Madagascar: minería promovida por el FMI amenaza bosques del litoral

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Madagascar est� considerado el decimoprimer pa�s m�s pobre del mundo y una de las tres zonas m�s claves en materia de biodiversidad. Originariamente habitado por distintos grupos de origen mixto de Asia y �frica que viv�an de sus recursos a trav�s de la caza, la cr�a de animales y la agricultura "tavy" (de roza y quema), a la "manera de los ancestros", fue colonizado por los europeos en el siglo XVI y se convirti� en colonia francesa en el siglo XIX.

El pa�s sufri� grandes p�rdidas ambientales debido al madereo de bosques tropicales primarios con gran variedad de especies, utilizados para la construcci�n de carreteras y exportaci�n de madera; se realiz� la tala a gran escala de las zonas m�s f�rtiles para dar paso a cultivos comerciales, especialmente plantaciones de caf�.

Durante la �poca colonial, los franceses instrumentaron lo que llamaron actividades de "reforestaci�n", sobre la base de plantaciones de pinos y eucaliptos. Tambi�n establecieron los primeros parques nacionales para la preservaci�n de la flora y la fauna, que causaron consecuencias sociales y en �ltima instancia ambientales perjudiciales. En la medida que se consideraba a la poblaci�n local malgache como inferior e incompetente, los parques fueron administrados por colonos (que con frecuencia llenaron sus bolsillos gracias al madereo ilegal). Con un criterio de protecci�n estrecho, se priv� a los pobladores locales de sus medios tradicionales de subsistencia, generando dificultades extremas, resentimiento y condiciones que llevaron a intensificar los cultivos "tavy" para la subsistencia en otros lugares. Los franceses prohibieron los cultivos "tavy", pero la decisi�n fue contraproducente porque se convirtieron en un s�mbolo de independencia y liberaci�n contra el gobierno colonial.

La independencia lleg� en 1960, y despu�s de intentos fallidos de mejorar la situaci�n econ�mica del pa�s, Madagascar finalmente se sum� a la privatizaci�n y la liberalizaci�n del mercado y a principios de los a�os 80 fue forzado por el FMI a adoptar programas de ajuste estructural para asegurar la financiaci�n del Banco Mundial, con efectos funestos.

En los a�os 80, desastres "naturales" como sequ�as y ciclones asolaron el territorio de Madagascar. Las emisiones de carbono de los pa�ses industrializados tienen mucho que ver con el cambio clim�tico mundial, incluso en el aumento de la frecuencia y severidad de las condiciones clim�ticas extremas. Si bien la pr�ctica malgache de cultivos "tavy" contribuye naturalmente a las emisiones de carbono, su contribuci�n al efecto invernadero mundial y por lo tanto a la exacerbaci�n de desastres naturales es m�nima en comparaci�n con las emisiones de combustible f�sil de los pa�ses m�s ricos.

La deforestaci�n de Madagascar ha tenido impactos importantes por s� misma. La erosi�n y encenagado de r�os facilita el tipo de inundaciones devastadoras que sufri� la isla en el a�o 2000; las inundaciones a su vez contaminaron el suministro de agua, empeorando la epidemia de c�lera que todav�a causa estragos en toda la isla.

Al mismo tiempo que los bosques siguen bajo la amenaza de intereses empresariales occidentales como la miner�a, la presi�n del FMI contin�a provocando la apertura de la econom�a a la inversi�n extranjera, por ejemplo a trav�s de la eliminaci�n de impuestos a las exportaciones. En esa direcci�n, el gobierno anunci� recientemente su decisi�n de conceder un permiso ambiental a QIT Madagascar Minerals S.A. (QMM) (80% propiedad de Rio Tinto y 20% de un organismo del gobierno de Madagascar llamado OMNIS) para su proyecto de extracci�n de ilmenita en el sudeste de Madagascar, en la provincia aut�noma de Tulear, cerca del pueblo de Fort-Dauphin (Tolagnaro).

Un informe elaborado por Amigos de la Tierra (Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte) para presentar al gobierno malgache, destaca el impacto de esa actividad. La miner�a del sector Mandena, seg�n datos de la propia QMM, destruir� 203 hect�reas de bosques de litoral. Los c�lculos de la compa��a tambi�n podr�an resultar err�neos si "se produjera una migraci�n importante a la regi�n sin la planificaci�n adecuada". La compa��a confiesa en su propia evaluaci�n de impacto ambiental y social que "es�dif�cil estimar con precisi�n el �rea que quedar� en Mandena cuando finalicen las operaciones de miner�a", aunque "las tendencias hist�ricas nos llevan a creer que el bosque residual habr� desaparecido incluso antes del inicio de las operaciones de dragado". El informe de Amigos de la Tierra calific� esta secci�n esencial de la evaluaci�n como "de una especulaci�n inaceptable. Se basa en la conjetura no fundamentada (por cierto, un falso silogismo) de que sin los elementos de conservaci�n de la mina, todo el bosque de litoral desaparecer� en los pr�ximos 20 a�os".

Tambi�n Conservation International ha denunciado que "la operaci�n minera [podr�a causar] una p�rdida neta de acceso a los bienes y servicios de los cuales depende la comunidad [del bosque tropical]". Las reservas esenciales de recursos vitales podr�an ser puestas en peligro tanto en calidad como en cantidad.

La compa��a tambi�n se propone la construcci�n de una carretera nueva entre Fort Dauphin y Ehola, como componente integral del plan de desarrollo regional, omitiendo discutir su impacto sobre los bosques existentes y sobre la econom�a local y regional que probablemente ser� tragada por la econom�a de mercado con su conocido resultado de empobrecimiento.