La conservación de los bosques y de la biodiversidad significan cosas distintas según quién sea que esté refiriéndose a ella. En el caso de Camboya, la vida de los campesinos depende de las tierras agrícolas, las pesquerías y los bosques. Para ellos conservar los bosques y su biodiversidad implica asegurarse los medios de vida para el presente y el futuro. En los últimos años, si bien se ha recuperado la paz en las áreas rurales, las concesiones para la corta en gran escala han reducido el acceso de los campesinos a los bosques y puesto en peligro sus derechos en ese sentido, a la vez que provocado un daño masivo a la propia selva. Los campesinos camboyanos y sus bosques se ven ahora enfrentados a una nueva amenaza: la de las plantaciones forestales con fines industriales.
En enero de 2000 el Real Gobierno de Camboya firmó un acuerdo con el Grupo Pheapimex otorgando a la compañía el derecho por 70 años para “desarrollar” 300.000 hectáreas de tierras de “bosque degradado” en las Provincias de Kampong Chhnang y Pursat en el centro del país. Pheapimex tienen la intención de instalar una plantación de eucalipto para satisfacer la demanda de una planta de pulpa y papel planeada en la Provincia de Kandal.
Además de madera como materia prima, la producción de papel requiere de grandes cantidades de productos químicos, agua y energía. Es una producción altamente contaminante. Las plantas de producción liberan gran cantidad de sustancias contaminantes hacia los cursos de agua vecinos, incluyendo madera disuelta y diversos productos químicos que reducen los niveles de oxígeno de dichos cursos y matan a los peces. El cuerpo de agua más importante de la región central de Camboya es el Tonle Sap, un vasto lago cuyas aguas fluyen hacia el Mekong en Phnom Penh y de allí al delta del Mekong. El lago provee a Camboya de una gran cantidad de peces y su agua se utiliza para irrigar una vasta área de arrozales. Si el Tonle Sap se contamina por las descargas de la prevista planta de pulpa y papel, el efecto sobre los medios de vida de miles de personas habrá de ser desastroso.
En diciembre de 2000 Pheapemix firmó un acuerdo para la generación de una joint-venture con el grupo chino Farm Cooperation a fin de construir una fábrica de pulpa y papel. El emprendimiento de U$S 70 millones es financiado por el Banco de Exportaciones de China y forma parte de un acuerdo celebrado entre los gobiernos de los respectivos países para incentivar el comercio y las inversiones entre ambos. En el contrato figura que las empresas intervinientes pagarán 5% de intereses al gobierno de Camboya, en tanto el banco chino cobrará sólo un 3%.
El Ministro de Agricultura, Forestación y Pesquería, Chan Tong Iv, manifestó al periódico Phnom Penh Daily, que celebraba dicho acuerdo y agregó que los esfuerzos del gobierno para atraer inversiones al sector agrícola estaban dando frutos. Pheapimex está bien posicionada para beneficiarse de este tipo de acuerdos: Lao Meng Ken, director de la compañía, es a la vez consejero especial del Primer Ministro camboyana Hun Sen en materia de inversiones extranjeras.
Pheamix-Fuchan, una joint-venture taiwanesa con el Grupo Pheapemix, es la mayor concesionaria de corta de madera de Camboya, con 700.000 hectáreas a su disposición. Según Global Witness, Pheamix- Fuchan es “el peor concesionario en Camboya y el que tiene mejores conexiones”. Global Witness –que ahora está trabajando en la Unidad de Monitoreo de Delitos en Camboya, iniciativa financiada por el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido- ha acusado a Pheapemix de realizar operaciones ilegales de madereo fuera de sus concesiones, corta en las áreas de otros concesionarios, amenaza y ataques a funcionarios forestales y corta sin previa aprobación del Departamento Forestal.
Lao Meng Ken explicó al Phnom Penh Post que el creía que el proyecto de plantación de Pheapimex no violaba los derechos de propiedad de la población local. “He oído que la gente se está quejando de la corta de sus árboles. Pero nosotros estamos plantando en una zona donde no se violan sus derechos” manifestó. Pero los aldeanos de la comuna de Ansa Chiombok en la Provincia de Pursak discrepan. Temen que la plantación destruya 6.800 hectáreas de bosque próximas al poblado. Los mismos incluyen una fracción de Pinus merkusii, que es una especie rara en Camboya y protegida por ley.
En febrero de este año los campesinos se trasladaron a Phom Penh para tratar de persuadir al gobierno de frenar este proyecto de plantación. En el pasado mes de marzo se realizó en esa comuna un encuentro entre funcionarios y pobladores locales. Al mismo concurrieron cien campesinos provenientes de siete poblados pero los funcionarios permitieron que asistiera sólo un representante por aldea.
Durante el encuentro los representantes campesinos realizaron una serie de preguntas a los funcionarios, entre ellas si el gobierno había aprobado una evaluación de impacto ambiental antes de firmar el acuerdo con Pheapemix, cuál sería el impacto esperado de una planta de pulpa y papel sobre el Tonle Sap y su fauna, y porqué el gobierno está permitiendo que Pheapemix destruya los bosques en un país que ya está sufriendo un severo proceso de deforestación. No obtuvieron respuesta alguna.
Oum Huot, un campesino de Ansa Chombok manifestó al Phnom Penh Post: “Nosotros rechazamos completamente la idea de que lo que hay aquí son ‘bosques degradados’. Por el contrario este es un bosque en buen estado, cuyos árboles más grandes fueron cortados por los madereros en los últimos años. Si éstos dejan tranquilas estas tierras durante 15 a 20 años los árboles volverán a crecer. “Estamos preocupados por este plan” dijo al mismo medio de prensa Luek Thuon, otro de los campesinos de Ansa Chombok. “Si destruyen este bosque también pueden venir y matarnos. El bosque es nuestra fuente de vida”.
Por: Chris Lang,