Para las comunidades locales de Camboya, el bosque Prey Long “equivale a la vida misma”

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Prey Long es el mayor bosque perenne de llanura que se conserva intacto en el sudeste asiático. Cubre una superficie de unos 3.600 kilómetros cuadrados en el norte de Camboya. Su nombre, “Prey Long”, significa “Nuestro bosque” en el idioma del pueblo indígena Kuy, que allí vive. Elefantes, tigres, osos, gaures y bantengs deambulan por el bosque. Allí puede escucharse el grito del gibón de capelo. Cálaos, víboras, jabalíes y tortugas, nutrias, ranas y cocodrilos raros, habitan el lugar. Árboles dipterocarpus sobresalen del dosel del bosque, alcanzando algunos los 45 metros de altura.

Pero Prey Long está amenazado. Los planes propuestos incluyen docenas de minas, plantaciones, represas, líneas eléctricas y caminos. La tala ilegal ya comenzó. Si esos planes avanzan, Prey Long se transformará en una zona industrial. Los medios de vida de unas 700.000 personas, sobre todo indígenas que habitan dentro y en los alrededores del bosque, están en peligro.                                          

Un documental a estrenarse próximamente, “One Forest, One Future” (Un bosque, un futuro), de Ben y Jocelyn Pederick, contiene entrevistas a algunos de los lugareños de Prey Long. “El pueblo Kuy ha sido guardián de su tierra desde el tiempo de nuestros ancestros,” dice Serey Thae. El video muestra cómo la gente utiliza y protege el bosque. “Todos los grandes árboles tienen espíritus que les pertenecen. Nadie corta esos árboles,” dice Srey Long. “Si lo hacen, morirán.”

Los peligros que corre Prey Long corresponden a la tercera fase de la liquidación de tierras, bosques y recursos emprendida por el gobierno. Fase uno: concesiones madereras. En los años 90, el gobierno camboyano entregó vastas extensiones de bosque a empresas madereras. Como resultado, los bosques sufrieron una enorme devastación. Desde 2002 está vigente una moratoria a las concesiones madereras.

Fase dos: concesiones de tierras. Muchas de estas concesiones incluyeron bosques que las empresas talaron. Ejemplo de ello es la plantación de caucho Tumring, al sur de Prey Long. En un informe de 2007, Global Witness documentó la forma en que la plantación fue el motivo de la tala ilegal a gran escala de Prey Long, realizada por la empresa Seng Keang, que está estrechamente vinculada con el gobierno.

Fase tres: concesiones de explotación, uso y desarrollo. Al no estar amparadas por la ley territorial de Camboya, el gobierno puede otorgar a empresas mineras concesiones que a menudo abarcan cientos de kilómetros cuadrados. En algunos casos no existen licencias de exploración o explotación para el área de la concesión. Global Witness descubrió que los millones de dólares recibidos en pago por varias concesiones, simplemente han desaparecido.

De las muchas concesiones mineras otorgadas dentro y en los alrededores de Prey Long, la más grande pertenece a Kenertec, una empresa surcoreana que se describe a sí misma como “líder de la industria energética ecológica del siglo 21”. En 2008, Kenertec asumió el control del 85 por ciento de una mina de hierro situada en el distrito de Rovieng, en el límite norte del bosque Prey Long. La mina había estado controlada por China National Machinery & Equipment Import & Export Corporation (una empresa china de capitales públicos), Pheapimex (una de las empresas más poderosas de Camboya, responsable de talas extremadamente destructivas y de proyectos de plantación que abarcan vastas extensiones de bosques camboyanos) y Rattanak Stone Cambodia Development Company (que es controlada por Pol Saroeun, Comandante en Jefe del Ejército de Camboya). La mina está protegida por soldados empleados por Kenertec.

Kenertec también tiene derechos de exploración sobre ocho lugares en Camboya, que abarcan, según la empresa, una superficie total de 1.520 kilómetros cuadrados. La empresa planea explotar las minas de cobre, plomo, zinc, hierro, manganeso, sílice y piedras preciosas. La concesión se encuentra al norte de Prey Long y se superpone en parte a una extensión importante de bosque.

Kenertec tiene también 60.000 hectáreas de concesiones económicas de tierras que ocupan lo que ellos llaman “tierras de matorrales”. Kenertec se propone plantar árboles de caucho, mandioca y jatrofa. También hay planes de instalar una planta para producción de energía a partir de biomasa. El área concedida es seis veces mayor que lo permitido por la ley territorial de Camboya.

“Nuestra gente está preocupada,” dijo Ru Lark, un aldeano de Stung Treng, a Ben y Jocelyn Pederick, autores del video. “¿Cuántos años le quedan al bosque? ¿Cuánto tiempo más puede sobrevivir Prey Long?” Serey Thae lleva al equipo de filmación al bosque. “Aquí está la evidencia,” dice señalando. “Están cortando árboles que llegan a los 130 cm de diámetro. Y luego los queman. Talaron todos los árboles desde la montaña hasta las planicies.”

El Dr. Andrew McDonald, de la Universidad de Texas, ha estudiado los bosques tropicales del sudeste asiático por 15 años y está extremadamente preocupado por Prey Long. En un artículo publicado el año pasado en el Phnom Penh Post, él observa que sólo hay una publicación científica detallada sobre los bosques tropicales bajos de Camboya. Dicho estudio se concentró en un área boscosa cercana a Sihanoukville, en el sur del país. Hoy en día el bosque ya no está, ha sido reemplazado por un monocultivo de acacias.

Prey Long, la parte más importante que queda de los bosques tropicales de llanura del sudeste asiático, podría enfrentar un destino similar.

En 2008, Global Witness entrevistó a un empleado de Kenertec que habló del potencial de Camboya como oportunidad de inversión. “Veo dinero en todas partes,” dijo. “¡En los árboles, en la tierra, en todas partes!” El contraste con la opinión que los aldeanos tienen del bosque no podría ser más marcado. “Todo lo que necesitamos viene del bosque,” explica En Nam, un aldeano de la provincia de Kampong Thom. “No se puede poner un precio al bosque. El bosque equivale a la vida misma.”

Por Chris Lang, http://chrislang.org