Camerún: los árboles más allá del bosque

Imagen
WRM default image

Camerún, con una población de unos 15 millones de habitantes y un territorio de 475,440 km2, tiene alrededor de 22 millones de hectáreas de bosques, 64% de las cuales son bosques tropicales ubicados en el sur del país, en tanto que el 36% restante se encuentra en zonas de sabanas en el centro y norte del país. Los bosques de la costa atlántica crecen en áreas con suelos relativamente fértiles y están entre los de mayor biodiversidad de todo el territorio africano.

Después de que pasó la etapa del boom del petróleo, el gobierno aumentó las exportaciones de madera y se estima que las pérdidas de bosques por deforestación rondan las 130.000 hectáreas por año. La deforestación se ha visto agravada por el desarrollo de megaproyectos, como la construcción de carreteras y represas. Las actividades madereras, desarrolladas tanto por compañías nacionales como extranjeras, se centran en unas pocas especies: Sapelli, Obeche, Iroko, Azobe, Tali, Moabi, Movingui y Ngollon, que se exportan a Europa, Asia y al resto del mundo.

Benoit Ndameu, de Amigos de la Tierra de Camerún, advierte que si no se introducen cambios drásticos, en un plazo de diez años no quedarán bosques primarios en Camerún. Ndameu identifica al madereo como el gran problema y denuncia que el gobierno no hace cumplir sus propias normas: “De las 100.000 hectáreas taladas cada año, al menos el 40% corresponden a deforestación ilegal. Las empresas madereras exceden en forma permanente sus concesiones y exportan tanto como pueden, sin que las autoridades las controlen.”

Benoit Ndameu desmitifica el papel que juega en la deforestación la llamada agricultura de “roza, tumba y quema”, que es acusada a menudo de ser una causa fundamental de la pérdida de bosques por parte de intereses creados. Según Ndameu, en el este del país, donde tiene lugar la peor deforestación, hay solamente entre uno y tres habitantes por kilómetro cuadrado; son campesinos que permanecen en el mismo lugar durante muchos años. Las compañías madereras, por otra parte, tienen permisos de cinco años para explotar áreas enormes, después de los cuáles no queda nada, y cuentan en muchos casos con la financiación del Banco Mundial.

Bollor, Thanry, Pallisco y Rougier, de Francia, Wijma de Holanda, Alpicam/Grumcam de Italia y Sfil y Sotref de Bélgica son las empresas de madereo extranjeras más importantes que operan en Camerún.

Un nuevo actor está ahora entrando en escena. La industria farmacéutica está crecientemente interesada en el valor medicinal de los árboles de Camerún. Según Benoit Ndameu, el laboratorio francés Plantecam ha identificado la utilidad del árbol Prunus africana para el tratamiento de cáncer de próstata, y está en curso una investigación para detectar las potencialidades del Ancystrocladus korupensis en el tratamiento del SIDA.

Junto a otras ONGs locales, Amigos de la Tierra de Camerún está tratando de dejar al descubierto las operaciones de las empresas madereras y el incumplimiento del gobierno con sus propias normas. La estrategia conjunta de Amigos de la Tierra de Camerún y Amigos de la Tierra de Francia ha tenido éxito en poner al descubierto las actividades ilegales desarrolladas por las compañías francesas en Camerún, financiadas por la agencia de desarrollo del gobierno francés.

A diferencia de las compañías con fines de lucro, los pueblos del bosque establecen un vínculo de múltiples objetivos con los árboles: éstos les proporcionan fruta, alimentos, cazas, aceite para cocinar, y miel y también medicinas. Los pigmeos utilizan incluso la corteza del Moabi (Baïllonela toxisperma) para elaborar una poción para camuflarse para la caza. Los árboles también representan valores sagrados para los pueblos del bosque: los Bantú creen que los árboles locales Bubinga contienen los espíritus de sus ancestros. La conexión espiritual de estos pueblos con este árbol, que durante siglos ha permitido la conservación de una especie de crecimiento extremadamente lento como ésta, no es tomada en cuenta por los explotadores de los bosques que ven en ella solamente su madera dura de color cobrizo para hacer muebles en Europa y Asia.

Artículo basado en información obtenida de: Ann Doherty, “The true value of a tree”, entrevista con Benoit Ndameu, Amigos de la Tierra de Camerún; Wilfred J. Awung, Centre for Environmental and Rural Transformation Limbe, “Underlying Causes of Deforestation and Forest Degradation in Cameroon”; Ousseynou Ndoye y David Kaimowitz, “Macro-Economics, Markets, and the Humid Forests of Cameroon, 1967-1997”.