Brasil: Veracel y la certificación imposible

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La empresa Veracel Celulose -propiedad de la sueco-finlandesa Stora Enso y de la noruego-brasileña Aracruz Celulosa- ha iniciado el proceso para obtener la certificación por parte del FSC de sus plantaciones de eucalipto en el extremo sur del estado de Bahía, para lo cual ha contratado a la consultora SGS.

Esto ha generado una fuerte reacción de más de 300 organizaciones brasileñas e internacionales, las cuales el 14 de agosto enviaron una carta al FSC y a SGS (disponible en http://www.wrm.org.uy/paises/Brasil/Carta_SGS_esp.html) denunciando a Veracel, impugnando el proceso y reclamando que no se le otorgue la certificación.

Es que Veracel tiene un largo prontuario de acciones nefastas para la zona. Sus plantaciones de eucaliptos han ocupado parte de tierras que históricamente han pertenecido a la población indígena del Extremo Sur de Bahía, violando así sus derechos indígenas territoriales. La tala y el uso indiscriminado de venenos en zonas de nacientes y ríos han sido prácticas de la empresa que distan mucho de considerarla “ambientalmente correcta”.

Entre otros perjuicios denunciados en la carta se señala el problema con el agua -que está siendo afectada por los monocultivos forestales de Veracel, tanto en cantidad como en calidad- y la contribución de la empresa a la despoblación del medio rural.

Las organizaciones firmantes de la carta enviada el 14 de agosto impugnan, además, el proceso de evaluación y reconocimiento realizado por la empresa certificadora SGS. Contrariamente a lo que podría entenderse como una verdadera consulta, la certificadora no se puso debidamente en contacto con las organizaciones sociales de la zona que se ocupan activamente de los problemas causados por Veracel. El 23 de julio de mañana llamó por teléfono a la organización CEPEDES –de conocida trayectoria- para informar que sólo disponía de ese mismo día y el siguiente para celebrar una reunión con las organizaciones del Foro Socioambiental del Extremo Sur. La inminencia de la fecha impidió la reunión pues las organizaciones ya tenían compromisos previos. Y, como se denuncia en la carta, hubo varias organizaciones que ni siquiera se enteraron del proceso.

Las escasas organizaciones locales del Foro Socioambiental del Extremo Sur que recibieron un formulario para responder, enviaron una carta a SGS solicitando una reunión e invitándola a que realizara una visita de campo acompañada de organizaciones sociales que actúan en la zona desde hace varios años, ya que los auditores enviados por la certificadora eran oriundos de otra región y no conocían el Extremo Sur de Bahía. Pero SGS no atendió la solicitud.

También se denuncia que los auditores destinaron apenas cinco días para realizar la evaluación de campo en las diez localidades que conforman la zona de actuación de la empresa y que totalizan 1.421.773 km2. ¡Algo humanamente imposible!

Como afirman las organizaciones denunciantes, “Entendemos que una empresa como Veracel Celulose, uno de los símbolos del modelo de “desarrollo” que se impuso de forma arbitraria, ilegal y violenta, que origina diversas consecuencias negativas y causa violencia, miseria y hambre a la gente del Extremo Sul de Bahía, no puede ser considerada ambientalmente correcta, socialmente justa y económicamente viable”.

La acción conjunta tuvo sus frutos. El 22 de agosto, el Director Ejecutivo del FSC, Heiko Liedeker, respondió a la misiva enviada por las organizaciones sociales, expresando su agradecimiento por el aporte que éstas hicieron al proceso de certificación, aporte que califica de “valioso”.

También da cuenta de que dicha información fue enviada a la entidad de certificación acreditada por el FSC - que evalúa si Veracel cumple con las normas del FSC- y a los Servicios Internacionales de Acreditación (ASI, por su sigla en inglés), que tienen la responsabilidad de acreditar y supervisar a las entidades certificadoras –en este caso a SGS.

Finalmente, Liedeker invita a las organizaciones a que sigan enviando información y planteando sus preocupaciones a las autoridades del FSC.

El proceso continúa. Quien debía ser escuchado alzó su voz y se hizo escuchar, a fuerza de organizarse y movilizarse. Los habitantes del Extremo Sur de Bahía siguen alertas, en espera de que el FSC diga lo que debe decirse ante los monocultivos industriales de rápido crecimiento (o plantaciones “fast wood”) de Veracel: que su certificación es imposible.

Artículo basado en la carta enviada al FSC y a SGS: “Argumentos que evidencian que Veracel no debe ser certificada”, http://www.wrm.org.uy/paises/Brasil/Carta_SGS_esp.html