Más de cien organizaciones internacionales, nacionales y locales firmaron esta carta abierta a los miembros la Junta del Fondo Verde para el Clima. La Junta del Fondo Verde para el Clima (GCF, por su sigla en inglés) se reunirá entre el 12 y el 14 de noviembre, y tendrá que decidir sobre una serie de solicitudes de financiamiento relacionadas con REDD+ (Reducción de las Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques), la controvertida estrategia que durante más de una década ha dominado las políticas internacionales vinculadas a los bosques y el clima.
Entre esas propuestas, está el pedido de la Corporación Financiera Internacional (CFI) —entidad del Banco Mundial cuyas acciones han sido perjudicales para el clima— para financiar su “Programa de bonos forestales multinacionales”, que busca subsidiar un mercado para créditos de proyectos REDD+ del sector privado para los cuales no hay ni demanda ni justificación.
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Carta abierta a los miembros de la Junta del Fondo Verde para el Clima
En su 24ª reunión, a realizarse del 12 al 14 de noviembre de 2019, la Junta del Fondo Verde para el Clima (GCF, por su sigla en inglés) tendrá que decidir sobre una serie de solicitudes de financiamiento relacionadas con REDD+, la controvertida estrategia que durante más de una década ha dominado las políticas internacionales vinculadas a los bosques y el clima.
Es imperioso que los miembros de la Junta rechacen estos pedidos de fondos para REDD+. En especial, deben abstenerse de aprobar la solicitud de financiamiento de la Corporación Financiera Internacional (CFI) —entidad del Banco Mundial cuyas acciones han sido perjudicales para el clima— que busca subsidiar un mercado de carbono para créditos de proyectos REDD+ del sector privado para los cuales no hay ni demanda ni justificación.
Mientras que el círculo de partidarios de REDD+ que rechazan toda evidencia en contra de esta estrategia se reduce cada vez más, el reconocimiento de que este experimento ha fracasado aumenta entre los profesionales y activistas por la justicia social y ambiental. REDD+ está concebido de tal manera que continuará fracasando en aquello en lo que ha dado resultados en los últimos 15 años: abordar los agentes de la destrucción a gran escala de los bosques. La consecuencia es, por lo tanto, más cantidad -y no menos- de emisiones derivadas de la deforestación.
Para empeorar las cosas, dondequiera que se hayan implementado iniciativas REDD+ en el terreno, las tensiones aumentaron y se provocaron divisiones dentro y entre las comunidades afectadas por estas medidas. Mientras se restringe, se demoniza y se culpa injustamente de la deforestación a la agricultura campesina y al uso del bosque por parte de los pueblos indígenas, se recompensa a los verdaderos responsables de la destrucción de los bosques.
El Fondo Verde para el Clima debe abstenerse de financiar una estrategia que durante más de una década no ha logrado mostrar que funciona en la práctica
Estamos particularmente conmocionados por el pedido que hizo la CFI al Fondo Verde para el Clima, de financiar su “Programa de bonos forestales multinacionales”. En otros lugares, la iniciativa fue descripta como una “flexibilización cuantitativa para los créditos de carbono REDD de alto riesgo”. No existe una justificación convincente para destinar los escasos recursos del Fondo Verde para el Clima a un programa destinado a subsidiar un mercado de carbono para créditos de proyectos REDD+ del sector privado para los cuales no hay demanda. Además, no existe evidencia de que tal intercambio de créditos REDD+ de compensación reduzca (las emisiones derivadas de) la deforestación. Por el contrario, para el Norte global constituye una peligrosa distracción de la imperiosa y urgente necesidad de actuar en materia climática. De aprobarse esta solicitud de financiamiento de la CFI, se correría el riesgo de financiar a compañías con un pésimo historial en materia social, ambiental y de derechos humanos y pondría en cuestionamiento los procedimientos de debida diligencia del Fondo Verde para el Clima para la verificación de los proyectos antes de su aprobación.
Exhortamos a los Miembros de la Junta del Fondo Verde para el Clima que rechacen rotundamente el pedido de financiamiento de la CFI para su “Programa de bonos forestales multinacionales”
Entre las numerosas razones para rechazar la solicitud de financiamiento de la CFI figuran:
— Etiquetado engañoso del producto por parte de la CFI. El dinero que la CFI pretende recaudar vendiendo lo que llama “Bonos Forestales” no se invertirá en la protección de los bosques. Las inversiones financiadas con este dinero pueden, incluso, provocar deforestación, dependiendo de qué “inversiones relacionadas con el clima” decida escoger la CFI para financiarlas con los fondos recaudados mediante la emisión de bonos. El único financiamiento de "Bonos Forestales" relacionado con los bosques que existe es una opción para los tenedores de bonos, quienes pueden elegir créditos de compensación REDD+ en lugar del pago anual de intereses en efectivo.
— Espectacular fracaso de la iniciativa piloto “Bonos Forestales” de la CFI: en 2017, la CFI ofreció a los inversores que habían comprado sus “Bonos Forestales” la opción de escoger entre recibir créditos de compensación REDD+ del controvertido proyecto Kasigau Corridor REDD+ en Kenia o recibir el pago anual de intereses en efectivo. El proyecto REDD+ ha sido criticado por exacerbar las desigualdades históricas en el acceso a la tierra y utilizar una línea de base inflada para el cálculo de sus supuestos ahorros de emisiones. Igualmente controvertida fue la decisión de la CFI de escoger como socia de su emprendimiento “Bonos Forestales” a una de las mayores emisoras de carbono del mundo, la compañía minera BHP Billiton. BHP Billiton se comprometió a comprar los créditos REDD que no fueran utilizados por los “Bonos Forestales” de la CFI. El anuncio se produjo casi un año después del colapso de una presa de relaves en las actividades mineras de Samarco en Brasil, que mató a 19 personas y causó una devastación ambiental que continúa hasta nuestros días. Que sepamos, ni un solo inversionista optó por recibir el pago anual en créditos de compensación REDD+ en vez del efectivo.
— Subsidio a los especuladores de proyectos REDD+ del sector privado. Aunque se afirmó que REDD+ era un mecanismo para atraer fondos del sector privado hacia la protección de los bosques, el sector privado no ha mostrado demasiado interés en invertir en proyectos REDD+ (lo que consideramos una buena señal, en la medida que los proyectos REDD+ existentes han causado sistemáticamente grandes conflictos y que ningún proyecto REDD+ de compensación puede garantizar la contribución a la protección del clima que dice estar proporcionando).1 La propuesta de la CFI incluye préstamos baratos y ayuda con la comercialización de créditos de compensación REDD+ de posibles proyectos REDD+ del sector privado, tanto nuevos como ya existentes. Existe una abrumadora documentación que demuestra que tales proyectos REDD+ del sector privado seguramente no le harán ningún bien ni a los pueblos del bosque ni al clima.
— Financiamiento del formato más controvertido de REDD+: Incluso los más férreos defensores de REDD+ coinciden en que los proyectos REDD+ individuales del sector privado, del tipo que la CFI propone subsidiar, son una estrategia inadecuada para frenar la deforestación.2 Las negociaciones sobre el clima que tienen lugar en las Naciones Unidas aún no han decidido si estos proyectos REDD+ de compensación individuales del sector privado se incluirán, y cómo, en el libro de normas del Acuerdo de París. La Junta del Fondo Verde para el Clima no debe juzgar de antemano el resultado de estas negociaciones (ni debe ser vista como una entidad que juzgue de antemano estas negociaciones).
— Subsidios a un mercado REDD+ de compensación de carbono para el cual no hay demanda. Desde hace casi 15 años, el Banco Mundial y la CFI han afirmado estar “iniciando” un mercado de carbono REDD+. En este último intento de poner en marcha un mercado de compensación de carbono para el que no hay demanda, la CFI solicita gastar el escaso dinero del Fondo Verde para el Clima en (1) la creación de una demanda artificial que vincule créditos REDD+ a sus bonos y en (2) la creación de una inversión de amortiguación del riesgo para los especuladores de proyectos REDD+ a través de un “Mecanismo de Liquidez”. Este Mecanismo amortiguaría, entre otros, el riesgo de inversión, al apuntalar los precios de los créditos de compensación REDD+. De esa forma, los especuladores de proyectos REDD+ del sector privado y los corredores de créditos REDD+ tienen garantizada una inversión sin riesgos en un producto altamente dudoso: los créditos de compensación REDD+. El Fondo subvencionará las inversiones en un producto para el que no hay demanda.
— Posibles subsidios a empresas con pésima trayectoria en materia ambiental y de derechos humanos. En el caso de la República Democrática del Congo (uno de los tres países donde se prevé el apoyo financiero de la CFI a través del “Programa de bonos forestales multinacionales”), la propuesta de la CFI incorpora, además del especulador del proyecto REDD + Wildlife Works Carbon (WWC), las siguientes empresas como “candidatos prometedores” para el apoyo: las empresas madereras SAFBOIS y SODEFOR, la empresa francesa de petróleo y gas TOTAL, y las concesiones de la compañía palmícola FERONIA. Dado el historial de estas empresas es impensable que lleguen a cumplir las políticas de salvaguardia del Fondo Verde para el Clima, por ejemplo, sobre los pueblos indígenas.
Para el caso de Madagascar, la CFI incluye a Ambatovy Mining Company como “candidato asociado”. Mientras tanto, la propuesta anuncia que en Perú, la CFI identificará a los actores del sector privado una vez que se apruebe el proyecto. La sociedad civil peruana ha luchado contra los “piratas del carbono” y los proyectos REDD+ del sector privado del tipo que la CFI prevé subsidiar a través de su programa "Bonos Forestales".
En resumen, los miembros de la Junta deben rechazar los proyectos REDD+ presentados para su aprobación en la 24ª reunión de la Junta. La aprobación en particular del pedido de financiamiento de la CFI para su “Programa de bonos forestales multinacionales” equivaldría a malgastar de manera injustificable el escaso dinero del Fondo Verde para el Clima. Con esto se correría el riesgo de financiar empresas con historiales sociales y ambientales muy dudosos. También se correría el riesgo de recompensar a empresas cuyas actividades son causa de deforestación a gran escala y de violaciones de los derechos de los pueblos del bosque. En otras palabras, el pedido de financiamiento de la CFI corre el riesgo de subsidiar proyectos REDD+ del sector privado que es poco probable que reduzcan la deforestación, seguramente provocarán conflictos con las comunidades que dependen de los bosques y les impondrán restricciones a algunas de esas comunidades, que son las más marginadas del mundo y tienen las menores huellas de carbono.
Es hora de poner fin al experimento REDD+ y no desperdiciar los escasos recursos del Fondo Verde para el Clima en fortalecer una estrategia que, desde que se inventó, no pudo probar que en la práctica funcione.
Los miembros de la Junta del Fondo Verde para el Clima deben decir NO a los pedidos de financiamiento de proyectos REDD+, y rechazar de manera rotunda la solicitud de financiamiento de la CFI para su “Programa de bonos forestales multinacionales”
Montevideo, 2 de noviembre de 2019
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
1 Hay varias razones por las cuales las compensaciones del mecanismo REDD+ en particular no pueden garantizar la contribución a la protección del clima que afirman hacer. Entre ellas: (1) discordancia en las escalas de tiempo. Las escalas temporales en las que circulan el carbono fósil y el carbono forestal son incompatibles: el carbono almacenado en los bosques puede liberarse fácilmente a la atmósfera, a través de incendios, proliferación de insectos y tormentas. Una vez liberado, el carbono fósil interferirá con el clima durante siglos y permanecerá en promedio en la atmósfera durante 100 años. Durante tales escalas de tiempo es imposible garantizar la compensación de carbono almacenado en los bosques. (2) Anuncios imposibles de verificar: es imposible verificar una historia que contradice los hechos: que los bosques habrían sido destruidos si no hubiera sido por el proyecto de compensación REDD. Se sospecha que numerosos proyectos REDD+ explotan esta imposibilidad de verificar la historia hipotética de lo que hubiera ocurrido, magnificando la hipotética destrucción, lo que al mismo tiempo les permite aumentar el volumen de emisiones supuestamente ahorradas y, por lo tanto, el volumen de créditos de compensación que el proyecto puede vender.
2 En una entrevista con Nature4Climate, Frances Seymour, por ejemplo, señala: “Se iniciaron cientos de proyectos, y algunos de esos les dieron mala fama a REDD+. […] Otros proyectos no lograron atraer la cantidad suficiente de fondos necesaria para realizar intervenciones efectivas, y ninguno se enfocó en los agentes más sistemáticos de la deforestación, tales como la inseguridad en materia de derechos a la tierra”.