Brasil: Más sobre proyecto REDD de la reserva de Juma en la Amazonia

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El 15 de julio recibimos un mensaje de la Fundación Amazonas Sustentable (FAS) donde se expresa que “el artículo "Brasil: La reserva de Juma, un ensayo piloto de REDD en la Amazonia", publicado en el Nro 155 del boletín mensual del WRM, presenta varias inexactitudes tanto en cuanto a la información provista como en lo que refiere a la comprensión global del Programa Bolsa Floresta, así como del proyecto REDD de Juma. Por tal motivo, la Fundación Amazonas Sustentable (FAS) envió aclaraciones al WRM para ser publicadas en su sitio web.

Hemos publicado el mensaje completo de FAS en nuestra página web. Sin embargo, las “aclaraciones” –planteadas como un juego de preguntas y respuestas – no aclaran mucho. Por el contrario, básicamente refuerzan lo dicho en el boletín del WRM.

Su primera aclaración pregunta: “¿Las familias tienen costos adicionales para obtener los beneficios del Programa ‘Bolsa Floresta Familia’?” Y la respuesta dice: “No, no los tienen. Las familias retiran el dinero cuando van a las ciudades más cercanas, cosa que hacen en general cada dos meses. Si lo desean, pueden esperar varios meses y retirar el dinero que se ha acumulado durante dicho período. Por ejemplo, si la familia va a la ciudad más cercana cada seis meses, pueden en ese momento retirar el dinero acumulado. De este modo, la familia no tiene necesidad de ir a la ciudad sólo para retirar el pago del Programa ‘Bolsa Floresta Familia’.”

Esta explicación supone obviamente que cada familia va de hecho a la ciudad más cercana en algún momento, y que ninguna de ellas realmente necesita el dinero de forma mensual para cubrir sus necesidades básicas. Ambos supuestos son cuestionables. Sin embargo, nuestro artículo simplemente dijo que “residentes como Dalvina Almeida deben andar dos días en bote para recibir sus 28 dólares mensuales”. Nunca mencionamos ningún “costo adicional”. Lo que resulta interesante es que la respuesta confirma que los lugareños se ven forzados a ir a la ciudad para recibir su dinero.

FAS explica que “El Programa Bolsa Floresta no es un programa de asistencia social. El componente ‘familia’ dentro del Programa Bolsa Floresta NO IMPLICA que se provean todos los recursos para mantener y mejorar la vida de los residentes de la comunidad. El concepto de este pago en efectivo es que es una recompensa, un beneficio a corto plazo para las familias que han asumido un compromiso de deforestación cero”. [énfasis agregado]

Lo antedicho es claramente contradictorio con el punto 4 de la respuesta de FAS, que pregunta: “¿Los participantes del Programa Bolsa Floresta tienen prohibido plantar y mantener sus prácticas agrícolas? No, no está prohibido. Los participantes del Programa Bolsa Floresta tienen permitido mantener sus prácticas de agricultura tradicional en los bosques secundarios, como solían hacerlo. Tienen un compromiso formal de no talar bosques primarios”.

Esto implicaría que los “participantes”, que formalmente se comprometen a no talar bosques primarios, tienen permitido talar bosques secundarios para poder mantener sus prácticas tradicionales de agricultura. Si bien el WRM puede apoyar este enfoque, el mismo contradice el compromiso de “deforestación cero” establecido por la propia FAS, porque talar bosques secundarios es también una forma de deforestación. Asimismo, se contradice con el testimonio de un lugareño (mencionado como el esposo de Dalvina Almeida en nuestro artículo), quien dijo que “Cuando esto se convirtió en una reserva, nos dijeron que ya no podríamos plantar más en la selva”.

La segunda pregunta planteada por FAS es: “¿El pago mensual de R$ 50,00 [US$ 28] es el único beneficio provisto por el Programa Bolsa Floresta? No, no lo es. Bolsa Floresta Familia es sólo uno de los cuatro componentes del Programa”. Los otros tres componentes son:

1.  Bolsa Floresta Renta (BFR), “el cual invierte anualmente alrededor de R$ 4.000 [US$ 2.270] por comunidad …”
2.  Bolsa Floresta Social (BFS), “que invierte aproximadamente R$ 4.000 [US$ 2.270] al año, por comunidad, para mejorar la educación, la salud, el transporte y las comunicaciones.”
3.  Bolsa Floresta Asociación (BFA), “que provee apoyo para las organizaciones locales …” [no se proporcionan cifras monetarias en las “aclaraciones” de FAS]

Esto significa que las familias sólo reciben – como lo dice nuestro artículo – “28 dólares al mes [lo cual] representa 0,93 dólares diarios”. El artículo del WRM enfatizó que “Para una familia rural promedio de como mínimo 5 personas, el ingreso per cápita cae a 0,18 dólares por día. Sería bueno informar a los administradores y financiadores del Proyecto Juma que este magro pago está muy por debajo de la línea de pobreza, estimada por el Banco Mundial en un ingreso menor a 1,25 dólares diarios por persona”.

El dinero invertido anualmente en las comunidades – unos 2.270 dólares estadounidenses en BFR y la misma suma en BFS – equivale a un pago mensual de US$ 190 en cada caso. Claramente, muy poco para el objetivo declarado de BFS de “mejorar la educación, la salud, el transporte y las comunicaciones.”

Adicionalmente, no se proporcionan cifras acerca de cuantas personas viven en cada comunidad, por lo que resulta casi imposible determinar la importancia relativa de la cantidad de dinero asignada a cada programa.

Luego de mostrar la cantidad de dinero recibido por las familias, el artículo del WRM comparó dichas sumas con “el salario mensual del director de la fundación del Proyecto Juma: 25.000 dólares mensuales.” La respuesta de FAS es una nueva pregunta: “¿Acaso el salario del Director Ejecutivo de FAS está por encima del mercado?”

Obviamente esa no es la pregunta correcta, porque el WRM nunca dijo que el salario estaba “por encima del mercado”. Solamente mencionamos la cantidad de dinero. La respuesta adecuada hubiera sido: “No, el salario del Director Ejecutivo de FAS es de US$ 1.000” o cualquiera sea la cifra que la persona recibe.

La respuesta de FAS a esta pregunta es fascinante, aunque no es para nada una respuesta. Dice:

“No, no lo está. El valor publicado por el WRM es un disparate y obviamente incorrecto. Según un estudio de Deloitte Touche Tohmatsu, solicitado por el WWF, que considera las principales ONG de Brasil, el salario del Director Ejecutivo de FAS está un 5% por debajo del promedio nacional. Además, los costos de FAS en lo que respecta a recursos humanos están también por debajo del promedio nacional considerando asimismo las ONG brasileras”.

Podríamos hacer una simple pregunta, sólo para saber cuán disparatado e incorrecto fue el artículo del WRM sobre este tema: ¿Cuánto gana esta persona?

Otra pregunta formulada por FAS fue: “¿La conservación de dichos bosques hará posible que los contaminadores sigan emitiendo carbono por el uso decombustibles fósiles?”

Esta pregunta está relacionada con el último párrafo del artículo del WRM, el cual dice: “Lo que empeora aún más las cosas es que la preservación de este bosque permitirá a los contaminadores seguir emitiendo carbono vinculado a combustibles fósiles. Esto significa que la inclusión del bosque de Juma en el comercio de emisiones en realidad contribuirá al cambio climático, porque permitirá a las empresas y países ricos contaminadores aducir que están “compensando” sus emisiones de carbono en la medida que conservan un pedazo de bosque en Brasil”.

La respuesta de FAS es: “No, no será posible. La noción de la iniciativa de compensación propuesta por FAS es que los países desarrollados y sus industrias deberían hacer el mayor esfuerzo para reducir las emisiones. Nuestra visión comprende la idea de que la compensación debe limitarse a una pequeña porción (por ej. 10%) de los objetivos de reducción de emisiones globales de tales países e industrias. De esta forma, la mayor parte de la reducción de emisiones se encuentra en los modelos de consumo y en la mejora de los sistemas de producción.”

Según lo antedicho, la “iniciativa de compensaciones propuesta por FAS” estará “limitada a una pequeña porción (por ej. 10%) de los objetivos de reducción de emisiones globales de tales países e industrias”. Esto significa que FAS propone compensaciones por una reducción del 10%, permitiendo entonces – como dice el artículo del WRM – que “los contaminadores [sigan] emitiendo carbono vinculado a combustibles fósiles”. Recordemos también a FAS que ese 10% no es una “pequeña porción” de las emisiones.

El segundo párrafo de la respuesta es aun más ilustrativo: “La compensación debería verse también como una oportunidad para todos los sectores económicos de los países desarrollados, como la hotelería, de sumarse a un esfuerzo global por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En ese contexto, los proyectos innovadores como el Proyecto Juma, proporcionan oportunidades para que los huéspedes de Marriott International compensen su huella personal de carbono”.

FAS debería saber que no se puede “compensar” una tonelada de carbono emitida por el uso de combustibles fósiles. Una vez que se ha emitido, simplemente aumenta la cantidad de carbono en la atmósfera. Se supone que el proyecto Juma apunta a evitar las emisiones por deforestación y no a proveer “oportunidades para que los huéspedes de Marriott International compensen su huella personal de carbono”. Sin embargo, la respuesta simplemente confirma que lo que dice el artículo del WRM es correcto.

La última parte de la respuesta de FAS es mucho menos diplomática. Dicen que “no vale la pena prestar atención a un artículo barato” y agregan: “Estaremos también prestando atención a cómo ha sido utilizado este artículo por personas e instituciones que tienen motivaciones políticas e institucionales contra el Programa Bolsa Floresta”.

Así que por favor, tengan cuidado en cómo utilizan este artículo porque ¡FAS estará vigilándolos!

Ricardo Carrere
Coordinador Internacional, WRM