Argentina: Chaco - desmonte, desnutrición y muerte

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Una intensa ola de frío atravesó Argentina en la primera quincena de julio. En las cálidas tierras de la provincia de Chaco, donde la media anual ronda los 20º C se registraron marcas por debajo de cero. Ese brusco descenso de temperatura expuso en muertes la dimensión de la emergencia sanitaria y alimentaria que viven los pueblos indígenas toba, mocoví y wichí en ese distrito del noreste del país, donde la salud está minada por la desnutrición, la tuberculosis y el chagas. En pocos días los muertos fueron 10, al 2 de octubre ese número ascendió a 16, la mayoría son tobas. Todas las víctimas vivían en El Impenetrable, región de monte que desde hace un siglo sufre el saqueo de sus quebrachos, algarrobos y lapachos y que en las últimas décadas desaparece bajo las topadoras y el fuego de quienes buscan la alta rentabilidad del cultivo de soja.

A partir de 1995 la provincia vendió la mayor parte de sus tierras fiscales; en ese momento contaba con 3 millones de hectáreas y actualmente le quedan unas 580 mil. El traspaso de la tierra pública a grandes propietarios fue el requisito previo para su posterior desmonte. La organización de derechos humanos chaqueña Centro de Estudios Nelson Mandela denunció en noviembre de 2006 que la Dirección de Bosques de la provincia, desmanteló en los últimos años su estructura administrativa y operativa. “El Estado tiene una política sobre el sector, que consiste en dejar hacer y dejar pasar. La ley es letra muerta. El Decreto 1341, que suspendió el otorgamiento de permisos de desmontes hasta que finalice el ordenamiento territorial del Chaco, no se aplica ni se respeta. El desmonte no solamente continúa, sino que es más intenso. Todo un cuadro escandaloso, signado por la destrucción y por la impunidad”, había advertido el 20 de octubre de 2006 la misma organización en una declaración pública.

Este proceso afectó mayormente a El Impenetrable, que se extiende al oeste de la provincia y es el territorio ancestral toba y wichí. La desaparición del monte determinó la desaparición de las proteínas animales y vegetales de la dieta de estos pueblos. “El algarrobo simboliza casi todo, porque de ahí obtenían las proteínas las comunidades indígenas, la algarroba [su fruto] era el eje central de la dieta proteica, al ir desapareciendo hoy se mantienen con grasa, con harina, a veces un poco de fideos, no siempre; arroz, cada vez menos; y carne, casi nunca. Entonces tenemos que esa dieta condujo a la desnutrición, a la mal nutrición, a la hipertensión, a la diabetes. Por desnutrición o por mal nutrición, al no tener nunca comida suficiente y menos comida con capacidad nutritiva, a las enfermedades infecciosas, a la tuberculosis, al chagas”, sostuvo  Rolando Núñez, coordinador del Centro Mandela, en una entrevista realizada en agosto.

Desde abril del año pasado los pueblos toba, wichí y mocoví vienen denunciando esta situación y exigen al gobierno provincial políticas públicas, incluso bloquearon rutas, acamparon frente a la sede del gobierno local y realizaron una huelga de hambre. Tras décadas de silencio el ‘levantamiento’ – como lo llaman – puso de relieve la extrema pobreza y la discriminación en que están sumidos los aproximadamente 60 mil indígenas del Chaco. Salieron del silencio pero los acuerdos firmados con el gobierno en agosto de 2006 no fueron cumplidos.

La extrema situación que viven las comunidades fue denunciada por la Defensoría del Pueblo, que demandó a los estados nacional y provincial por sus responsabilidades ante la Corte Suprema de Justicia. También la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha pedido una ampliación documental por una denuncia de genocidio. A tres meses del comienzo de la ola de muertes las autoridades sólo han atinado a implementar planes de asistencia alimentaria temporal sin atender las causas de la emergencia.

Por Hernán Scandizzo, Colectivo Pueblos Originarios – Indymedia Argentina. Contacto: originarios-arg@indymedia.orgwww.argentina.indymedia.org/pueblos