A ojos de los forasteros, los Bagyeli pueden parecer muy pobres. Sus posesiones materiales se reducen a prácticamente nada, tienen poco o ningún dinero y además a menudo no cuentan con una casa permanente. No obstante, uno de los indicadores más importantes de la riqueza de estos pueblos es el acceso que tienen al bosque y sus recursos y el grado de su posibilidad de participar en los procesos de adopción de decisiones relativas a su sustento.
El Banco Mundial aprobó en 2000 el Documento de Estrategia para la reducción de la pobreza en Camerún, convirtiendo a este país en candidato para la reducción de la deuda. Sin embargo, Amigos de la Tierra Camerún expresó inquietudes relativas al hecho de que no se escucharon las voces de pueblos indígenas y tribales como los Bagyeli y que en la estrategia no estaban representadas su percepción ni sus aspiraciones en relación con el desarrollo.
Los ‘pigmeos’ Bagyeli que viven en el parque nacional de Campo Ma’an, en el sudoeste de Camerún, se han mantenido durante siglos gracias a su vasto conocimiento de la flora y la fauna del bosque circundante. Su forma tradicional de supervivencia consistía en la caza, la pesca y la recolección de miel, frutas, ñame silvestre, orugas y caracoles. Cuando salen a cazar se cubren con un polvillo hecho con la corteza del árbol Moabi, que les sirve de camuflaje. Hasta hace poco eran un pueblo nómade que se refugiaba en chozas temporarias construidas con palos y hojas.
Aunque algunos Bagyeli aún siguen las tradiciones de sus mayores, el madereo intensivo, la agricultura y un oleoducto que atraviesa sus tierras han planteado una amenaza para su forma tradicional de vida, así como para la de otros grupos pigmeos. El acceso restringido al bosque afecta la forma de sustento tradicional de los Bagyeli y lleva a la marginación, la discriminación y el empobrecimiento.
A partir del establecimiento del parque nacional de Campo Ma’an, creado por el gobierno como compensación por el daño ambiental causado por el oleoducto Chad-Camerún, la seguridad alimentaria e incluso la supervivencia misma de los Bagyeli están en peligro debido a las restricciones impuestas a sus actividades de caza. La zona es conocida por su notable biodiversidad: cerca de 390 especies de invertebrados, 249 especies de peces, más de 80 especies de anfibios, 122 especies de reptiles, 302 especies de aves y cerca de 80 especies de mamíferos grandes y medianos, todo lo cual ha sido conservado y manejado en forma sustentable por generaciones de pueblos indígenas y locales.
Desde el año 2003, Amigos de la Tierra Camerún, el Programa por los Pueblos de los Bosques y la Fundación Bosques Tropicales apoyan a los Bagyeli para documentar la utilización que hacen del bosque y sus recursos a través de un proceso llamado “cartografía participativa”. La cartografía participativa, muy usada por las comunidades indígenas de Latinoamérica y Asia del Sur, implica que cartógrafos seleccionados por la comunidad recojan información detallada sobre la tierra, sus características y sus recursos. Los resultados ponen de relieve la importancia del bosque y sus recursos para la subsistencia de las poblaciones indígenas de Camerún.
La creación de zonas protegidas en sus territorios ancestrales ha infringido los derechos individuales y colectivos de los Bagyeli, marginándolos y empobreciéndolos. Los Bagyeli creen que cualquier estrategia de reducción de la pobreza propuesta por el gobierno o por financiadores extranjeros debe incluir su participación y basarse en sus derechos colectivos de acceso a la tierra y a los recursos del bosque.
“Si no recoges fruta no puedes tener jabón; si no vas a pescar, no puedes comer sal; si no cultivas plátanos para vender no puedes comprarte ropa. Estoy sucio y no tengo ropa porque no hago nada. Me han prohibido la entrada al bosque” (indígena Bagyeli).
Adaptado de “Nature: Poor people’s wealth. The importance of natural resources in poverty eradication”, julio de 2005, Amigos de la Tierra Internacional, http://www.foei.org/publications/pdfs/poverty.pdf