Mozambique: la amenaza de la ‘compensación’ por pérdida de biodiversidad

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El BIOFUND, un fondo de conservación para financiar áreas protegidas de Mozambique con apoyo del Banco Mundial, la cooperación internacional y ONGs conservacionistas, pretende usar las compensaciones por pérdida de biodiversidad para obtener recursos y especular en los mercados financieros.

Los análisis sobre el reciente paso del ciclón Idai por Mozambique indican una fuerte relación entre el devastador ciclón y los eventos climáticos extremos. Es una alerta terrible de que se necesita resolver urgentemente el problema del calentamiento global. Lamentablemente, no es eso lo que se espera que ocurra. Los gobiernos de los países más industrializados, presionados por sus multinacionales e instituciones financieras como el Banco Mundial, promueven los llamados mecanismos de ‘compensación’ en respuesta a la continua destrucción y contaminación ambiental.

Uno de los mecanismos de ‘compensación’ más conocidos es REDD, sigla en inglés para la Reducción de las Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación forestal. (1) Este mecanismo permite que las industrias contaminantes, en lugar de reducir las emisiones de dióxido de carbono derivadas de la combustión de petróleo, gas y carbón mineral en sus propios países, principal causa del calentamiento global, hagan una ‘compensación’ en otro lugar, por ejemplo, en Mozambique.

El gobierno de Mozambique apuesta por el mecanismo REDD. Al adoptar una definición de bosque que acepta cualquier área con árboles, el gobierno incluye las plantaciones de monocultivos de árboles en su estrategia de REDD. Esto se ve cuando, por ejemplo, el gobierno afirma en su “Agenda Forestal 2035”, publicada a principios de 2019, que pretende plantar un millón de hectáreas de árboles para el 2035. (2) Además, el gobierno busca atraer financiamiento externo para REDD en áreas con bosques. Recientemente, el gobierno firmó un acuerdo por US$50 millones de dólares con el Banco Mundial con el objetivo de reducir la deforestación y con eso las emisiones de dióxido de carbono de los bosques. (3)

La compensación por pérdida de biodiversidad

Otro mecanismo de ‘compensación’ menos conocido pero que ha sido propuesto para Mozambique es la ‘compensación’ por pérdida de biodiversidad. Sus defensores afirman que en el caso de empresas que destruyen la biodiversidad, como una mina a cielo abierto por una empresa minera, un proyecto de ‘compensación’ por pérdida de biodiversidad en otro lugar podría ‘compensar’ esa destrucción, manteniendo o mejorando la biodiversidad en ese otro lugar. El mecanismo, según afirman sus defensores, podría garantizar que no haya ninguna pérdida ‘neta’ de biodiversidad.

La forma de aplicar este mecanismo más utilizada ha sido mediante proyectos individuales. Por ejemplo, la empresa minera británico-australiana Rio Tinto está extrayendo ilmenita en Madagascar para exportar a Canadá. Para compensar la destrucción de la biodiversidad causada en la mina, la empresa instaló un proyecto de ‘compensación’ por pérdida de biodiversidad en otro bosque con características parecidas, 50 kilómetros al norte del local de extracción. La empresa afirma que ese bosque estaría amenazado y que su proyecto de ‘compensación’, en colaboración con la ONG Birdlife Internacional, podría salvarlo. Un proyecto de plantación de árboles incluso ‘aumentaría’ la biodiversidad. (4)

La estrategia prevista para Mozambique sin embargo parece enfocarse en otra forma de ‘compensación’ por pérdida de biodiversidad. Un documento de 2016 conocido como “Guía para la compensación de biodiversidad en Mozambique", elaborado por consultores del Banco Mundial en colaboración con el fondo BIOFUND de Mozambique, propone un sistema nacional que implemente la “compensación por pérdida de biodiversidad”, “minimizando los daños ambientales resultantes del desarrollo económico rápido”. La propuesta pretende mitigar “los impactos adversos de los proyectos de desarrollo a gran escala”, siendo que las empresas, causantes de la destrucción, contribuirían con el mantenimiento e incluso la expansión del sistema mozambiqueño de áreas protegidas. Además afirman que los proyectos individuales, como el ejemplo ya citado de la empresa Rio Tinto en Madagascar, también formarían parte de la propuesta. El sistema mozambiqueño de áreas protegidas cubre el 26% del territorio nacional pero recibe apenas el 9% de los recursos que se necesitarían para su mantenimiento.

¿Qué es el BIOFUND?

El BIOFUND, creado en 2011, es un ‘conservation trust fund’, es decir, un fondo fiduciario para la conservación. Este tipo de fondo ya existe en más de 80 países y ha “movilizado cerca de 800 millones de dólares estadounidenses para la conservación”, provenientes de gobiernos e instituciones financieras interesadas en financiar áreas protegidas a través de dichos fondos. A pesar que este fondo afirma que no sustituiría las responsabilidades del Estado, el BIOFUND es una asociación público-privada que se creó para asumir el papel de financiar el sistema de áreas protegidas de Mozambique  con apoyo del Banco Mundial, agencias bilaterales de cooperación internacional y ONG conservacionistas. El informe antes mencionado de los consultores del Banco Mundial se jacta de que el BIOFUND es un organismo “independiente, privado y sin fines de lucro” que está “en una buena posición para recibir, administrar y desembolsar fondos para compensación a lo largo del tiempo”. (5)

El principal problema que el BIOFUND señala para financiar la conservación en Mozambique es la dependencia de recursos externos. En 2014 el 81% de la conservación se financiaba con fuentes externas. La solución dada por el BIOFUND fue la de crear un fondo que capte contribuciones relativamente grandes y especular con ese dinero en los mercados financieros para aumentar el volumen del fondo. Las utilidades generadas se invertirían en la conservación ambiental.

Aparentemente, el mecanismo de ‘compensación’ por pérdida de biodiversidad aparece como otra posible fuente de captación de recursos, siempre y cuando hayan proyectos destructores de biodiversidad que hayan sido propuestos e implantados en el territorio mozambiqueño. De hecho, Mozambique vive una fase de crecimiento económico por encima del promedio mundial que se basa en proyectos e industrias que causan una gran destrucción de biodiversidad, como por ejemplo la minería, la extracción de gas y petróleo y las centrales hidroeléctricas.

El papel del Banco Mundial

El Banco Mundial ha tenido un papel clave en la propagación de mecanismos de ‘compensación’, tales como REDD y la ‘compensación’ por la pérdida de biodiversidad. En 2012, la Corporación Internacional Financiera, el órgano del Banco que financia empresas privadas, incluyó en sus criterios la opción de que las empresas puedan destruir áreas críticas en términos de biodiversidad con la condición de presentar un plan donde se explique cómo pretenden ‘compensar’ aquella destrucción.

En 2015 el Banco produjo un informe parecido al que hizo en Mozambique, señalando el camino para Liberia sobre cómo poder utilizar el dinero del sector de la minería, que tiene una fuerte presencia en el país, para financiar “áreas protegidas”. (6) A eso le llaman una “oportunidad” para el sector de la conservación. Lo que no se menciona es que donde esas empresas se instalen, se destruirán áreas ricas en biodiversidad. Tampoco mencionan que con la minería también se destruirán los medios de subsistencia de comunidades locales, como ocurre con la mina de la empresa brasileña Vale en la provincia de Tete, Mozambique. Tampoco se habla de que con los proyectos de “compensación” una cantidad aún mayor de comunidades confrontarán diversas problemáticas.

¿Cuáles son las amenazas de la  ‘compensación’ por pérdida de biodiversidad?
                              
La primera amenaza es la lógica del mecanismo en sí, que depende de la destrucción para prometer recursos de ‘compensación’ en otros lugares, creando así la necesidad de una narrativa de que estos otros lugares estarían sufriendo alguna amenaza. Los consultores que elaboran esta narrativa generalmente culpan a las comunidades de ser la principal amenaza. Esta es una visión simplista de la realidad y perversa para las comunidades que dependen de los bosques. Significa que mientras más destrucción haya, con todas las ya bien conocidas consecuencias nefastas, más recursos recibirá el BIOFUND. El mecanismo termina creando un incentivo para que la destrucción ambiental en Mozambique continúe y se agrave. Cabe preguntarse, ¿cómo un fondo ‘de conservación’ como el BIOFUND pretende alimentarse de la destrucción de la biodiversidad que éste pretende conservar? ¿No debería, en primer lugar, ayudar a que la destrucción se detenga?

Además de esto, hay que recalcar que no es posible ‘compensar’ la biodiversidad de un lugar en otro lugar, ya que cada área y cada lugar, cada sitio, tiene una biodiversidad específica y única, una importancia particular para con las comunidades, que precisa ser valorada y conservada.  La biodiversidad de un lugar no puede ser sometida a una visión simplista, de meros cálculos económicos y ecuaciones incomprensibles para alegar una ‘compensación’ o  pérdidas ‘netas’.

Otra amenaza del mecanismo está referida tanto a las comunidades como a las áreas y bosques de los que éstas dependen. En el caso del proyecto de Rio Tinto en Madagascar, las comunidades que viven en el área de ‘compensación’ fueron sometidas a severas restricciones. Se las señaló como amenaza para la conservación de la biodiversidad en aquel lugar, a pesar de que viven allí por generaciones salvaguardando el bosque. Cuando, en el caso de Mozambique, el Banco Mundial afirma que los recursos de las empresas destructivas también podrían utilizarse para aumentar las áreas protegidas, significa que las comunidades que viven en esas áreas corren serios riesgos de expulsión. Se generarían más situaciones de conflicto y de injusticia ambiental en el país y se duplicarían las usurpaciones de tierras: en las áreas de destrucción y en las de ‘compensación’.

Es importante destacar que grandes corporaciones apoyan la creación de mecanismos como la ‘compensación’ por pérdida de biodiversidad, ya que representan un camino por el cual pueden seguir destruyendo y lucrando durante más tiempo. A pesar de las promesas en los documentos del Banco Mundial de que este mecanismo, a través del BIOFUND, podría beneficiar a las comunidades, la tendencia es que éstas se verán mucho más perjudicadas al perder tierras y bosques de los que dependen. Combatir la deforestación y conservar la biodiversidad es ciertamente necesario y urgente. Pero no puede hacerse en base a establecer la destrucción como “oportunidad” para poder llevar a cabo la conservación. Es oportunismo puro, que perpetúa las profundas injusticias sociales y ambientales de un modelo económico devastador que se profundiza cada vez más en el país.

ADECRU (Acção Académica para o desenvolvimento das comunidades rurais, Moçambique), JÁ! (Justiça Ambiental, Moçambique) y el WRM

(1) Las industrias pueden comprar certificados de contaminación, los llamados créditos de carbono, que les dan derecho a contaminar. A través del  mecanismo REDD, se le paga a un país con bosques tropicales para que éste conserve un bosque que estaría amenazado o establezca una plantación de árboles, que absorba y por lo tanto almacene, carbono de la atmósfera. Con eso se ‘compensaría’ la continua contaminación industrial. Pero se trata de una falsa solución. Los bosques o las plantaciones son almacenes temporales de carbono, en tanto las industrias que compran el derecho a contaminar echan continuamente más dióxido de carbono a la atmósfera. Con eso y con el paso del tiempo, REDD agrava el calentamiento global. Además, los proyectos REDD y los de plantaciones de árboles, como pinos o eucaliptos, ocasionan muchos otros problemas a las comunidades locales, que pierden el acceso a los bosques y tierras fértiles. Para colmo, generalmente se las señala como principales responsables de la deforestación y la degradación ambiental.
(2) Agenda Florestal 2035 e Programa Nacional de Florestas. Mitader, Febrero 2019, Documento para divulgación y consulta pública.
(3) El Banco Mundial, Mozambique and Democratic Republic of Congo sign landmark deals with World Bank to cut carbon emissions and reduce deforestation, Febrero 2019.
(4) Boletín 223 del WRM, Proyecto de Río Tinto de compensación por pérdida de biodiversidad en Madagascar: la cultura y la religión utilizadas para imponer restricciones, 2016
(5) BioFund, http://www.biofund.org.mz/
(6) Boletín 213 del WRM, El Banco Mundial prepara el camino para una estrategia nacional en compensación de biodiversidad en Liberia, 2015.