Mito No. 3: Las plantaciones son mucho más productivas que los bosques nativos

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Cualquiera que adhiera a esta idea debe ser alguien que, o bien no visitó nunca una zona de bosques rodeada de comunidades, o bien simplemente está vinculado al negocio de las plantaciones. Los lugareños de los países del Mekong, en el sudeste asiático, que viven y dependen de sus bosques nativos, estarán totalmente en desacuerdo con tal afirmación. Para ellos, la conversión de sus bosques en plantaciones ha comenzado a ser la peor pesadilla que jamás sufrieron en la vida real.

A los ojos de los moradores de las zonas de bosque tropical del sur de China, Birmania, Laos, Camboya, Tailandia y Vietnam,  las plantaciones no sólo son improductivas sino que no tienen valor alguno. Las grandes plantaciones de eucalipto, caucho y palma aceitera que han ocupado el lugar de sus bosques nativos no pueden proporcionarles el alimento diario, el refugio, las medicinas – todo lo necesario para cubrir las necesidades básicas de vida. Todavía más, los aldeanos de Laos y Tailandia que veneran a los bosques sagrados habitados por espíritus buenos nos dijeron que “los espíritus de los ancestros no se quedarán en la plantación” simplemente porque no pueden vivir en un falso bosque, y la gente no quiere quedarse en una comunidad que no tiene espíritus guardianes.

Las plantaciones disfrazadas de “bosques” sólo pueden proporcionar un producto – ya sea madera, aceite de palma o caucho – que claramente no puede competir con la diversidad biológica, los alimentos y los productos culturales y espirituales que los bosques proveen a las poblaciones locales. Entonces, si la mentira antes mencionada no es expuesta como lo que realmente es – un invento generado desde una perspectiva ciega – más y más gente de todo el mundo se verá privada del fundamento de sus vidas, basado en los bosques nativos.

Premrudee Daoroung, Towards Ecological Recovery and Regional Alliance (TERRA), Tailandia