En 1997 el gobierno federal australiano promulgó un reglamento para los bosques de Tasmania, aboliendo los cupos de exportación de astillas. Consecuentemente North Limited --el mayor exportador de astillas del país-- anunció planes de incrementar la producción de astillas de los bosques nativos de Tasmania, que actualmente se eleva a aproximadamente 3,4 millones de toneladas anuales. ONGs ambientalistas de Tasmania expresaron su preocupación por esta medida, que abriría las puertas para la destrucción de los bosques primarios de eucaliptos en la isla, los cuales constituyen parte del Patrimonio Nacional Australiano (ver boletín 7 del WRM).
Una nueva amenaza pende ahora sobre los ya escasos bosques primarios: una propuesta del gobierno, incluída en la Ley de Energía Renovable, la cual promueve la generación de electricidad mediante el astillado de bosques primarios --considerados una "fuente de energía renovable"-- con la meta de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las reformas propuestas a este proyecto de ley por otros partidos con representación parlamentaria, que apuntan a la utilización de otras fuentes de energía renovable --tales como la solar y eólica-- en vez de bosques nativos, fueron rechazadas por los representantes del gobierno y por el principal partido de oposición. Los verdes australianos criticaron severamente la iniciativa y acusaron a ambos partidos de estar en las manos de las compañías de astillas de madera. El senador Brown afirmó que la iniciativa fue el resultado de las presiones de las compañías de astillas de madera, quienes necesitaban nuevos mercados ya que se estaban enfrentando a la dura competencia de las plantaciones sudamericanas en el mercado papelero japonés. Esto muestra cuán perverso es el mercado global de la pulpa y papel: las vastas plantaciones de árboles para celulosa en América del Sur resultan en graves impactos ambientales y sociales en esa región, mientras que al mismo tiempo constituyen la causa indirecta de la destrucción de bosques nativos en Australia. Todo ello para alimentar la voraz industria papelera japonesa.
Dada el área relativamente pequeña ocupada por bosques en Australia, dicha iniciativa parece no tener una justificación razonable. Adicionalmente, es contradictoria con la posición australiana en la recientemente celebrada COP6 en La Haya, donde sus delegados expresaron su fuerte apoyo para la inclusión de los bosques en el denominado Mecanismo de Desarrollo Limpio para mitigar el calentamiento global. Todo esto parece no tener sentido para nosotros, pero obviamente lo tiene para las compañías astilladoras, quienes se beneficiarán ampliamente de esta ley "verde".
Artículo basado en información obtenida de: Worldwide Forest/Biodiversity Campaign News, , "Australia Promotes Native Old-Growth Woodchipping as Renewable Energy" ("Australia promueve el astillado de bosques primarios nativos como energía renovable"), 8/10/2000;