En mayo de este año, un grupo de indígenas que hasta entonces había permanecido en aislamiento voluntario, estableció contacto con el mundo exterior. Esto sucedió al norte del Estado de Pará. Los indígenas caminaron durante 5 días, mas de 100 kms entre la densa selva amazónica, atravesando la frontera desde Mato Grosso hasta aparecer inesperadamente en una aldea de los indígenas Kayapó.
Es importante señalar que dicho contacto no fue fruto de una decisión tomada libremente, sino el resultado de la incursión de madereros en su territorio, que les forzó a huir y a hacer ese largo y difícil recorrido hasta llegar a esta aldea.
Se trata de un grupo de 87 indígenas Metyktire -un sub-grupo de los Kayapó- que fueron inicialmente contactados en el año 1950 pero que en aquel entonces decidieron adentrarse nuevamente al bosque y por decisión propia han vivido en aislamiento voluntario hasta ahora.
Según se informa, el primer contacto fue realizado por dos hombres que hicieron sonidos afuera de una de las casas de la aldea y fueron vistos por dos jóvenes. Luego de superada la desconfianza mutua resultante del inesperado encuentro, el resto del grupo fue también ingresando paulatinamente a la aldea Kayapó.
Como medida precautoria, se ha establecido que sólo los integrantes de esa aldea pueden tener contacto con los Metyktire, como forma de prevenir el contagio de enfermedades para las que no cuentan con defensas inmunológicas. Esta aldea está integrada por indígenas de la misma etnia, que en los años 50 decidió establecer contacto con los blancos. El líder de la aldea -Megaron Txucarramãe- quien también es representante ante la FUNAI (Fundación Nacional Indígena del Brasil), es quién está a cargo de la interlocución con los recién llegados. De acuerdo a la FUNAI, todavía no se tiene información acerca de si hay integrantes de los Metyktire que se encuentren en la selva heridos o muertos, o que simplemente todavía no hayan decidido salir.
Los Metyktire eran considerados desaparecidos y no se sabía nada acerca de su paradero. Fueron recibidos con gran alegría, entre cánticos y danzas por parte de los Kayapó. Aún no hay imágenes disponibles, pero sí se pueden escuchar las grabaciones de los cánticos que fueron transmitidas por la radio local (ver: http://www.survival-international.org/news/2462). Los relatos cuentan que los Metyktire hablan una versión más pura del mebengokré (el idioma de los Kayapó), que son altos y fuertes, usan el pelo largo y “botoque” (un disco de madera que se coloca en el labio inferior).
De acuerdo a Gilberto Hazaña y Sydney Possuelo del Centro de Trabajo Indigenista, los indígenas en aislamiento voluntario son pueblos que “…a lo largo de este tiempo (¡500 años!), buscaron regiones aisladas o se refugiaron en ellas, o mejor dicho, regiones no ambicionadas por la saña mercantilista (o misionera) de nuestros ‘frentes de expansión’. En la Amazonia (brasileña principalmente, pero también en la boliviana, peruana, colombiana, venezolana, ecuatoriana y guyanesa) estimamos que todavía existen decenas de pueblos indígenas que viven casi del mismo modo que vivían hace quinientos, seiscientos o mil años atrás: vestidos solamente con sus adornos de plumas o taparrabos, sobreviviendo de la caza, de la pesca, de la recolección y de la agricultura en pequeña escala con hachas de piedra y fuego, sin enfermedades virósicas y en un ambiente de plena abundancia. Es un hecho hoy que la mayoría de los pueblos aislados en la Amazonia está viviendo una situación extremadamente grave en función del avance de los frentes predatorios (madereros y mineros) sobre las últimas áreas aún vírgenes de la región”.
Este reciente contacto del pueblo Metyktire, es una buena oportunidad para reflexionar, y pensar en el futuro de estos pueblos, dejando de lado el hecho folclórico y la cobertura sensacionalista que la mayoría de los medios hacen del tema.
El primer punto para la reflexión es que no establecieron contacto por decisión propia. Todo lo contrario. Las primeras versiones hablan de que venían escapando de los madereros, y que durante 5 días huyeron a través de la densa selva hasta finalmente establecer contacto con sus hermanos Kayapó. Es decir que podrían haber sido exterminados a balazos por los madereros –como ha sucedido en muchos casos- sin que quedaran rastros, pero afortunadamente pudieron escapar.
Al mismo tiempo, surgen una cantidad de preguntas: ¿Cuál es el futuro de estas comunidades que son forzadas a hacer contacto con un mundo exterior donde reina el mercantilismo y dónde lo que más interesa de esta historia van a ser las imágenes de los indígenas con sus cuerpos desnudos y botoque en los labios? ¿Cuál va ser el futuro de estas comunidades que se integran a un mundo –y a un país- donde reina el racismo y dónde gran parte de los indígenas viven en condiciones de extrema pobreza? ¿Cuál es el futuro de las decenas de comunidades que aún viven en la selva –particularmente en Brasil- cuyos territorios son entregados a empresas madereras, mineras, petroleras, en nombre del “desarrollo y crecimiento económico” del país?
Pero quizá la pregunta más importante sea: ¿Qué podemos hacer para asegurar los derechos de estos pueblos y para que puedan tomar libremente su decisión a vivir aislados o no?
En ese sentido, entendemos que lo primero es hacer conocer su existencia y lograr que se entienda y respete su decisión de vivir en aislamiento. Hacer comprender a la gente que no se trata de pueblos ignorantes que viven en la pobreza, sino de pueblos con una cultura propia, adaptada a utilizar sustentablemente el “ambiente de plena abundancia” en el que viven.
Al mismo tiempo, es imprescindible lograr que los gobiernos reconozcan los derechos territoriales de estos pueblos - que anteceden la existencia de los actuales estados nacionales- y que aseguren que los mismos sean respetados, impidiendo el ingreso de madereros, mineros y otros agentes de destrucción a sus territorios.
Sin el apoyo de la sociedad exterior, estos pueblos no están en condiciones de defender sus territorios ancestrales frente a bien armados e inescrupulosos agentes externos y sólo tendrán la opción de contactarse contra su voluntad o desaparecer. Es por eso que hacemos un llamamiento a tod@s -y en particular a los pueblos de los países amazónicos- a redoblar esfuerzos para proteger los derechos de todos los pueblos indígenas que viven en aislamiento voluntario.
Artículo elaborado en base a información de: “Indio brabo”, artículo de Rodolfo Salm publicado en Correio da Ciudadania, http://www.correiocidadania.com.br/content/view/434/57/; Survival Internacional, http://www.survival-international.org/news/2462 ; Boletín 87 del WRM, http://www.wrm.org.uy/boletin/87/AM.html#Brasil