Vínculos entre el cambio climático y las mujeres

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El análisis del cambio climático ha sido hasta ahora dirigido por la ciencia, y presentado en términos de gases de efecto invernadero y emisiones. Si bien los análisis científicos siguen siendo fundamentales, es necesario tomar en cuenta los imperativos sociales. Aunque no hay vínculos directos obvios entre el cambio climático y las mujeres, los potenciales impactos del cambio climático en términos de vulnerabilidad socioeconómica y adaptación colocan a la mujer en una posición especial.

El concepto de que el cambio climático tiene impactos de género puede ser percibido por los cínicos como otro intento de parloteo académico, un intento sistemático de integrar la perspectiva de género a las principales políticas de desarrollo. Después de todo, el cambio climático es un fenómeno de nuestros tiempos que puede alterar la vida de los seres humanos en general. De igual modo que los huracanes, las tormentas y las inundaciones, que golpean en forma indiscriminada, también las consecuencias del cambio climático se descargan sobre todos. Entonces, ¿qué diferencias de género se podrían esperar?

La liberación de gases de efecto invernadero causada por las actividades humanas está creando una gruesa capa en la atmósfera, produciendo el calentamiento global y por lo tanto el cambio climático. Uno de los gases más importantes de ese proceso es el dióxido de carbono, un gas que es liberado principalmente por el uso de combustibles fósiles y por la deforestación.

Como se analiza en este boletín, las mujeres que viven en los bosques o que dependen de ellos ya están siendo afectadas por los procesos que los destruyen o degradan: el madereo, la minería, la extracción petrolera, las represas, la expansión de la agricultura, las plantaciones, la cría industrial de camarón. Estos procesos a su vez contribuyen al cambio climático (mediante la liberación de dióxido de carbono y metano), en tanto que los cambios del clima aumentan la degradación de los bosques, acelerando así la liberación de dióxido de carbono. Esto significa que las mujeres, que ya son afectadas por los efectos de la deforestación, sufrirían los impactos adicionales del cambio climático.

Los impactos físicos como el aumento del nivel del mar, el mayor grado de intrusión salina y la intrusión en asentamientos humanos alterará drásticamente el equilibrio natural de los ecosistemas locales y mundiales. El problema del aumento del nivel del mar es crucial, en especial para las islas pequeñas y las zonas bajas. Esas regiones están habitadas por un porcentaje importante de la población humana cuya forma de sustento principal proviene de su hábitat natural. La contaminación del agua subterránea por el agua marina también se produciría en los deltas bajos. Las mujeres involucradas directa o indirectamente (como vendedoras de pescado) verán caer en forma significativa sus ingresos. El cambio climático podría originar pérdidas de puestos de trabajo y un aumento en el precio del pescado, con las consiguientes perturbaciones sociales.

En su búsqueda de ingresos, es posible que las mujeres no puedan adaptarse a las variantes del clima y las actividades remuneradas podrían verse gravemente alteradas. Además, muchas mujeres son responsables de los cultivos y la producción agrícola. El cambio climático puede empeorar la producción agrícola, y en consecuencia exacerbar la falta de seguridad alimentaria. Las mujeres, que son el eslabón central en la cadena de alimentación, en la producción y en la distribución de alimentos, ya deben enfrentar situaciones de estrés ambiental, como cultivar en tierra árida; el cambio climático exacerbará esa situación.

El cambio climático puede también agudizar el problema de la migración humana. Catástrofes naturales como inundaciones y tormentas podrían producir daños estructurales graves en la costa y provocar el desplazamiento de la población. En todo el mundo, 150 millones de personas quedarán sin hogar debido a las inundaciones costeras, la perturbación de la agricultura y la erosión de la costa. Dado que las mujeres desempeñan una función esencial en el mantenimiento de la cohesión social de la familia, este posible impacto de la degradación ambiental podría ser muy desestabilizador. La migración y el cambio del ambiente también podrían provocar inestabilidad económica y social.

Se ha pronosticado que el cambio climático producirá problemas de salud graves, cardiovasculares, respiratorios y otras enfermedades. Las mujeres y los niños además se verán expuestos en mayor medida a riesgos de salud relacionados con el agua, ya que son responsables del suministro de agua y deben enfrentar condiciones higiénicas y sanitarias deplorables.

Las mujeres constituyen la mayoría de los trabajadores de bajos ingresos. Prisioneras eternas en ciclos de dependencia y roles co-dependientes, las mujeres deben luchar para mantener el hogar y alimentarlo. Definir la pobreza no es sencillo, pero indicadores tales como ingreso per capita, acceso al crédito, propiedad de bienes, acceso diferencial a derechos sobre la tierra, expectativa de vida o educación, colocan a las mujeres en una posición desfavorable si se las compara con sus contrapartes masculinas. Además, como los pobres y las mujeres pobres específicamente, tienden a tener vidas aisladas, se encuentran marginadas y no figuran en los análisis de los indicadores de pobreza. Se anuncia que el cambio climático acentuará la brecha entre los ricos y los pobres del mundo, y las mujeres están entre los más pobres y los más desfavorecidos. A menudo desarrollan estrategias de adaptación, pero la naturaleza y la escala de estrés ambiental es tal que puede superar la capacidad de las mujeres de contribuir en forma efectiva al desarrollo socioeconómico. Los riesgos relacionados con el cambio climático podrían significar una pérdida de ingresos para las mujeres que trabajan en la agricultura, la industria, la pesca y también en el sector informal.

El cambio climático es simplemente un ejemplo mucho más grave de la complejidad del estrés ambiental y de la forma en que éste puede afectar a las mujeres, que tienen un rol multidimensional como madres, proveedoras, cuidadoras y a menudo administradoras de los recursos naturales.

Extraído y adaptado de: “Gendered Impacts of Climate Change”, por Fatma Denton en ENDA – Energy Programme, correo electrónico: energy2@enda.sn , publicado en ENERGIA News, vol. 3 N° 3, http://www.google.co.uk/search?q=cache:YKhgHEkBDR8J:www.sms.utwente.nl
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