Mito No. 9: Las plantaciones de palma aceitera ayudan a mitigar el cambio climático mediante la producción de agrodiesel

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La expansión de las plantaciones de palma aceitera generalmente tiene lugar a costa de la transformación de ecosistemas naturales, especialmente bosques húmedos tropicales.  Esto tiene efectos nefastos, por un lado porque estos bosques son el hogar de poblaciones muy tradicionales que han aprendido a lo largo de milenios a comprender el bosque y a usarlo respetando su dinámica natural. Por otro lado, la destrucción del bosque implica la liberación de dióxido de carbono (CO2) – uno de los gases de efecto invernadero, cuya acumulación en la atmósfera es responsable del calentamiento global y el consiguiente cambio climático. Y no solo eso, sino que si se hace un balance de CO2 comparativo entre los dos sistemas (el bosque y las plantaciones), veremos que los bosques tropicales, por su complejidad, almacenan y fijan mucho más carbono.

Las plantaciones de palma, como cualquier monocultivo en gran escala, demandan una gran cantidad de insumos en base de combustibles fósiles, que liberan carbono. También requieren plaguicidas, por la gran cantidad de plagas y enfermedades que infestan a estas plantaciones, así como herbicidas, para combatir cualquier especie de planta que no sea palma y que pueda competir por el agua y los nutrientes. Todo esto produce otro desbalance de Carbono, a lo que se suma que el agrodiesel producido a partir de aceite de palma generalmente tiene como destino la exportación. A su vez, el proceso de transporte que esto requiere genera más emisiones de CO2.

Es posible que el consumidor europeo que utilice el aceite o el agrodiesel de palma producido en un país tropical tenga la sensación de que está usando un combustible “ecológico” o “verde”. Pero ignora que ese combustible ha viajado desde el otro lado del mundo, quemando a lo largo de su viaje combustibles fósiles, y lo que es más grave, destruyendo la forma de vida de cientos de comunidades locales y de ecosistemas naturales.

Es por todo eso que las plantaciones de palma para agrodiésel no solo agravan el cambio climático sino que además impactan sobre los ecosistemas y las comunidades donde se implantan.

Elizabeth Bravo, Instituto de Estudios Ecologistas del Tercer Mundo, Ecuador