Camboya: aldeanos usan el bosque en forma sustentable

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En contraste con el tratamiento “de minería” que las empresas dan a los bosques, que invariablemente implica la destrucción de éstos, se destacan los diversos usos transmitidos de generación en generación en las comunidades indígenas y locales, que han acumulado un conocimiento (más allá de la ciencia) vasto y profundo del bosque que les ha permitido beneficiarse del mismo en forma sustentable.

Los habitantes de la comuna de Ansar Chambok, cerca del lago Tonlé Sap, son un buen ejemplo. En la actualidad calculan que aproximadamente la mitad de sus ingresos proviene de la recolección de productos del bosque, en particular el sangrado o incisión de árboles de resina. A continuación, algunas citas de un reciente informe del WRM (véanse los detalles más adelante) que ilustran el manejo de un bosque a cargo de la comunidad, hoy bajo la amenaza de dos poderosas empresas de plantaciones de árboles: Wuzhishan y Green Rich.

“Se recoge resina seca y líquida de los árboles trach y cheuteal respectivamente, ambos especies dipterocárpeas. Los árboles deben ser maduros, casi siempre de por lo menos 60 centímetros de diámetro, para que se los pueda sangrar sin dañarlos. En la aldea de Ksach L’eath la mayoría de los recolectores de resina son mujeres que heredaron los árboles de sus madres o abuelas, como forma de dote.

La resina seca se muele hasta obtener un polvo fino que se mezcla con resina líquida. La pasta resultante puede amasarse en forma de rollo y envolverse en hojas secas para hacer antorchas o mezclarse con arena y aplicarse directamente sobre la superficie de madera que se quiere proteger, sobre todo botes de pesca. El precio de las antorchas de resina oscila entre los 300 y 350 riel y el de la pasta de resina entre 100 y 150 riel el kilo, según la cantidad y la calidad de que se trate.

Los siguientes extractos de entrevistas a recolectores de resina indican la importancia de los árboles de resina en el sustento local:

Recolectora de resina 1: “Tengo 35 árboles, entre cheuteal y trach. Tengo otros 100 árboles en reserva, que sangraré cuando maduren. Cada tres o siete días voy a ver mis árboles. Puedo hacer 350 antorchas de resina por mes. Mis árboles grandes son herencia de mi madre, que los heredó de su madre. Hace poco la empresa [Wuzhishan LS, gigante de las plantaciones de árboles] cortó algunos de mis árboles y marcó otros con pintura roja …”

Recolector de resina 2: “Tengo 70 árboles. Tengo 78 años y mis padres me enseñaron a sangrar árboles. Hoy mis hijos son recolectores de resina. Cada tres días sangro los árboles que tengo cerca de la aldea, y visito una vez por semana los que están lejos. Después de cada viaje puedo hacer 40 antorchas que cambio por arroz y prahok [pasta fermentada de pescado, alimento básico camboyano]. Somos ocho en la familia y mis dos hectáreas de tierra no dan suficiente arroz para alimentar a todos.”

Recolectora de resina 3: “Tengo 48 árboles, todos maduros y sangrados. Los heredé de mi abuela, que me enseñó a sangrarlos. Enseguida después del Khmer Rojo volví a la zona y reclamé mis árboles. Esto es lo único que sé hacer y los árboles son todo lo que tengo. Cada semana puedo hacer 50 antorchas de resina.”

Recolector de resina 4: “Tengo miedo de perder todo. Tengo 3 hectáreas de tierra, pero el jefe de la aldea me dijo que están todas en la concesión. Tenía 50 árboles de resina pero ahora me quedan sólo 20. La semana pasada me cortaron 30 árboles. No sé quién lo hizo, pero los cortaron con hachas y motosierras y solamente quedan los tocones y las copas: la madera desapareció.”

“Además de la resina, los pobladores locales identificaron una gran cantidad de productos que se recogen en el bosque. Se recogen varias decenas de especies de liana; sus usos son variados, desde material para tejer cestas de pesca a ingrediente de medicamentos tradicionales, pasando por fibra para fabricar cuerdas. Por ejemplo, los pescadores del lago Tonle Sap utilizan la liana conocida como Voar Trey (liana para peces) para fabricar trampas de pesca. Cien unidades se venden por 4.000 riel (US$ 1) y en promedio una persona puede recolectar entre 200 y 300 unidades en un día. Sin embargo, los pescadores están abandonando gradualmente el uso de lianas para la fabricación de trampas de pesca, pues el suministro ya no es constante. Las trampas se hacen ahora con materiales sintéticos, plástico y nylon. A diferencia de las cestas hechas con lianas, éstas no se biodegradan si los pescadores las pierden o las abandonan en el lago. Además, la utilización de materiales sintéticos permite que la trama de las cestas sea mucho más fina, con lo que se capturan peces jóvenes y se genera un impacto sobre las estructuras de población y los patrones de reproducción.”

En los bosques de Ansar Chambok crecen más de 20 especies de árboles. La mayoría de los objetos que se encuentran en las granjas y hogares rurales de Camboya han sido fabricados por los propios habitantes, casi siempre con materiales recogidos en los predios o cerca de ellos. Hace muy poco que los productos de consumo y artefactos domésticos comenzaron a introducirse en los hogares camboyanos. La madera se usa para leña, vivienda, muebles, instrumentos musicales y herramientas agrícolas como carros de bueyes, camiones de madera, arados y trilladoras. Los objetos de adoración como las estatuas también se hacen con madera, y en algunos casos los mismos árboles son objeto de adoración. A pesar del madereo selectivo intensivo que tuvo lugar en la comuna a lo largo de los años 1980, a los residentes locales les gusta señalar que el bosque se está regenerando y que ninguna de las especies de árboles ha desaparecido en la zona. Sin embargo, un hecho que se comprende claramente y que genera inquietud es que numerosas especies se extinguirán en la zona como resultado de la propuesta de Wuzhishan de tala y conversión a plantaciones con monocultivos”.

“El bambú y el ratán se recogen para su uso doméstico. Con el bambú se fabrican pequeños utensilios domésticos y muebles, muchas veces como alternativa a la madera. El ratán se usa para hacer cestos, trenzados y muebles. Los pobladores reciben pedidos de fabricantes de muebles o de alfombras de provincias vecinas. El ratán se vende a 300 riel”.

“La gente del lugar identificó más de 26 variedades de frutos del bosque, que se cosechan intensivamente en la estación. Los aldeanos consumen esta fruta y si hay excedentes los venden a feriantes o en puestitos a lo largo de la carretera nacional. Muchos camboyanos del medio urbano consideran, a menudo con nostalgia, que estas frutas son manjares y están dispuestos a viajar grandes distancias para comprarlas. Otros alimentos que se encuentran en el bosque y que los pobladores consumen o venden son los brotes de bambú, las papas silvestres y los hongos. Las personas del lugar pudieron nombrar 15 variedades de hongos comestibles que crecen en la región y que ellos recogen en la estación correspondiente. Según los Indicadores de Desarrollo Humano del PNUD, el 36% de los habitantes de Camboya sufre de desnutrición, al igual que el 45% de los niños y niñas menores de cinco años. Los bosques brindan no solamente los alimentos adicionales que muchos camboyanos necesitan sino también, a menudo, la variedad nutricional que los humanos requieren para su buena salud. La pérdida del bosque y la colección de alimentos que éste proporciona haría a los habitantes de Ansar Chambok aun más vulnerables a las deficiencias nutricionales”.

“Cada aldea o grupo de aldeas de Ansar Chambok tiene un Kru Khmer, practicante de la medicina tradicional Khmer. El Kru Khmer atiende los partos, trata enfermedades y heridas y repele los espíritus malignos o los maleficios de los que a veces la gente cree ser víctima. Los servicios del Kru Khmer consisten a menudo en una mezcla de rituales mágicos, conjuros y administración de brebajes cuyas recetas se determinan en sueños. Los secretos del Kru Khmer se guardan celosamente y solamente pasan de generación en generación a los iniciados. La mayoría de los ingredientes de las medicinas se encuentran en el bosque”.

Wuzhishan se está apropiando de las tierras boscosas de estas personas, es decir de su sustento, su cultura, su memoria. Aun así, la resistencia local ha logrado detener, por lo menos temporalmente, el daño. Esta fuerza constituye para nosotr@s un ejemplo y en ella depositamos nuestras esperanzas.

El informe completo “The death of the Forest: A Report on Wuzhishan's and Green Rich's Plantation activities in Cambodia”, diciembre de 2005, serie del WRM sobre plantaciones de árboles Nº 4, está disponible en: http://www.wrm.org.uy/countries/Cambodia/BookCambodia.html