Roma, 22 de setiembre de 2008. En representación del Movimiento Mundial por los Bosques, Raquel Núñez se reunió hoy en Roma con funcionarios de la división forestal de la FAO para plantear los problemas resultantes de la definición de bosque de esta agencia de la ONU, en la cual se incluyen todos los tipos de plantaciones como “bosques”.
Uno de los objetivos principales del encuentro era presentar a la FAO una declaración firmada por más de 100 profesionales y estudiantes forestales de 29 países diferentes, quienes están en total desacuerdo con la definición de la FAO y sostienen que “los monocultivos de árboles no son bosques”.
Los signatarios de la declaración afirman que los monocultivos de árboles a gran escala han provocado “graves impactos sociales y ambientales”, y que a pesar de esto “quienes impulsan este modelo afirman que las plantaciones son bosques, lo cual no es cierto”. Y agregan: “Es por ello que consideramos necesario afirmar públicamente, no sólo que los monocultivos de árboles no son bosques, sino que tales plantaciones resultan o han resultado en la destrucción de nuestros bosques nativos y de otros ecosistemas igualmente valiosos que sustituyen”.
“Espero que esta declaración sea un primer paso para que la FAO tome conciencia de que su definición de bosques concita una oposición cada vez mayor”, dijo Raquel Núñez luego de la reunión, y añadió que “los funcionarios de la FAO manifestaron su preocupación ante algunos tipos de plantaciones que, según reconocieron, tienen impactos negativos, pero dijeron que por el momento la organización prefiere no cambiar su definición, con el argumento de que esto distraería su atención del proceso de formulación de directivas para mejorar las plantaciones”.
Según la declaracion de los forestales presentada a la FAO, los impactos del monocultivo de árboles incluyen la pérdida de biodiversidad, la alteración del ciclo hidrológico, la disminución de la producción de alimentos, la degradación de los suelos, la pérdida de culturas indígenas y tradicionales, los conflictos con empresas forestales, la disminución de las fuentes de empleo, la expulsión de la población rural y el deterioro del paisaje en zonas turísticas.
“Aun sin saber si el establecimiento de directivas permitirá atenuar todos estos impactos o algunos de ellos – lo cual me parece muy dudoso – la FAO sigue sin ver lo grave que es dar una definición engañosa, en la cual figuran como bosques las plantaciones industriales de árboles”, dijo la Sra. Núñez. “Si la FAO desea realmente mejorar las malas plantaciones, debería empezar por revisar una definición que valida las plantaciones de árboles a gran escala y debilita a las comunidades locales que luchan contra ellas.”
Adoptando una posición contraria a la manifestada por los funcionarios de la FAO, un número creciente de personas del mundo entero están de acuerdo con la declaración de los forestales, que enfatiza: Es por ello que los profesionales forestales que aspiramos a la conservación de los bosques y que reconocemos los derechos básicos de los pueblos que allí habitan debemos ponernos del lado de quienes verdaderamente defienden los bosques – las comunidades locales – y oponernos a la expansión de estos monocultivos.
La declaración completa está disponible en: http://wrm.org.uy/es/acciones-y-campanas/declaracion-de-profesionales-y-estudiantes-forestales-los-monocultivos-de-arboles-no-son-bosques/
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