¿Cuál es el rol de la industria agroalimentaria y qué actores se esconden detrás de esta enorme cadena de producción?

Imagen

Silvia Ribeiro, ETC Group

La cría industrial de animales en confinamiento (avícola, porcina, bovina) es una verdadera fábrica de epidemias animales y humanas. Son enormes concentraciones de animales, hacinados, genéticamente uniformes, con sistemas inmunológicos debilitados, a quienes se administran continuamente antibióticos, por lo que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son la principal causa de generar resistencia a antibióticos a nivel global. Un perfecto caldo de cultivo para producir mutaciones de virus más letales y bacterias multi-resistentes a los antibióticos, que luego, siguiendo las rutas de los tratados de libre comercio se distribuyen por todo el globo.

El biólogo estadounidense Rob Wallace, autor del libro Big Farms make Big Flu (Grandes granjas hacen grandes gripes), documentó este proceso con detalle, analizando los brotes de nuevos virus de origen animal, las gripes aviar y porcina, el ébola, zika, VIH y otros. Gran parte se originó en criaderos industriales, otros en animales silvestres, como el coronavirus Covid-19 que provendría de murciélagos. Pero hasta la fecha los estudios indican que no habría llegado directamente a los humanos, sino a través de intermediarios. El estudio de la composición genética indicó que podrían ser pangolines, pequeños mamíferos que viven en Asia, pero el mismo estudio señaló que podrían ser otros animales, como cerdos, por ejemplo.  La organización GRAIN reportó (1) la existencia de mega criaderos de cerdos en Hubei, provincia de la que Wuhan es capital.

Al mismo tiempo que se detecta el Covid-19, los grandes criaderos de cerdos en China son devastados por otro virus que afecta y mata a millones de cerdos: la peste porcina africana (2). Afortunadamente esta no ha mutado (aún) en virus infeccioso para humanos, pero crece por China y Europa.

Siendo grave, la relación entre ganadería industrial y epidemias/pandemias, va más allá de los grandes criaderos para extenderse a todo el sistema agrícola industrial. Los virus originados en animales silvestres llegan a los criaderos o a las zonas rurales y urbanas, por la destrucción de hábitats biodiversos, que hubieran funcionado como barreras de contención de la expansión de virus desde poblaciones de animales silvestres.

Los principales responsables de esa destrucción de ecosistemas son el sistema alimentario agroindustrial en su conjunto (monocultivos, criaderos, contaminación de suelos y fuentes de agua), el crecimiento urbano descontrolado y el avance de megaproyectos sobre esas áreas, como minería, represas, carreteras y corredores comerciales.

También en este contexto, el sistema alimentario agroindustrial juega un papel fundamental en la devastación de la biodiversidad : la causa mayoritaria de la deforestación en el mundo es la expansión de la frontera agropecuaria industrial. En América Latina causa en promedio el 70 por ciento de la deforestación, y en Brasil, hasta el 80 por ciento, según datos de la FAO.

Adicionalmente, de toda la tierra agrícola del planeta, más del 70 por ciento se usa para la industria pecuaria (pasturas o forrajes), la gran mayoría industrial. Más del 60 por ciento de los cereales que se siembran globalmente, son para alimentar animales en confinamiento. (3). Lo que es aún peor, las medidas gubernamentales de algunos países para supuestamente controlar la pandemia del Covid-19 están de hecho acelerando el acaparamiento de tierras en los bosques. Las multinacionales de la agroindustria, incluyendo a gigantes como Bayer-Monsanto, están entre las industrias que se han beneficiado con la pandemia, reportando grandes ganancias pese a la crisis de salud.

Por tanto, atribuir el problema de la pandemia al consumo de carne silvestre, es absurdo, y más bien cumple la función de desviar la atención para que no veamos el rol devastador del sistema alimentario agro-pecuario industrial, que ya está gestando otras pandemias en este mismo instante, ya que nada ha cambiado aún. Peor aún, las industrias de procesamiento de carnes han sido focos de contagios de Covid-19 en Estados Unidos y Europa.

Por el contrario, la cría tradicional, campesina y pastoril, descentralizada y en pequeña escala de animales domésticos, o el consumo tradicional de carne silvestre dentro de los límites decididos por las propias comunidades, es parte de la sobrevivencia de las comunidades indígenas y campesinas que mantienen e incluso aumentan la diversidad y previenen las pandemias. Además, las redes campesinas (incluyendo también a pescadores, pastores, huertas urbanas) son quienes proveen de alimento al equivalente del 70 por ciento de la humanidad, con menos del 25 por ciento de la tierra, agua, y recursos. (4)

(1) GRAIN, Nuevas investigaciones sugieren que las granjas industriales, y no los mercados de productos frescos, podrían ser el origen del Covid-19, marzo 2020
(2) GRAIN, Peste Porcina Africana: Un futuro cultivado en granjas industriales, una pandemia a la vez, marzo 2020
(3) Grupo ETC, Con el caos climático, ¿quién nos alimentará? ¿La cadena industrial de producción de alimentos o las redes campesinas?, 2014
(4) Grupo ETC; ¿Quién nos alimentará?, 2017

>>> Lea aquí todos los artículos de “Reflexiones en medio de la pandemia por parte del Comité Asesor del WRM”