La mayoría de los Baka, Bagyeli y Bakola, reconocidos como “pueblos del bosque”, aún dependen de la caza y la recolección para asegurarse su sustento, y si bien algunos también realizan cultivos anuales, la mayoría aún depende de los bosques. Para ellos, el bosque es su hogar ancestral, su almacén de confianza, la raíz de su existencia y su derecho consuetudinario (ver boletín Nº 87 del WRM).
Sin embargo, su vida se ha visto afectada por restricciones impuestas sobre el uso de los bosques, como cuando el gobierno creó el parque nacional Campo Ma’an en compensación por el daño ambiental causado por el oleoducto Chad-Camerún. La reciente promoción de los proyectos REDD ha generado alarma en cuanto a los impactos que podrían generar sobre sus derechos y sus medios de vida.
Como resultado de ello, los pueblos Baka, Bagyeli y Bakola – junto con sus ONG de apoyo local – han realizado consultas en el sur de Camerún para informar a las comunidades sobre posibles proyectos REDD. El gobierno de Camerún busca financiamiento del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCCB) del Banco Mundial para establecer estos proyectos que buscan Reducir las Emisiones provenientes de la Deforestación y la Degradación Forestal (REDD).
Durante un taller de la sociedad civil, desarrollado en Yaoundé el 30 de junio de 2010, varias organizaciones de la sociedad civil y pueblos indígenas se reunieron para reflexionar sobre los procesos de consulta y para preparar recomendaciones para una posterior reunión con representantes de los Ministerios gubernamentales pertinentes, que tendría lugar el 1º de julio de 2010.
Las comunidades Baka, Bagyeli y Bakola dejaron muy claro:
1. Que el cambio climático está ocurriendo ahora en sus bosques y que, para detenerlo, los países industrializados deben dejar de contaminar, lo cual significa que cualquier protección para los bosques no debe realizarse por medio de mecanismos de mercado (como los créditos de carbono) que permiten que esta situación continúe, ni a través de mecanismos que terminen financiando la explotación industrial (presentada como “manejo forestal sostenible”), las plantaciones industriales (presentadas como “reforestación) y la exclusión de los pueblos locales (presentada como “conservación”).
2. Que ellos temen que los proyectos REDD no los beneficien sino que los excluyan y que beneficien a otros (incluyendo plantaciones industriales, madereros, conservacionistas, comunidades vecinas más poderosas y autoridades locales y estatales). Insisten en que deben ser incluidos equitativamente en la distribución de beneficios, los cuales según su experiencia (por ejemplo, al no recibir parte alguna de las regalías anuales de los bosques), deben ser manejados de forma independiente para que las ganancias realmente lleguen a ellos.
3. Que sus derechos a sus bosques deben ser reconocidos, y que su derecho a ser incluidos en la toma de decisiones debe ser respetado. Los Baka, Bagyeli y Bakola no fueron consultados (como lo establecen los propios procedimientos del Banco Mundial) durante la preparación de la solicitud de financiamiento REDD por parte de Camerún al Banco Mundial.
En conclusión, dejaron claro que: (i) si su derecho al consentimiento libre, previo e informado no se respeta; (ii) si sus derechos a su bosque no son reconocidos; y (iii) si no hay mecanismos claros que los incluyan de manera equitativa en la distribución de los beneficios que deberían generarse en cualquier proyecto REDD, entonces ellos no aceptarán REDD.
Los pueblos del bosque y las organizaciones de la sociedad civil reunidos en el taller de la sociedad civil, cuestionaron si REDD, en su forma actual, puede: (i) ayudar a resolver el problema del cambio climático; (ii) ayudar a asegurar los derechos de los pueblos del bosque a sus tierras; o incluso (iii) ayudar a todas las comunidades locales (incluyendo los pueblos del bosque) a obtener beneficios de los proyectos REDD. Sugieren que REDD podría simplemente permitir que los países industrializados continúen contaminando, y que los madereros industriales, las plantaciones y las organizaciones conservacionistas tengan un mayor control sobre los bosques.
Los Baka, Bagyeli y Bakola señalan que sus actividades no han dañado a los bosques sino que los han protegido, y aceptarían de buena gana una forma de REDD que los apoyara para seguir desarrollando dichas actividades, pero no una que continúe destruyendo sus bosques y que perpetúe su marginalización.
Fuente:
http://www.forestpeoples.org/documents/africa/cameroon_
press_rel_redd_comm_wshops_jul10_eng.pdf