Territorio en disputa: nuevo video sobre la economía verde vs las economías comunitarias del sur de Brasil

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En el Estado brasileño de Pará aún sobrevive una vasta extensión de la Mata Atlántica, que hace 500 años cubría toda la costa del país y ahora está en grave peligro. Comunidades tradicionales Caiçaras, Quilombolas y Guaraníes habitan en esa zona, y sus estilos de vida están estrechamente ligados a la Mata Atlántica.

Hace cincuenta años, comenzaron a llegar a la zona hacendados que eliminaron el bosque y se apoderaron de la tierra para criar búfalos.

En los años 1990 llegaron proyectos que forman parte de la llamada Economía Verde. La Fundación Boticário, dirigida por la mayor compañía de cosméticos de Brasil, el Grupo Boticário, compró un área de bosque para crear la “Reserva Natural de Salto Morato”, que se extiende sobre más de 2.000 hectáreas.

Luego vino la Sociedad de Investigación en Vida Salvaje y Educación Ambiental (SPVS), junto con The Nature Conservancy, una gran ONG estadounidense. La SPVS compró más de 18.000 hectáreas de bosque y las transformó en reservas naturales con el fin de almacenar carbono. Para ello, recibió 18 millones de dólares de Chevron, General Motors y American Electric Power, tres corporaciones estadounidenses que contaminan el ambiente y afirman que, almacenando carbono en el bosque, compensan la contaminación que causan.

Dichos proyectos han tenido un fuerte impacto sobre la vida de las comunidades tradicionales, la mayor parte de las cuales no poseen título legal sobre las tierras que ocupan o los bosques que usan. Ahora ya no son libres de trabajar la tierra como solían hacerlo, ya no pueden plantar, ya no pueden criar animales.

Hace treinta o cuarenta años, la población de Guaraqueçaba era el doble o más de lo que es ahora, porque todo el mundo trabajaba, había muchas familias que podían trabajar libremente y alimentarse a sí mismas. Pero ahora que todo está prohibido, la mayoría de las personas se fueron a la ciudad, lejos.

Eso dijo la población del lugar al equipo del WRM que visitó este año a las comunidades Caiçaras, Quilombolas y Guaranís para saber qué pensaban de ese tipo de proyectos de la Economía Verde, y qué sucede cuando las comunidades se organizan y recuperan el control de su tierra, como sucedió en la comunidad de Río Pequeno. Allí, con la ayuda del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), la población ocupó una zona que un hacendado planeaba vender a la SPVS. Las familias se organizaron, instalaron un campamento y comenzaron a construir un nuevo mañana para sus hijos.

Sus testimonios forman parte de un documental que muestra que los verdaderos protectores del bosque han sido pueblos como los Caiçaras, los Quilombolas y los Guaraníes. Como ellos dicen, “no fueron los supuestos ecologistas los que lo preservaron. No, fuimos nosotros los que cuidamos de él en el pasado y seguiremos haciéndolo hoy. Nunca destruimos nada, nunca dañamos el ambiente. Al contrario, siempre vivimos aquí, y toda esta belleza fue preservada por nosotros, no por gente de afuera”.

El video “Territorio en disputa. La economía verde vs la economía de las comunidades. Una historia de los pueblos de la mata atlántica del sur de Brasil” está disponible en inglés, portugués y francés, y en breve en castellano, en la página del WRM.