Liberia: destrucción de bosques respaldada por el gobierno

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Liberia alberga los dos últimos fragmentos de bosque tropical cerrado remanentes en lo que se conoce como Bosques de la Alta Guinea en el Africa Occidental, los cuales se extienden además por Ghana, Costa de Marfil, Guinea y Sierra Leone. La superficie original de esta selva ha sido estimada en 727.900 km2, pero se ha reducido a tan sólo 92.797, lo que representa apenas un 12,7% de su tamaño original. En Liberia se encuentra el 44,5% de esa superficie, en tanto el 29,1% está en Costa de Marfil. La región posee altos niveles de biodiversidad, contando con más de 2.000 especies vegetales, entre las cuales 240 son consideradas valiosas por su madera (ver Boletín 44 del WRM).

El proceso de deforestación que afecta a Liberia es consecuencia de la avidez de las empresas madereras internacionales que invadieron el país la década pasada, junto a la actitud del gobierno, que ha promovido sus actividades. Prácticamente todos los bosques del país, incluyendo las áreas designadas como parques nacionales o reservas forestales, han sido otorgados en concesión a compañías madereras. Las que todavía siguen sin haber sido concedidas ya han sido invadidas por las empresas. El monitoreo y las regulaciones a cargo de la autoridad forestal (FDA) no existen más que en los papeles. Las operaciones de madereo han alcanzado niveles sin precedentes y hoy en día alrededor del 60% de los bosques del país está severamente degradado. La biodiversidad en Liberia y los medios de vida de las comunidades rurales están aún más amenazados porque la deforestación ha provocado la fragmentación de los bosques en una porción al nor-noroeste y otra al este-sureste.

En enero del 2000 el gobierno anunció la cancelación de todos los acuerdos de concesiones y que en adelante sólo serían atendidas las solicitudes por más de 120.000 hectáreas. El FDA arguyó que la nueva medida fue tomada con la finalidad de maximizar los ingresos al erario público y para promover el uso sustentable de los bosques. Sin embargo, ahora resulta claro que la verdadera intención era la de otorgar más concesiones a un reducido grupo de grandes empresas extranjeras. Ello queda probado por el hecho que las áreas que se tomaron de los pequeños concesionarios fueron inmediatamente redistribuidas a favor de las grandes empresas.

Si bien hay pocas diferencias en el modus operandi de las madereras, el caso de Oriental Timber Company (OTC) resulta paradigmático (ver Boletín 30 del WRM). En la década de los 90, durante la guerra civil que afectó al país, un hombre de negocios holandés llamado Gus van Kouwenhaven, conocido en círculos oficiales como “Gus” y estrechamente vinculado a Charles Taylor, quien se transformaría luego en Presidente de Liberia, obtuvo varias concesiones en el sudeste del país, sobre una zona selvática que se extiende a lo largo de los condados de Río Cess, Gran Bassa y Sinoe. Si bien este acuerdo fue mantenido en secreto, se estima que el actual tamaño de la concesión oscila entre 900.000 y 1.440.000 hectáreas. En 1999 se registró en Liberia una empresa malasia con el nombre Oriental Timber Company (OTC) y --por sorprendente que parezca-- su presidente resultó ser el tal “Gus”. Además de sus operaciones de corta de madera, OTC maneja el puerto de Buchanan y se encargó de mejorar la carretera que conecta dicho puerto con el de Greenville, construida orginalmente por "Gus" durante la guerra, con la finalidad de que sirviera para el transporte de madera rolliza.

El acuerdo que favoreció a OTC ha sido y sigue siendo objeto de muchas especulaciones y críticas. No se sabe a ciencia cierta quién es el propietario de OTC. Mientras hay quienes piensan que el grupo indonesio Djan Djanti es la casa matriz de OTC en Asia, otros señalan al grupo Global Star, con sede en Hong-Kong.

Las actividades de corta de OTC nunca pasaron por una evaluación de impacto ambiental. Se practica talarrasa en extensas áreas, utilizando más de 140 caterpillars y bulldozers y unos 75 trailers, que trabajan día y noche, siete días a la semana. Cada trailer hace por lo menos dos viajes por día al puerto de Buchanan, cargado de madera. Dada la velocidad a la que opera OTC, una estimación realista del volumen de madera extraída ronda los 2.500 a 3.000 m3 de rollizos diarios, o sea 75.000 a 90.000 m3 mensuales. Estas prácticas constituyen una flagrante violación a las disposiciones del FDA.

La totalidad de la madera extraída por OTC se exporta como rollizos. Según el director de la empresa, Joseph Wong, OTC comercializa entre 60.000 y 70.000 m3 al mes con destino a fábricas de tableros en el sudeste asiático. Ello equivale a entre 720.000 y 840.000 m3 anuales. El resto de la producción es vendido, a través del puerto de Buchanan , a intermediarios que las llevan a Europa, siendo Francia y España los destinos finales más frecuentemente citados.

Como sucede habitualmente, la llegada de OTC a la región fue anunciada con bombos y platillos: creación de miles de puestos de trabajo, construcción de carreteras, hospitales y escuelas, así como asistencia a las poblaciones rurales. No obstante, los moradores de las zonas donde opera OTC se quejan de los numerosos abusos cometidos, entre los cuales la destrucción de sus hogares, así como de cosechas y bosques sagrados pertenecientes a las comunidades locales. Asimismo, en varias ocasiones los pobladores han sido objeto de acoso, intimidación e incluso detención ilegal por parte del personal de vigilancia de OTC. Se trajeron alrededor de 600 trabajadores asiáticos (principalmente de la isla indonesia de Sumatra), a los que se les otorgó permisos de trabajo. El trabajo especializado es realizado por personal asiático y sólo unos pocos de esos puestos están ocupados por liberianos, quienes trabajan mayormente en tareas no calificadas en el puerto o en el lugar de corta.

Lo anterior muestra a las claras que OTC y el gobierno de Liberia actúan como socios. Esta sociedad está a su vez promovida por la controvertida Ley de Productos Estratégicos, a través de la cual el Presidente tiene la potestad de declarar cualquier recurso natural del país --desde los bosques a las minas-- como “producto estratégico”. El Presidente se reserva el exclusivo derecho de ejecutar, negociar y llevar a término los contratos comerciales y acuerdos con inversores extranjeros y nacionales para la explotación de cualquiera de estos productos. En uno de los más recordados incidentes que protagonizara, el Presidente Taylor despidió al superintendente del condado de Grand Bassa, luego que éste hubiera criticado a OTC y amenazado con mandar a prisión a sus directivos por no responder a las demandas planteadas contra la empresa por residentes locales. Otro caso notorio fue el del otorgamiento por parte de Taylor a OTC de 94.000 hectáreas de bosque destinadas exclusivamente a estudios científicos e investigaciones por parte de la Universidad de Liberia.

El resultado de esta curiosa “joint-venture” entre los sectores público y privado es evidente: quien gana es OTC y un reducido grupo de funcionarios oficiales, mientras que quien pierde son los bosques de Liberia y su gente.

Artículo basado en información obtenida de: “Living Dangerously. An Assessment of Multinationals in Liberia Logging Industry (August 2000-January 2001)” por The Agenda for Global Trade Project (AGTP) & Save my Future (SAMFU) Foundation, February 2001. Enviado por: Ronnie Siakor, 1/3/2001; Investigative Report on Oriental Timber Corporation.