República del Congo: “Las plantaciones de ATAMA son actualmente una fuente de descontento para las comunidades locales y la nación entera”

Photo: OCDH

En 2013, Wah Seong Berhad, empresa malaya sin experiencia previa en el negocio del aceite de palma, anunció su decisión de invertir 744 millones de dólares en un período de diez años para establecer un complejo agroindustrial y 180 mil hectáreas de plantación de palmas aceiteras en la región de Sangha y Cuvette, a unos 800 kilómetros al norte de Brazzaville, la capital de la República del Congo. La filial de la empresa malaya, ATAMA Plantations, recibió del Ministerio sobre asuntos de tierra y dominio público del Congo la autorización para ocupar 470 mil hectáreas para establecer plantaciones de palma aceitera. Las 180 mil hectáreas en Sangha forman parte de esta concesión.

Se esperaba que la planta de procesamiento creara unos 20 mil puestos de trabajo y que en el pico de producción se obtendrían 720 mil toneladas de aceite de palma. Según la compañía, se trataría del “mayor proyecto de aceite de palma en la cuenca del Congo”. (1) En 2013, la empresa afirmó que para finales de 2014 se plantarían 2 mil hectáreas de palma aceitera y que la producción comenzaría en 2017. Pero hasta ahora se han plantado muy pocas palmas aceiteras, y parece muy poco probable que la plantación existente se acerque siquiera a las 170.000 toneladas iniciales de aceite de palma anunciadas en 2013.

No obstante, ATAMA está obteniendo mucha madera de alto valor comercial. De hecho, la extracción de madera supera con creces la plantación de palma aceitera. En 2016, la compañía también anunció que “a partir del año pasado, [...] también redujimos al 49% nuestra participación en el negocio, y estaríamos dispuestos a abandonarlo”. (2) En Febrero de 2017, el gobierno congoleño suspendió las actividades de tala fraudulenta de la empresa. (1)

El WRM habla con Nina Cynthia Kiyindoun Yombo, ejecutiva del programa de Recursos Naturales y Comunidad del Bosque en el Observatorio Congolés sobre Derechos Humanos (OCDH - Observatoire Congolais des Droits de l’Homme), acerca de los resultados de su reciente visita a la región de Sangha.

WRM: Usted visitó recientemente la región de Sangha, donde ATAMA Plantations recibió una concesión para establecer plantaciones de palma aceitera en 180 mil hectáreas. ¿Cuáles fueron los principales resultados de su visita de campo?

Nina Cynthia Kiyindou Yombo: En nuestra última misión, realizada en marzo de 2017, pudimos realizar varias observaciones, en particular:

  • Una flota de vehículos casi enteramente conformada por equipamiento para extracción forestal;
  • Un aserradero ubicado en el medio del bosque que funciona a plena capacidad y procesa sólo madera del más alto valor;
  • Madera de tala selectiva en un zona no autorizada;
  • Una plantación de palma aceitera que aún se encuentra en su etapa incipiente;
  • Desechos de madera incinerados, sin posibilidad de eco-generación;
  • Trabajadores mal remunerados sin ningún sistema de seguridad social;
  • Comunidades explotadas que son intimidadas y reprimidas para que no hagan valer sus derechos;
  • Un predio destinado a madera que estaba lleno de madera comercial de alto valor;
  • Incumplimiento de las especificaciones del proyecto.

WRM: ¿Cuál es el estado actual de la plantación y planta de procesamiento de palma aceitera? ¿Qué ha ocurrido con la creación de puestos de trabajo prometida como resultado de la planta de procesamiento de aceite de palma?

Nina Cynthia Kiyindou Yombo: Como dije antes, la plantación todavía está en su fase inicial. Las plantas que estaban en el vivero no se trasladaron a tiempo para iniciar la producción. ATAMA Plantations está actuando como una verdadera empresa maderera.

La promesa de generación de empleo se ha convertido en un anzuelo para atraer al gobierno y ganar su confianza. Todas las empresas que se establecen en nuestro país siempre levantan esa bandera para convencer al gobierno, cuya política de diversificación económica está diseñada para crear puestos de trabajo. Al igual que cualquier otra empresa, ATAMA Plantations había prometido crear 20 mil puestos de trabajo. Pero la realidad es que esos trabajos nunca se crearon. Hoy en día sólo hay 80 empleados en el sitio, 5 de los cuales son permanentes. Los puestos de trabajo creados no son trabajos permanentes que puedan ofrecer a los empleados condiciones de vida dignas y aceptables. Estos trabajos no generan ninguna forma de seguridad social y los trabajadores quedan expuestos. Se suponía que ATAMA Plantations era un importante factor de desarrollo económico en la zona y aportaría un valor añadido a la economía nacional. Hoy vemos lo contrario. Los miembros de la comunidad local no tienen empleos ni se están beneficiando de los impactos de las actividades de ATAMA Plantations. Estas comunidades, en particular la de Yengo-Mambili, se levantaron para exigirle a la empresa varios de los beneficios prometidos. El levantamiento fue rápidamente reprimido. ATAMA Plantations es actualmente un motivo de fuerte descontento entre las comunidades locales y para toda la nación.

La construcción de la planta de procesamiento de aceite de palma está lejos de haber sido terminada porque ATAMA Plantations se centra sólo en la extracción de madera, en lugar de establecer plantaciones de palma aceitera. Ni siquiera invirtió tiempo en separar en el vivero las plantas de palma aceitera que ya habían comenzado a producir. Todavía no terminó de limpiar las 5 mil hectáreas que le concedieron en 2013, pero está haciendo cortes selectivos de especies maderables rentables en el segundo bloque, sin autorización de la administración forestal. Resulta obvio que no cumplirá el objetivo para 2017 de terminar la unidad de procesamiento. Es necesario que el gobierno adopte medidas para condenar a este tipo de empresas que vienen aquí a enriquecerse a expensas de las comunidades locales y las poblaciones indígenas. La decisión adoptada el pasado mes de febrero de frenar el corte selectivo fraudulento no se aplica a todas las actividades de la empresa sino solamente a la tala fraudulenta.

WRM: ¿Por qué la empresa ha sido mucho más rápida con la tala que con la plantación de palma aceitera?

Nina Cynthia Kiyindou Yombo: ATAMA Plantations está inscrita en el Registro de Comercio y Crédito (RCM, por su sigla en francés) como empresa agrícola. Pero en los hechos lleva a cabo una actividad que debe ser exclusiva de una empresa maderera, haciendo cortes selectivos de especies de alto valor comercial. Cuando llegas a la plantación ATAMA, de inmediato te das cuenta de algo: esta empresa agrícola tiene una flota de vehículos que se compone principalmente de equipos de transporte de madera. La empresa construyó un aserradero en medio del bosque ubicado a unos 18 kilómetros de la carretera nacional n° 2. Las fotografías lo muestran. Me pregunto si todo esto no es una cortina de humo. ¿Podría ser una operación de tala disfrazada de empresa agrícola?

WRM: ¿Es posible indicar cuánto perderían las arcas congoleñas si ATAMA abandonara su contrato de concesión ahora que ha sacado tanta madera valiosa pero aún no ha hechos demasiadas inversiones en las plantaciones y el procesamiento de aceite de palma? ¿Cuánto más tendría que pagar oficialmente una empresa maderera por una cantidad equivalente de la madera extraída?

Nina Cynthia Kiyindou Yombo: Un economista respondería mejor a esta pregunta después de haber realizado un estudio. Pero para darte una idea, creo que tenemos que tener en cuenta los impuestos forestales. La madera producida por una empresa maderera genera más valor agregado para la economía nacional porque las empresas madereras pagan impuestos, derechos de licencia, un impuesto sobre el derecho de tala, un impuesto territorial, un impuesto a las exportaciones, una sobretasa (por toda la madera no procesada exportada que supere el 15 por ciento del total de madera producida). Pero si una agroindustria despeja una zona de bosque, sólo paga el impuesto sobre el derecho de tala, los impuestos a las empresas y otros impuestos específicos del sector agrícola. Además, las empresas madereras deben procesar localmente el 85 por ciento de la producción de madera y crear empleos locales y nacionales. También deben cumplir los requisitos sociales que velan por el interés de las comunidades locales y de los pueblos indígenas, cumpliendo con las especificaciones del proyecto que incluyen un calendario de implementación. Esto brinda a las comunidades oportunidades de desarrollo local. Además, para la creación de un fondo de desarrollo local deben realizar una contribución de 200 francos CFA (aproximadamente US 0,36 dólares) por metro cúbico de madera recolectada, para apoyar las actividades económicas llevadas a cabo por las comunidades. Estos fondos existen en las concesiones madereras organizadas y las comunidades realizan actividades económicas para crear riqueza y así contribuir al desarrollo nacional.

WRM: El Ministerio de desarrollo sustentable, economía forestal y medio ambiente ordenó hace poco la suspensión de la tala. ¿Realmente se detuvo? ¿Con qué argumentos suspendió la tala? ¿Logró esa medida para la extracción de madera?

Nina Cynthia Kiyindou Yombo: La suspensión ordenada en febrero de 2017 se aplica a las actividades de corte selectivo fraudulento en el segundo bloque de 5 mil hectáreas, para las cuales no se ha otorgado autorización y por las cuales tampoco se ha pagado ningún impuesto. A juzgar por la intención de esta decisión, ATAMA Plantations continuará sus actividades de tala de árboles en la zona de 5 mil hectáreas para la cual sí ha recibido una autorización y donde todavía hay 3.500 hectáreas para ser trabajadas. También continuará procesando la madera extraída de esta zona, porque la autorización establece que la madera de esa zona de 5 mil hectáreas es propiedad de ATAMA Plantations. Lo cierto es que debería sancionarse a ATAMA Plantations por haber llevado a cabo una actividad propia de una empresa maderera en una zona para la cual no tenía autorización.

WRM: Desde hace mucho tiempo se han puesto en duda las verdaderas intenciones del proyecto. ¿Podría la suspensión de la tala ser el primer paso para la cancelación del contrato, habida cuenta de las declaraciones públicas hechas por la empresa matriz en 2016 de que podría considerar abandonar el negocio de la plantación de palma aceitera antes de siquiera empezar la producción?

Nina Cynthia Kiyindou Yombo: El gobierno tiene que adoptar medidas firmes para poner fin al acuerdo que lo vincula a ATAMA Plantations, porque es un contrato unilateral en el cual el gobierno no está ganando mucho y la compañía está obteniendo enormes ganancias. Hoy en día se habla cada vez más de la responsabilidad social de las empresas, que implica el cumplimiento de compromisos sociales, legalidad y protección del medio ambiente. ATAMA Plantations no perdería nada si se fuera. Ya ha recuperado su inversión con la venta de madera producida a un costo menor que el de las empresas madereras. Se trata de un caso de competencia desleal no declarada.

WRM: ¿Cómo perciben los habitantes de la región el proyecto de palma aceitera? ¿Cómo afecta la tala su forma de vida?

Nina Cynthia Kiyindou Yombo: La expansión de los monocultivos de palma aceitera siempre crea enormes problemas para las comunidades vecinas, en especial la pérdida de zonas para actividades rurales, pesca, caza (eliminación de especies silvestres) y recolección de productos no maderables del bosque, en la medida que se destruye completamente la cubierta boscosa. Por lo tanto, será difícil para las comunidades encontrar árboles de rikio (Uapaca guineensis, que atrae gusanos comestibles), miel e incluso plantas medicinales. Por el momento este problema no es grave porque las plantaciones sólo están comenzando. Pero cuando se extiendan completamente, las comunidades vecinas podrían tener problemas con su seguridad alimentaria. Cabe señalar que en los intercambios que tuvimos con la organización de campesinos y pescadores nos informaron que algunas fuentes de agua y ríos están contaminados con los residuos de insecticidas y herbicidas utilizados en los procesos de tratamiento de plantas de las plantaciones.

WRM: ¿Tienes algún otro comentario que quisieras compartir?

Nina Cynthia Kiyindou Yombo: ATAMA Plantations no ha cumplido con ninguno de sus compromisos. Las comunidades se han quejado de esto y dijeron que la empresa no les habla debido a las barreras lingüísticas. Hay un malentendido porque el intérprete es el punto de contacto entre estas comunidades y la empresa, y las comunidades dicen que las interpretan mal. El bosque tiene una función esencial para estas comunidades. Sustituirlo con plantaciones de palma aceitera a gran escala tiene un gran impacto en el modo de vida de estas comunidades.

Agradecemos a Nina Cynthia Kiyindou Yombo de OCDH por concedernos esta entrevista. (http://ocdh-brazza.org/)

(1) Malaysian firm to invest $744m in Congo palm oil project. http://venturesafrica.com/malaysian-company-wah-seong-to-invest-744m-in-congo-palm-oil-project/

(2) Wah Seong open to exit plantation business. http://www.thestar.com.my/business/business-news/2016/10/17/wah-seong-to-exit-plantation-business/#xdkVuVulgXcXgiMR.99

Para más información sobre la conseción de ATAMA Plantations para palma aceitera, vea el reporte (en inglés): “Seeds of Destruction. Expansion of industrial oil palm in the Congo Basin: Potential impacts on forests and people,” Rainforest Foundation UK http://www.rainforestfoundationuk.org/media.ashx/seedsofdestructionfebruary2013.pdf