República Democrática del Congo: “Necesitamos que se haga justicia”

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Entrevista a Jean-François Mombia sobre las plantaciones de palma aceitera

¿Podría decirnos qué es el RIAO–RDC (Réseau d'information et d'appui aux ONG nationales–República Democrática del Congo) y cuáles son sus principales actividades?

El RIAO es una red de información y de apoyo a las ONG de la República Democrática del Congo (RDC). Es una organización de asistencia y protección social. Acompañamos a las comunidades en la protección de sus derechos. También acompañamos a las ONG. Nos ocupamos de temas que tienen importancia para la vida de las comunidades, como la protección de los ecosistemas de bosque. También tratamos cuestiones de micro-financiamiento a nivel comunitario, con el fin de ayudar a las poblaciones.

Las tierras situadas a lo largo del río Congo están ocupadas principalmente por plantaciones de palma aceitera de la compañía agroalimentaria canadiense Feronia Inc. ¿Podría explicarnos cómo una empresa ha podido llegar a controlar tantas hectáreas?

Feronia heredó tierras que había ocupado el colonizador, es decir, la empresa agroindustrial Unilever. Nuestros ancestros, nuestras autoridades, nuestros jefes, preocupados por establecer buenas relaciones, le dieron esas tierras a cambio de paz y para terminar con los latigazos de los hombres blancos a la población. Cuando llegó Unilever, ya había bosques de palmeras; todavía no eran plantaciones. El Sr. Lever decidió negociar. En Leverville, en Lusanga, donde comenzó Unilever, esos bosques naturales existían desde hacía largo tiempo. Los bosques de palmeras siempre crecen junto a los cursos de agua o los ríos.

Como el río facilitaba el transporte, optaron por los terrenos de las orillas. Comenzaron por pequeños espacios. A nuestros padres les hicieron muchas promesas engañosas. Como los pobladores temían el látigo, cedieron espacios para realizar las plantaciones. Las compañías también prometieron que las comunidades podrían tener trabajo y salarios. Las comunidades que querían acercarse a los blancos, a los colonizadores, aceptaron dar tierras. Los blancos prometían, por ejemplo, que de cada tres plantaciones darían una a la comunidad; cosa que jamás se cumplió, ni en Boteka, ni en Lokutu, ni en Yaligimba.

¿Hay otras empresas implicadas?

Sí, hay compañías que se dedican a la explotación forestal alrededor de las concesiones de Feronia. En Igende, por ejemplo, hay una compañía maderera. Y están SODEFOR, SAFBOIS, SOFORMA, SOCINEX, ISOBOIS.

¿Las comunidades afectadas fueron consultadas, antes o durante la creación de las plantaciones? Si así fue, ¿fue satisfactorio el proceso?

Delante de los colonizadores, los autóctonos no tenían nada que decir. Como le decía, hay que ubicarse en la época de Unilever para comprender. Unilever dio, por ejemplo, bolsas de sal, o telas, para conseguir esas tierras. Y eso también iba acompañado de promesas. Engañaron a las poblaciones. Nunca hubo consultas.

¿Quién compra el aceite de palma que produce Feronia? ¿Y de dónde viene la demanda (se trata de abastecer los mercados de la cuenca del Congo, o mercados ubicados en otros lugares)?

Ese asunto es un misterio. Las comunidades no tienen acceso al aceite de palma de Feronia, a pesar de que la alimentación básica se hace con aceite de palma. Las comunidades se ven privadas de ese aceite, no está autorizado, la gente no se beneficia con eso. En la época de Unilever, el aceite se enviaba a la Marsavco, que fabricaba margarina y otros artículos de consumo. Incluso las tortas de prensa eran enviadas al exterior, pero ahora no se ve a dónde va el aceite. Todos nos preguntamos a dónde va el aceite de Feronia, porque hoy en día, la Marsavco importa el aceite de Malasia. El armador que transportaba el aceite también desapareció hace tiempo. Es un verdadero misterio.

¿Podría explicarnos cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan las comunidades locales con relación a esas plantaciones de palma aceitera?

El primer problema es la desnutrición de los niños porque, como los padres ya no tienen derecho a ir al bosque, es difícil practicar la agricultura. Hoy nos enteramos de que Feronia está empezando a plantar incluso en los estanques piscícolas de las comunidades. Está plantando incluso en esas zonas. Las comunidades no tienen hospitales, ni escuelas, realmente hay miseria. A los trabajadores los tratan como esclavos.

¿Enfrentan las comunidades otras dificultades tales como problemas de salud asociados al uso de pesticidas o a la contaminación del agua?

La situación es muy grave, porque los aldeanos usan los desechos que salen de la fábrica para hacer jabón. Sin embargo, esos desechos fueron pulverizados con productos químicos que son peligrosos para la salud de los niños y los jóvenes. Se usa el NPK y otros productos. A veces encontramos peces muertos en los ríos y los estanques piscícolas. Siempre hay problemas de diarrea.

¿Qué actividades organizaron las comunidades para oponerse a las actividades de la empresa? ¿Qué reclaman las poblaciones?

Luego de conversaciones e información sobre los problemas relativos a los derechos de las comunidades, la RIAO comenzó un trabajo de movilización y, después de publicar el informe con GRAIN, las comunidades que logramos contactar empezaron a oponerse a que Feronia regresara a esas zonas para realizar el deslinde de las tierras. Las comunidades reclaman sus tierras sin cesar, porque ya no quieren esos famosos pliegos de condiciones que ahora la empresa intenta hacerles firmar. Algunas de las comunidades afectadas han recorrido más de 2.000 km para dar su testimonio y encontrarse con otras comunidades víctimas de las mismas operaciones de Feronia.

¿Piensa que han habido reacciones positivas como consecuencia de la resistencia local?

Sí, hubo reacciones positivas. En Mokaria, por ejemplo, en 1997, las manifestaciones lograron hacer retroceder a la empresa, que abandonó las tierras. Sin embargo, el Estado sigue negándose a realizar la restitución. Pero en la actualidad, donde está presente Feronia hay tensiones, sin que haya aún reacciones positivas. Se están dando los pasos necesarios para liberar al pueblo de esta empresa.

¿Qué tipo de solidaridad internacional piensa que sería útil para apoyar a las comunidades afectadas?

La información que estamos dando ya es una buena cosa. Tenemos que seguir denunciando todo lo que sucede. Necesitamos que se haga justicia, porque ha habido muertos y es importante ubicar a los responsables. Debemos ayudar a las comunidades, incluso en temas básicos como la salud y la educación. También debemos ayudar a que los niños vayan a la escuela, porque una de las estrategias de la empresa es impedir que lo hagan, para que los hijos de los obreros sean también obreros y los hijos de los agricultores sean también agricultores.

Jean-François Mombia, RIAO–RDC