Hace muchos años que la gente viene oyendo hablar del cambio climático y los terribles impactos que conllevará. A pesar de las advertencias sobre la catástrofe en ciernes, un grupo de científicos al servicio de los intereses corporativos ha intentado sembrar dudas en cuanto a las pruebas científicas. Al mismo tiempo, otro grupo de académicos y tecnócratas ha estado inventando mecanismos absurdos para “compensar” las emisiones de carbono de modo de permitir que el uso de combustibles fósiles continúe. Entre dichos mecanismos se cuentan las plantaciones a gran escala de árboles de crecimiento rápido, ubicadas, por supuesto, en el Sur.
Con este panorama, es alentador ver que algunos científicos desafían el poder desde adentro. Es el caso de Jim Hansen, director del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA, en Nueva York, quien a pesar de su temprana franqueza en relación con el cambio climático es el principal asesor del presidente George Bush en cuanto al clima. El 17 de febrero, Hansen publicó un artículo en el periódico británico The Independent señalando que “un estudio satelital de la capa de hielo de Groenlandia demuestra que se está derritiendo mucho más rápido que lo que los científicos temían: se está yendo al mar el doble de hielo que hace cinco años. Las implicaciones para el aumento del nivel del mar y el cambio climático podrían ser dramáticas”.
Hansen se plantea la pregunta: “¿Cuán rápido puede ir todo esto?” y su respuesta es: “En este momento, creo que nuestro mejor parámetro es lo que ocurrió en el pasado. Sabemos que, por ejemplo, hace 14.000 años los niveles del mar subieron 20 metros en 400 años, es decir cinco metros en un siglo. Esto ocurrió hacia fines de la última era glacial, de modo que había más hielo. Pero, por otra parte, las temperaturas no aumentaban tan rápido como hoy”.
Hansen explica que “La última vez que el mundo fue tres grados más cálido que hoy, que es lo que esperamos para más adelante este mismo siglo, los niveles del mar fueron 25 metros más altos. Entonces, eso es lo que podemos esperar si no actuamos con rapidez. Ninguno de los modelos climáticos y glaciares actuales predicen esto. Pero yo prefiero las pruebas que me brindan la historia de la Tierra y mis propios ojos. Creo que el aumento del nivel del mar pronto será el gran tema, mucho más que el calentamiento en sí”.
Esta declaración de Hansen sugiere que estamos al borde de una gran catástrofe climática (¡imaginen que el nivel del mar aumente 25 metros!) y que se necesitan medidas urgentes y drásticas para evitarla. Obviamente él quiso informar al público sobre el peligro. “Sin embargo”, advierte Hansen, “cuando hace unas semanas yo, un científico climático de la NASA, intenté hablar a los medios de estos asuntos tras una conferencia que dicté en la que exhorté a la inmediata reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el equipo de relaciones públicas de la NASA, integrado mediante designaciones políticas del gobierno de Bush, intentó impedírmelo. No quedé contento con esto e ignoré las restricciones. La primera línea de la misión de la NASA es comprender y proteger el planeta”.
Esa debería ser la misión de todos los gobiernos: comprender y proteger el planeta como medio de garantizar la supervivencia de la humanidad. En la actualidad, la principal amenaza para el planeta es el cambio climático global y es necesario tomar medidas urgentes. Hansen plantea la pregunta crucial: “¿Cuánto tiempo nos queda?”. Su respuesta es: “Tenemos que estabilizar las emisiones de dióxido de carbono en el correr de una década o las temperaturas aumentarán más de un grado, es decir que la temperatura será mayor que lo que ha sido durante medio millón de años, y muchas cosas podrían volverse imposibles de detener. Si pretendemos detener esto no podemos esperar por las nuevas tecnologías como la captura de las emisiones de la combustión del carbón. Tenemos que actuar con lo que tenemos. En esta década, esto significa centrarse en el uso eficiente de la energía y en fuentes renovables de energía que no queman carbono. No nos queda mucho tiempo”.
Por supuesto que nada de lo anterior es novedad. Lo que sí es nuevo es la brecha de Hansen en el muro del establishment corporativo y su ejemplo que alienta a la comunidad científica a no callarse y unirse a la lucha para evitar el cambio climático. ¡Realmente no nos queda mucho tiempo!
Nota: El artículo de Jim Hansen está disponible en: http://news.independent.co.uk/environment/article345926.ece