Como informáramos en nuestro último boletín (diciembre de 2001), la posibilidad de una moratoria del madereo se perfilaba sobre el horizonte de la industria maderera camboyana, que previamente había intentado un "proceso de reestructura voluntario" que demostró ser un fracaso.
Es evidente que el tema no es simplemente un problema de madereo ilegal. La explotación feroz de los recursos madereros por parte de proyectos a gran escala desarrollados por grandes compañías extranjeras ha llevado al país a un estado de desequilibrio ecológico que en el año 2000 fue responsable de las peores inundaciones sufridas por el país en 70 años, según lo denunciara las Naciones Unidas.
Las supuestas ganancias de las actividades forestales se vuelven nulas al contabilizar las pérdidas ecológicas: se estima que las inundaciones costaron al país la suma de US$ 156 millones, y que el total generado por el sector forestal entre 1994 y 2000 fue de US$ 92 millones. Incluso el Banco Asiático de Desarrollo debió reconocer en un informe de 1999 que el sector forestal de Camboya es una "falla total del sistema".
Y ahora, las críticas nacionales e internacionales a la destrucción de los bosques de Camboya finalmente han rendido sus frutos. El Primer Ministro de Camboya Hun Sen anunció la suspensión de todas las operaciones de madereo, con vigencia al 1 de enero de 2002.
Pero queda una pregunta sin responder: la prohibición de madereo es un medio hacia qué fin? Esto implicará un cambio de política orientado hacia un manejo comunitario ecológicamente sustentable que asegure la protección de los bosques? O se trata simplemente de una pausa para apaciguar las críticas y más tarde volver al mismo modelo industrial de madereo depredador?
Las autoridades camboyanas deben tener presente que no hay economías sin ecosistemas.
Artículo basado en información obtenida de: Forest Conservation News Today, "Cambodias Logging Halt, What Next?"; Global Witness, "At long last Cambodia suspends all logging operations", comunicado de prensa, 21 de diciembre 2001.