Un año sin Ricardo

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El 16 de agosto del año pasado, Ricardo Carrere - quien durante 15 años fuera el coordinador internacional del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) - nos dejó.

Para nosotros, del secretariado internacional de WRM - y seguramente para muchos compañeros y compañeras de todo el mundo que siempre estuvieron junto a él - el sentimiento es el mismo: ha sido difícil continuar luchando por justicia social y ambiental sin Ricardo, quien durante tantos años se dedicó a esta lucha. Al mismo tiempo, él nos dejó, con su generosidad, un conjunto sumamente valioso de recuerdos y producciones, como ejemplo de su pensamiento claro, sus reflexiones precisas, sus convicciones coherentes y su humor incomparable. Siempre podemos inspirarnos en todo eso, y fortalecernos, y así, mantener la presencia de Ricardo entre nosotros.

La “financiarización de la naturaleza”, tema que tratamos en este boletín, es algo que con seguridad no hubiera agradado en absoluto a Ricardo, en principio por tratarse de un concepto que, en su conjunto, es algo contradictorio e incomprensible, sobretodo para las comunidades y movimientos sociales que ya están siendo afectados por ese proceso y que, por lo tanto, necesitan comprender mejor de qué se trata. Nuestro desafío, una de las cosas que Ricardo nos legó como tarea fundamental y permanente, es hablar sobre ello de una forma diferente, más simple y comprensible. Y es lo que pretendemos hacer en el primer artículo de esta edición del boletín.

Mientras los agentes del capital buscan apropiarse aún más de la naturaleza – que tiene una importancia incalculable para las comunidades que dependen de ella - y especular con sus componentes, la resistencia de los pueblos del bosque y los aliados en este proceso ha aumentado. Recientemente, durante Rio+20, además del documento final de la Cumbre de los Pueblos (http://www.wrm.org.uy/RIO+20/Declaracion_final.pdf), se redactaron diversas declaraciones categóricas contra, específicamente, la "financierización de la naturaleza”, contra atribuir un precio a la conservación de los bosques - algo que ya ocurre mediante el mecanismo REDD+ -, o sea, contra la transformación en mercadería de lo que es sagrado para esos pueblos (ver artículo sobre REDD en este boletín).

Adicionalmente, cabe recordar que estamos a un mes del Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles, celebrado el 21 de setiembre. El proceso de “financierización de la naturaleza” puede provocar una nueva expansión sin precedentes de las plantaciones de árboles. Con dicha expansión, se agravaría el proceso de apropiación de territorios que pertenecen a comunidades y poblaciones locales en Latinoamérica, en África y en Asia.

Hoy en día tenemos el desafío de enfrentar el mismo proceso de siempre - la apropiación de los territorios de los pueblos - pero ahora en una nueva dimensión que involucra mercados y agentes financieros inclusive sin rostro y sin una presencia clara en el territorio, pero que actúan de forma bien articulada con corporaciones transnacionales, bancos privados y estatales, y cuentan con las facilidades otorgadas por nuestros gobernantes.

Por lo tanto, con el espíritu de la Cumbre de los Pueblos de Rio+20, tenemos la tarea de fortalecer y ampliar nuestras alianzas para construir una lucha que llegue más lejos y sea más efectiva en el combate a la “financierización de la naturaleza” y en defensa de los derechos de las comunidades locales a sus tierras y bosques. ¡Y lo haremos con el entusiasmo y la pasión que siempre identificaron a nuestro compañero Ricardo!