakras y lo que representan (tierra, agua, fuego, aire, éter, luz y espacio), porque simbolizan también nuestra conexión con la naturaleza y el mundo de las energías, creencias, percepciones,... y que nos ayudan a hacer circular la matriz y unirse con el comienzo.

Reflexiones finales

En los lugares donde las actividades extractivas se imponen, las empresas suelen desarrollar las mismas herramientas que los nazis utilizaron en el holocausto contra judíos y gitanos y que el escritor Primo Levi ha descrito a la perfección: 1) Ridiculizar a la población, 2) Jerarquizar los ultrajes, 3) Destruir la autoestima y 4) Romper aquellos mecanismos de defensa política, moral o de justicia de los que las organizaciones se pudieran valer para defenderse. Sin embargo, dejo para el final un quinto elemento que en realidad es el primero de ellos, el más golpeado, con el que se inicia todo el proceso de empobrecimiento: la rotura de la solidaridad interna en las comunidades, que se ejerce a través de romper los vínculos del tejido social y con la naturaleza que les rodea. Por eso, hoy más que nunca, la apuesta no es solo por la recuperación de esa solidaridad quebrada, la apuesta es por radicalizarla.

 

Adolfo Maldonado, salud@accionecologica.org
Clínica Ambiental, Acción Ecológica

Puede encontrar información más detallada sobre la Propuesta Huipala en la Alerta Naranja N.7 de la Clínica Ambiental en: http://www.clinicambiental.org/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=3&Itemid= 5

(1) Huipala: Es la bandera del arco iris que en los países andinos representa a los pueblos indígenas.

(2) Minga: se denomina así a los trabajos comunitarios en los que la comunidad reunida realiza alguna labor de beneficio común.

(3) Reiki: arte japonés de curación con las manos.