Por ahora la iniciativa llamada Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques (REDD) es más bien un conjunto de propuestas y algunos proyectos piloto. Sin embargo, está siendo impulsada con mucha fuerza y premura tanto dentro como fuera del proceso de Naciones Unidas, con el objetivo de incluir el carbono de los bosques en la serie de mecanismos ideados para el otorgamiento de permisos de carbono y compensaciones de carbono.
En los últimos dos años han proliferado propuestas y planes nacionales de proyectos REDD, con la participación de gobiernos, organismos multilaterales, grandes ONGs y empresas. El Banco Mundial y gobiernos del norte, entre ellos Noruega, Australia y Gran Bretaña, han creado un gran fondo de unos 800 millones de dólares para financiar proyectos REDD.
En Brasil, la Reserva de Desarrollo Sustentable de Juma, en la esquina sudoriental del estado de Amazonas, municipalidad de Novo Aripuanã, es el primer proyecto brasileño aplicado en materia de REDD y ha recibido en el país la validación de los Estándares CCBS de Clima, Comunidad y Biodiversidad, establecidos por la empresa auditora alemana Tüv Süd.
El caso piloto REDD de la Reserva de Desarrollo Sustentable de Juma abarca una superficie de bosque de 589.612 hectáreas y anuncia que evitará la degradación de unas 366.151 hectáreas de la superficie total del bosque tropical así como la emisión de 210.885.604 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera para 2050. El proyecto promete pagar a las familias locales un monto de dinero por conservar intacto el bosque.
El dinero para el proyecto proviene de la ONG brasileña Fundación Amazonas Sustentable (FAS), que administra la reserva con fondos donados por el gobierno provincial, el banco brasileño privado Bradesco y la gran cadena hotelera multinacional Marriot International. El hotel invita a sus huéspedes en todo el mundo a donar 1 dólar por noche al fondo Juma como forma de compensar voluntariamente las emisiones que se calcula se gastan diariamente de manera individual por la estadía en el hotel. En la página web del hotel se lee: “Diez dólares compensarán el carbono de sus diez noches en hoteles Marriott y los contribuyentes estadounidenses pueden deducirlos de sus impuestos” (1).
Otra fuente financiera para el proyecto Juma es la posible venta de créditos de carbono por las emisiones de CO2 evitadas al no deforestar la reserva, comercializadas en el mercado voluntario de carbono para compensar emisiones, que según el proyecto (2) está siendo desarrollado en sociedad con Marriott International. Para una gran empresa como el Grupo de Hoteles Marriott, el proyecto puede resultar muy útil como práctica de “maquillaje verde”.
El proyecto Juma aduce que beneficia a las comunidades locales con un estipendio pagado directamente a través del programa “Bolsa Floresta” – una asignación para las 339 familias que viven en 35 comunidades en la zona, quienes serán remuneradas por proteger la selva recibiendo unos 28 dólares mensuales que se les transfiere a una tarjeta de débito a nombre de la esposa.
Cada cabeza de familia debe firmar un contrato que la obliga a no cortar ni quemar los árboles, lo cual será supervisado por inspecciones periódicas. En caso de deforestación, el gobierno suspenderá la asignación.
La organización Center for Investigative Reporting Frontline quiso ver con sus propios ojos este proyecto, presentado en todo el mundo como un modelo para detener la deforestación tropical. De manera que realizaron un recorrido de campo, el cual fue llevado a cabo por Mark Schapiro (3), quien encontró que residentes como Dalvina Almeida deben andar dos días en bote para recibir sus 28 dólares mensuales. El informe cita testimonios del esposo de Dalvina: “Antes solíamos plantar mucho. Cuando esto se convirtió en una reserva nos dijeron que ya no podíamos plantar más en la selva. Todos firmamos para Bolsa Floresta. Pero Bolsa Floresta no pude mantener a mi familia”.
La asignación de 28 dólares al mes representa 0,93 dólares diarios. Para una familia rural promedio de cómo mínimo 5 personas, el ingreso per cápita cae a 0,18 dólares por día. Sería bueno informar a los administradores y financiadores del Proyecto Juma que este magro pago está muy por debajo de la línea de pobreza, estimada por el Banco Mundial en un ingreso menor a 1,25 dólares diarios por persona. Esta paga ínfima se transforma en escandalosa si se la compara con lo que sería el salario mensual del director de la fundación del Proyecto Juma: 25.000 dólares mensuales.
Además, es importante subrayar que las comunidades locales que hasta ahora obtuvieron sus medios de vida del bosque, perderán la mayor parte de esos recursos como resultado de la reserva de Juma.
Schapiro comenta en su informe que “algunas familias rurales perdieron gran parte de sus ingresos cuando se les exigió que trasladaran sus plantaciones de alimentos de bosque primario a secundario, y el estipendio de unos 25 dólares de ‘Bolsa Floresta’ no ha compensado de manera significativa la pérdida”.
Lo que empeora aún más las cosas es que la preservación de este bosque permitirá a los contaminadores seguir emitiendo carbono vinculado a combustibles fósiles. Esto significa que la inclusión del bosque de Juma en el comercio de emisiones en realidad contribuirá al cambio climático, porque permitirá a las empresas y países ricos contaminadores aducir que están “compensando” sus emisiones de carbono en la medida que conservan un pedazo de bosque en Brasil. Si no fuera porque el Banco Mundial apoya fervientemente el comercio de emisiones, sus economistas definirían el proyecto Juma como una "situación pierde-pierde” – para el clima y la gente. Pero, por supuesto, no lo harán.
(1) https://www.marriott.com/green-brazilian-rainforest.mi
(2) “The Juma Sustainable Development Reserve Project: Reducing Greenhouse Gas Emissions from Deforestation in the State of Amazonas, Brazil,” Project Design Document for validation at “Climate, Community & Biodiversity Alliance (CCBA),” 29/09/2008, http://unfccc.int/files/methods_science/redd/
application/pdf/pdd_juma_reserve_red_project_v5.0.pdf
(3)“The Carbon Hunters,” Carbon Watch, informe de Mark Schapiro, producido por Andres Cediel, http://www.pbs.org/frontlineworld/stories/carbonwatch/2010
/05/the-carbon-hunters.html