Muchos años han pasado desde que tuve el honor de ser elegido como Coordinador Internacional del WRM. No tengo palabras para agradecer a quienes me dieron esa oportunidad, que me abrió horizontes cuya existencia apenas sospechaba y que me permitió ser aprendedor de todo antes que coordinador de nada.
A lo largo de todos estos años, el equipo del WRM que he tenido el gusto de coordinar ha actuado siempre bajo la óptica de aprender de la gente y de compartir ese conocimiento con quienes necesitan del mismo para fortalecer sus luchas. Ese es el tema en el que nos hemos centrado: las luchas de los pueblos por defender sus derechos, sus medios y estilos de vida, sus sueños de un futuro mejor. Todo el bagaje de conocimiento acumulado por el WRM durante su cuarto de siglo de vida nace en la gente y se vuelca hacia la gente. Esa es probablemente nuestra mayor fortaleza y nuestro mayor motivo de orgullo.
La “tarea” de coordinador me dio además la oportunidad de vincularme a una enorme diversidad de personas en todo el mundo –Sur y Norte, Este y Oeste- unidas por un anhelo común: una sociedad solidaria basada en el respeto entre personas y culturas y entre éstas y la naturaleza. En esa interacción fuimos estableciendo confianzas políticas y personales, que sin duda ayudaron a fortalecer las luchas a nivel local, regional y global. Al mismo tiempo, mi función como coordinador del WRM me permitió conocer a personas maravillosas que me honran con su amistad y con quienes hemos recorrido juntos muchos caminos.
A esta altura, resulta obvio que esto es más una despedida que un editorial. Es cierto: me estoy retirando. No de la lucha ni del WRM, sino de la función de coordinador del WRM. Me retiro “rico de lindas riquezas” (1) entre las que se cuentan todas esas personas que conocí y aprendí a querer y respetar a lo largo de todos estos años.
Y entre esas muchas personas hoy quiero destacar a una, por la única razón de que es quien resultó seleccionado para sucederme en el cargo: Winnie Overbeek. Dada su reconocida modestia, solo voy a decir dos cosas sobre él: que lo conozco desde hace muchos años y que me inspira total confianza. Le dejo ahora el editorial abierto, para que haga su introducción. ¡Bienvenido Winnie!
Ricardo Carrere
Para empezar, no puedo dejar de señalar cuan desafiante se presenta esta nueva actividad en mi vida, por diferentes motivos: primero, por asumir la coordinación de una organización de tanta importancia como el WRM; y segundo, por suceder a Ricardo Carrere, un compañero que, valiéndose de sus innumerables cualidades, se ha dedicado desde hace más de 20 años a esta organización. Su esfuerzo y el de su equipo dieron como resultado una amplia red de contactos de personas, activistas y organizaciones que actúan en diversos niveles. Para muchos de ellos, el WRM significa una organización que merece respeto y en la que pueden tener confianza. Se trata de una organización comprometida con las luchas de comunidades locales por la preservación de los bosques, por sus derechos, y contrarias a las intervenciones destructivas, muchas veces publicitadas como "desarrollo", que amenazan su bienestar y su supervivencia.
Si bien por un lado hay elementos que me preocupan, hay también otros que me dejan un poco más tranquilo: el hecho de saber que podré contar con numerosos compañeros y compañeras de diferentes partes del mundo para la realización del trabajo; que el equipo que trabajó con Ricardo continuará haciéndolo conmigo - un equipo valeroso, competente y con mucha disposición para el trabajo y que espero que tenga paciencia conmigo. Junto a este equipo, pretendemos dar continuidad al trabajo que comenzó en Malasia hace tantos años. Y esperamos, junto a ustedes, seguir construyendo el WRM como una red de personas, activistas, movimientos y organizaciones comprometidas con la defensa de la vida, que respeta y aprende de las comunidades que viven de los bosques y que colabora con el fortalecimiento de sus luchas contra las diversas amenazas a sus territorios y a su modo de vida.
También espero que mi experiencia en estos últimos 15 años de apoyo a las luchas de comunidades indígenas y otras en Brasil me ayuden un poco en la tarea. Fue en esa convivencia que conocí al WRM y durante la misma pudimos contar con su importante apoyo. Así fue como comencé a sentirme parte del WRM y de esta Red que la organización ha ayudado a construir en muchos países.
Por último, otro motivo que me deja un poco más tranquilo en este momento es que Ricardo acaba de decir que no se retirará del WRM, ni de la lucha y, por ello, espero que podamos seguir contando con su contribución fundamental.
Winnie Overbeek
(1) al decir del cantautor argentino Atahualpa Yupanqui: “Rico de lindas riquezas: guitarra, amigos, canción”.