Declaración de Xapuri, 28 de mayo de 2017

Por Daniel Santini – Fundación Rosa Luxemburgo

En el encuentro en Xapuri, Acre, los pueblos del bosque critican las políticas de la economía verde y muestran preocupación frente a los nuevos acuerdos discutidos entre el gobierno y la industria de la aviación.

 Participantes del  encuentro en Xapuri, Acre

Prácticamente al mismo tiempo que en Río Branco, capital de Acre, empresarios y representantes del gobierno estadual realizaron un encuentro para discutir nuevas fórmulas para compensar el aumento de la emisión de contaminantes, en Xapuri, ciudad de Chico Mendes, representantes de cinco pueblos indígenas y de comunidades que viven y trabajan en el bosque, presentaron denuncias de impactos de generados por proyectos de economía verde. Acre es considerado un laboratorio para la aplicación de políticas basadas en la idea de que es posible compensar la contaminación generada en determinadas regiones con el mantenimiento de bosques en otras regiones.

En Río Branco, el encuentro fue realizado los días 25 y 26 de mayo en el Auditorio de la Procuraduría General del Estado, y tuvo como principal tema la posibilidad de implementación del esquema "Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional", conocido como Corsia. A pesar de que el nombre menciona reducción, el mecanismo en discusión no prevé una disminución de las emisiones de los aviones. Por el contrario, se trata de una alternativa defendida por la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci) para justificar un aumento de la contaminación a cambio de la no deforestación de los bosques. Estos mecanismos prevean restricciones a las comunidades tradicionales, como limitaciones para las prácticas de agricultura, pesca, caza y uso de los bienes forestales. El encuentro fue realizado por el grupo de trabajo Offsets de Carbono Forestal del Foro Brasileño de Cambios Climáticos y contó con la participación del senador Jorge Viana (PT-AC), presidente de la Comisión Mixta de Cambio Climático en el Congreso Nacional.

En Xapuri, el evento ocurrió de 26 a 28 de mayo con gran parte de las discusiones realizadas bajo los árboles del patio de una posada local. Intitulado Titulado “Los efectos de las políticas ambientales/climáticas para las poblaciones tradicionales”, el encuentro reunió indígenas Apurinã, Huni Kui, Jaminawa, Manchineri e Shawadawa, y representantes de comunidades tradicionales del interior de Acre, además de caucheros y caucheras de Xapuri. Frente a los proyectos gubernamentales, marcados por la poca participación social y transparencia, los participantes denunciaron lo que se le llaman elde colonialismo climático. Se han criticado Se criticaron las limitaciones de los modelos que intentan medir los impactos ambientales a partir de estimaciones sobre las alternativas de la concentración de carbono y de previsiones sobre la deforestación, y cuestionado el real impacto ambiental de las actividades y formas de vida de los diferentes pueblos del bosque.

El encuentro reunió representantes de pueblos indígenas y comunidades tradicionales de diferentes regiones

Los participantes también defendieron el uso de "créditos de contaminación" en lugar de "créditos de carbono", término utilizado en los mercados de compra y venta de contaminantes, establecidos sobre la base de proyectos de tipo REDD + (Reducción de las Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques). En vez de políticas fundamentadas en restricciones al modo de vida de los pueblos tradicionales, los participantes defendieron que se cambie el modelo político-económico de ocupación de la región, con suspensión de los generosos financiamientos públicos para la expansión de la agropecuaria, proyectos de manejo industrial de bosques y monocultivo de árboles.

Neoaviamiento

En medio de las discusiones sobre las propuestas de nuevas políticas para Acre, estado considerado clave para la expansión de políticas de economía verde, hubo espacio para denuncias sobre invasiones de tierras indígenas, agravadas por políticas públicas desastrosas, muchas de las cuales con apoyo internacional, e informes de violaciones de derechos y territorios. Las denuncias, que indican la necesidad de mayor presencia y atención del poder público en áreas de difícil acceso, se presentaron en ruedas de conversación, con momentos para danzas y cantos de los diferentes pueblos de la región.

Los debates resultaron en un documento conjunto, titulado Declaración de Xapuri. El encuentro fue una continuidad del trabajo de observación y denuncia de impactos de la economía verde en Acre. En 2013, la Relatoría del Derecho Humano al Medio Ambiente, de la Plataforma de Derechos Humanos-Dhesca Brasil, publicó el informe Economía Verde, Pueblos del bosque y Territorios: Violaciones de los derechos en el estado de Acre, que denunció, entre otros, tres proyectos de REDD en el estado. En 2016, nuevas inspecciones resultaron en otras denuncias que involucra a agencias de cooperación internacional alemana.

El evento en Xapuri fue realizado con el apoyo de las organizaciones Amigos de la Tierra Internacional, Consejo Indigenista Misionero (CIMI), Fundación Rosa Luxemburgo y Movimiento Mundial por los Bosques Mundiales (WRM, por sus siglas en inglés).

Declaración de Xapuri, 28 de mayo de 2017

 

Nosotros, habitantes de bosques tropicales, caucheras y caucheros, indígenas Apurinã, Huni Kui, Jaminawa, Manchineri, Shawãdawa, integrantes de organizaciones solidarias y Equipo Itinerante, profesores y profesoras de diferentes universidades, reunidos en Xapuri, en el periodo de 26 a 28 de mayo de 2017, en el encuentro “Los efectos de las políticas ambientales/climáticas para las poblaciones tradicionales”, declaramos:

- Que, en este momento en que estamos retomando y reuniendo las luchas de los pueblos indígenas y caucheros bajo una misma causa. Nuestra unión es nuestra principal arma de acción contra el capital.

- Que, sabedores de la historia de resistencia de los pueblos de los bosques y del legado de Chico Mendes, nos mantendremos firmes en la defensa de nuestros territorios.  Así como los que nos antecedieron, seguiremos oponiéndonos a los intentos de expropiación de nuestros modos de vida. Exigimos la demarcación y reconocimiento de nuestros derechos a tierra y territorio.

- Rechazo a las iniciativas en curso materializadas en políticas que tienen como objetivo entregar nuestros territorios a grupos de capital privado, entre los cuales se encuentran hacendados y madereros. Manifestamos preocupación con la falta de transparencia y la manera como diferentes mecanismos vienen siendo presentados, incluyendo pagos por servicios ambientales como REDD y sus variables, planes de manejo forestal insostenibles y mecanismos previstos en el nuevo Código Forestal, muchos de los cuales han sido impuestos por medio de intimidación, chantaje, negociaciones marcadas por estelionatos y mala fe.

- Nuestra indignación con las falsas soluciones, que legitiman la continuidad y expansión de un modelo social y ambientalmente destructivo. Rechazamos las iniciativas destinadas a compensar la contaminación. No aceptamos los mecanismos basados en restricciones a nuestros modos de vida, y manifestamos solidaridad en relación a las poblaciones que viven en las áreas contaminadas por las empresas que buscan compensación. Somos solidarios y estamos junto a las personas de otros países que viven en esas áreas impactadas por la contaminación generada por empresas destructivas. Nadie debe vivir en áreas envenenadas, es hora de dar un fin a todo tipo de racismo, incluyendo el ambiental.

- Que estamos siendo perjudicados por los acuerdos pactados y negociados entre el gobierno de Acre y otros estados y países en beneficio de corporaciones ávidas por créditos para contaminar, entre las cuales están las petroleras, mineras, madereras y empresas del agronegocio. Manifestamos preocupación con las conversaciones en curso sobre compensación de emisión de la aviación a través de la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques Tropicales, los denominados mecanismos REDD. Nosotros nos rehusamos a usar el término crédito de carbono, entendiendo que son, en verdad, créditos para contaminar contaminación, que agravan en vez se solucionar el problema. Rechazamos toda y cualquier forma de colonialismo climático.

- Solidaridad total con las mujeres y hombres que, forzados a cumplir prerrogativas imposibles, acaban multados, criminalizados, endeudados, sin condiciones de mantener sus modos de vida, presos en un esquema que remiten a las prácticas esclavistas del colonialismo, incluyendo esclavitud por deuda. Manifestamos solidaridad también a los habitantes de los Seringales  Valparaíso y Russas que, obligados a someterse a un proyecto de REDD, sufren amenazas de expropiación de las tierras que son suyas por derecho.

- Solidaridad a la comunidad nativa Nova Oceanía, del Alto Río Tahuamanu, en el municipio Iberia, en Perú. Nuestros hermanos y hermanas Pyru Yini y otros grupos en aislamiento enfrentan el avance de la deforestación impulsado por concesiones madereras, que cuentan con la participación directa de empresarios de Acre y otros. Son grupos involucrados en proyectos de REDD, que, a la vez que negocian acuerdos internacionales con apoyo de las autoridades brasileñas, mantienen prácticas predatorias. Compartimos la denuncia que una aldea fue destruida con 18 casas incendiadas en julio de 2014, sin absolutamente ninguna providencia por parte de las autoridades, en un episodio manchado por la impunidad.

- Convocamos a otros pueblos, trabajadores y trabajadoras del campo y de la ciudad, a rechazar ese patrón destructivo, marcado por la desigualdad y la violación de los derechos de los pueblos indígenas y comunidades tradicionales. Reiteramos nuestra unidad en la lucha y disposición de resistir hasta el final. Chico Mendes vive, no en las acciones de marketing gubernamental, pero sí en la lucha de los pueblos del bosque tropical.