Nuestro apoyo al pueblo haitiano

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En circunstancias trágicas como las que sufren actualmente l@s haitian@s, resulta muy difícil pensar y hablar de cualquier otra cosa. Pero pensar – antes de hablar – es algo que está notoriamente ausente en la información que recibimos a diario sobre la crisis en Haití.

El mundo entero está siendo bombardeado con “noticias” enviadas por un ejército de periodistas que compiten entre sí para ver quién difunde el “mejor” artículo o video o audio de horror sobre el sufrimiento de innumerables personas.

Cada periodista parece sentirse obligado a informarnos que Haití es “uno de los países más pobres del mundo”, pero ni uno solo siente la necesidad de decirnos cómo se llegó a eso. Igual que el terremoto, la pobreza parecería ser un “Acto de Dios”.

Al mismo tiempo, los medios de prensa parecen no saber que las “noticias” que nos transmiten sobre la desnutrición, la carencia de agua potable y servicios sanitarios, la falta de techo y la ausencia de servicios de salud adecuados, no son de hecho “noticias”. La mayoría de los haitianos han sufrido por décadas todo esto y más – incluyendo dictaduras, invasiones extranjeras, prisión, tortura y muerte. El terremoto empeoró sustancialmente lo que ya era una muy mala situación. Pero ciertamente ya era pésima.

Claro que los medios no nos dicen una palabra sobre la historia de Haití y sobre el papel que jugó en el país la esclavitud promovida por Europa, ni sobre la revuelta exitosa de los esclavos africanos contra la Francia de Napoleón, que llevó al país a la independencia en 1804, ni sobre el bloqueo comercial francés luego de la independencia y la más reciente intervención directa de EE.UU. en el país (que comenzó en 1915).

Los periodistas no nos informan que Haití ha sido empujado a la pobreza y la destrucción ambiental a través del saqueo histórico de sus recursos y la explotación de su gente para beneficio de empresas europeas y estadounidenses. Lo cual explica fácilmente por qué EE.UU. viene imponiendo y derrocando gobiernos en el país desde hace tantos años.

En poco tiempo, los medios decidirán que Haití ya no es “noticia” y se irán hacia otro escenario sangriento más rentable. Todo “volverá a la normalidad” y EE.UU. seguirá imponiendo sobre Haití – con la ayuda del FMI y el Banco Mundial – el mismo modelo de “desarrollo” que ha probado ser tan útil… para los EE.UU.

En este contexto, quisiéramos expresar nuestro apoyo al pueblo de Haití en este momento de dolor, y particularmente a los muchos haitianos y haitianas que mantienen contra viento y marea una difícil, larga y silenciosa lucha por la independencia y la justicia social. Como lo hicieron, con éxito, próceres como Toussaint-Louverture, Dessalines, Christophe y otros, ¡nada menos que contra Napoleón!