China pone en riesgo la fuente de vida de millones de personas con la construcción de represas en el río Mekong

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Nadie sabe con exactitud cuántas personas han sido desalojadas de sus hogares y tierras para la construcción de las 22.000 grandes represas de China. Las estadísticas oficiales del gobierno chino dan una cifra de 10 millones de personas, pero Dai Qing, el crítico de energía hidroeléctrica chino, estima que la cifra real se ubica entre los 40 y 60 millones de personas. Actualmente hay otras 280 represas en construcción en China, y la política estatal es aumentar la proporción de energía eléctrica generada por plantas hidroeléctricas de 19% a 40% para el año 2015.

Hasta 1995, no había represas en el curso de agua principal del río Mekong. Este río, conocido como Lancang Jiang en su tramo superior en China, fluye desde el sur de China a través de Birmania, Laos, Camboya y Vietnam. Con la finalización de la represa de Manwan de 1500 megavatios (MW), China cumplió la primera etapa de una cascada de ocho represas planificada en los años 70 para el Lancang. Si el proyecto se completara, las represas implicarían el desalojo de más de 68.000 personas, y la inundación de 6.500 hectáreas de tierras cultivables.

En 1996, comenzaron las obras en la represa de Dachaosan de 1350 MW y está prevista la construcción de la represa de Xiaowan de 4200 MW en el correr de este año. La represa de Xiaowan será una de las más altas del mundo, con 292 metros, y contará con un reservorio de 169 kilómetros de largo. La represa de Jinghong de 1500 MW también está en construcción, a través de una joint venture chino-tailandesa, y está previsto que comience a generar electricidad para Tailandia en 2014.

Las represas tendrán un efecto importante aguas abajo del río Mekong. Se trastornará la alimentación de los peces y las condiciones de desove, causando la devastación de las pesquerías del río y de las comunidades que dependen de ellas. Las represas detendrán el barro y los nutrientes esenciales para la agricultura aguas abajo. El aumento de agua en la estación seca producirá la pérdida de huertos en las riberas del río, utilizados actualmente por cientos de comunidades aguas abajo. Cambiará la calidad del agua en la medida que el río que hoy fluye libremente se convierta en una serie de reservorios enormes de lento flujo de agua.

Las propias represas están amenazadas por la tasa de erosión del suelo a lo largo del río Lancang. El nivel de ingreso del sedimento al reservorio detrás de la represa de Manwan es el doble de lo previsto. Una de las justificaciones para construir la represa de Xiaowan es que el sitio de construcción se ubica río arriba de la represa de Manwan y por lo tanto limitará la cantidad de sedimento que ingresa al reservorio de Manwan. Pero el reservorio de Xiaowan también se llenará de barro, y dentro de pocas décadas el río Lancang estará bloqueado por una serie de bloques de hormigón y grandes cantidades de barro contaminado.

China inició un proyecto que apunta a limitar la erosión del suelo en la cuenca del río Lancang. Centrado principalmente en la “reforestación”, ya se establecieron más de 30.000 hectáreas de plantaciones mediante un proyecto de 24 millones de dólares. El objetivo es alcanzar las 630.000 hectáreas para el año 2020.

El Banco Asiático de Desarrollo financió otro proyecto de plantación de árboles, el proyecto Simao de Forestación y Utilización Sustentable de Madera, que incluye la planta de celulosa de Simao, con una capacidad de producción de 51.000 toneladas, construida en las márgenes del Lancang. Muchos de los ríos de China están muy contaminados. Por ejemplo, gran parte de los 1.000 kilómetros del curso medio e inferior del río Amarillo están biológicamente muertos, debido a derrames de productos químicos agrícolas y desechos de las industrias papeleras y petroquímicas instaladas a lo largo del río. El Mekong podría correr la misma suerte.

Económicamente, la energía hidroeléctrica a menudo no tiene sentido. La mega-represa más reciente, la Represa de Ertan de 3.300 MW, construida sobre un afluente del río Yangtzé, que costó 3 mil millones de dólares, generó enormes deudas a sus operadores. En setiembre de 1998, Liu Junfeng, el gerente general de Ertan Hydropower Development Corporation, admitió que solo podía vender el 60% de la electricidad generada por la represa, debido a un exceso de oferta de electricidad en la provincia de Sichuan. Un segundo problema, más grave, es que la electricidad generada por plantas más pequeñas resulta más barata.

China está realizando los proyectos de las represas en el Mekong en un secreto casi total. No se han publicado evaluaciones de impacto ambiental independientes. Asesores que trabajan en un informe del Banco Asiático de Desarrollo se quejaron por no tener acceso a los datos de las represas propuestas. Cuando se realizó la audiencia regional de la Comisión Mundial sobre Represas (WCD) en Hanoi en febrero de 2000, la decisión de China de construir la represa de Xiaowan ni siquiera fue mencionada.

El informe final de la WCD, publicado en noviembre de 2000, proporcionó evidencias rotundas de que muchas grandes represas no lograron alcanzar los objetivos y beneficios previstos, y “en demasiados casos se pagó un precio inaceptable e innecesario . . . especialmente en términos sociales y ambientales, que recayó en las personas desplazadas, las comunidades que viven aguas abajo, los contribuyentes y el medio ambiente”. La Comisión de Grandes Represas de China desestimó los hallazgos de la WCD, afirmando que “los principios de la WCD detendrían la construcción de cualquier represa en el futuro... No es razonable forzar a los países en vías de desarrollo a aceptar todas las pautas propuestas por la WCD.”

Por: Chris Lang.