El Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles

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¿Cuál es el sentido de otro Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles, que se celebrará el próximo 21 de setiembre? Alguien podría cuestionar el porqué de tal Día, pues dichos monocultivos no paran de crecer en el mundo. ¿Existirá alguna forma de parar la expansión de los monocultivos de palma aceitera, de pinos, acacia, cauchero y eucalipto?

Es real que no existen fórmulas mágicas para detener el avance de estos monocultivos. En los lugares en los que las comunidades consiguieron parar o resistir el avance o inclusive recuperar territorios, se aplicó una mezcla de herramientas, dependiendo de cada situación, de cada contexto. Aún así, en todas las historias que condujeron a pequeñas y grandes victorias, muchas veces, surgen algunas acciones, algunas actividades claves, como la movilización, la unión y la organización que, conjuntamente, contribuyen al fortalecimiento real de la presión popular sobre gobiernos y empresas en escenarios generalmente muy desiguales. Si en verdad existe una “fórmula mágica”, seguramente incluye “ingredientes” fundamentales.

Es en este sentido que un Día de Lucha es otro de esos “ingredientes” muy importantes; busca fortalecer las luchas populares, su poder de presión. Es una propuesta legítima porque nació en un encuentro de alrededor de 200 personas de comunidades en lucha contra el monocultivo de eucalipto en Brasil en 2004. Dicha propuesta se transformó en un Día Internacional con la importante contribución de nuestro compañero y amigo Ricardo Carrere, quien, a pesar de no estar con nosotros, sigue inspirándonos con el entusiasmo y la pasión con la que siempre incentivó esas luchas contra los monocultivos de árboles.

Al plantear el Día de Lucha, las comunidades reunidas buscaron formas de fortalecer sus luchas de resistencia, de darles mayor visibilidad, además de tener un día para celebrar las reconquistas de territorios que deben ser recordadas siempre porque resultaron de luchas trabadas con mucho sacrificio. Son comunidades que luchan por sus territorios y contra el desierto verde, en conjunto, con algunos pocos aliados, pero que están, muchas veces, prácticamente solas en tales luchas y son perseguidas, criminalizadas por un grupo formado por policías, empresas, gobiernos, medios de comunicación y otros actores. Siempre se las acusa de oponerse al desarrollo y al “progreso”; un “progreso” que conlleva más exclusión, más violencia y más injusticias.

Es, entonces, un merecido Día para hacer que se preste atención a esas luchas y a las personas involucradas; para mostrar que, en realidad, se trata de una lucha únicamente de comunidades y sus aliados en diferentes países y continentes- una lucha por territorio, por dignidad, por derechos. Además, el 21 de setiembre busca, principalmente, incentivar la solidaridad entre esas luchas. Un ejemplo son las acciones que en este mes el WRM estará realizando para apoyar luchas concretas de diferentes continentes y países, mediante cartas y otras manifestaciones de apoyo.

Estas luchas tienen un enorme valor; buscan defender territorios, la soberanía alimentaria, la conservación del bosque, la medicina natural, los valores, costumbres y economías tradicionales de una comunidad, con toda su riqueza. Es a partir de estas luchas que creemos que es posible construir otro mundo, siempre que tengan más visibilidad y logren articularse y fortalecerse cada vez más unidas.

Para una comunidad, conocer mejor la lucha de otras comunidades puede ayudar a aprender mejor su propia realidad, a reflexionar sobre las herramientas que pueden usarse para enfrentar y combatir amenazas como los monocultivos, y, principalmente, puede servir como inspiración y referencia, dar un nuevo aliento. Es de suma importancia divulgar informaciones y experiencias a aquellas comunidades que están comenzando a enfrentar empresas que ambicionan instalarse en sus territorios. Con este espíritu, elaboramos el presente boletín dedicado al Día 21 de setiembre.

Esperamos que la articulación de este Día sea un proceso cada vez más amplio y más permanente de articulación; que el conocimiento de que existen las mismas luchas en varios lugares sea una nueva motivación para que las comunidades busquen intercambiar sus experiencias y así fortalezcan el apoyo y la solidaridad mutuos.