Una de las principales características de las políticas económicas de Camerún a partir de su independencia ha sido la promoción institucional de las grandes plantaciones industriales. Entre 1971 y 1981 el Estado les adjudicó no menos del 60% de los fondos públicos reservados para el desarrollo agrícola. La característica más importante de estas plantaciones en gran escala era y sigue siendo que están dominadas por apenas unas pocas firmas agroindustriales muy protegidas, oligopólicas y dependientes de tecnologías que exigen grandes inversiones de capital. El establecimiento y la expansión de dichas plantaciones implicaron grandes inversiones (préstamos) y crearon una fuerte dependencia del capital extranjero así como también de la administración y las tecnologías extranjeras.
La iniciativa reciente más importante para la promoción de las plantaciones de palma aceitera es el “proyecto de palma aceitera” de 2001 del Ministerio de Agricultura. Considerado “prioridad nacional”, este proyecto fue lanzado en el marco de una “modernización voluntaria de la agricultura”. Su objetivo es la promoción del desarrollo del sector agroindustrial así como el de las “plantaciones de aldeas”, que es más que nada una forma de subcontratación que beneficia a las agroindustrias y que encarna la “nueva era” de la extensión de la palma aceitera en el país. El objetivo es aumentar la superficie de plantaciones por lo menos 5.000 hectáreas por año con el fin de producir 250.000 toneladas de aceite de palma para 2010.
Sin embargo, en los años 1990 ya existían algunas otras iniciativas. El Estado promovió el desarrollo de las llamadas “plantaciones de aldeas” mediante tres proyectos principales. El proyecto “Pépipalm”, financiado por la Unión Europea y coordinado por el Ministerio de Agricultura, aspira a brindar supervisión técnica y apoyo financiero a una red de viveros privados de plantines de palma aceitera seleccionados. El proyecto instrumentó un sistema de supervisión y controles regulares. En conjunto, estos viveros vendieron a los pequeños plantadores unas 45.000 plantas en 2000, 73.000 en 2001 y cerca de 130.000 en 2002. Otro proyecto es la “Autoridad para el desarrollo del Sudeste” (South West Development Authority, SOWEDA), que promueve diferentes iniciativas de educación técnica rural y supervisión de las plantaciones de aldeas. También está el “Proyecto de polos de desarrollo rural” (Projet Pôle de Développement Rural, PPDR) creado en 1993, cuya atención se centra en la promoción de las plantaciones contractuales en las aldeas.
En la esfera internacional el principal programa de promoción de las plantaciones de palma aceitera resulta de la iniciativa para los “países pobres muy endeudados” lanzada en 1996 por el G7 y administrada por instituciones financieras internacionales. Para poder presentarse en esta categoría el país tiene que cumplir estrictas condiciones, entre las que se destaca la elaboración de un “documento sobre la estrategia general para la reducción de la pobreza” que demuestre cómo se usarán los recursos obtenidos a través de la mitigación de la deuda. En Camerún este documento incluye una sección específica dedicada al sector de la palma aceitera. Su objetivo es aumentar la producción y la productividad de la palma aceitera para cubrir las necesidades nacionales (en déficit) y mejorar la competitividad internacional. La estrategia de desarrollo se basa en: (1) el desarrollo del sector agroindustrial (a través de privatizaciones, aumento de la producción e instrumentación de nuevas relaciones contractuales con los plantadores de las aldeas); (2) el desarrollo del sector de las aldeas (uso de plantines mejorados, educación técnica, aumento de la productividad); (3) la instrumentación de una red de investigación mejorada, principalmente a través del instituto estatal de investigación agrícola para el desarrollo (IRAD), particularmente activo en la producción y selección de semillas de palma aceitera. El Banco Mundial y la FAO son actores clave en la promoción de este programa, en tanto Francia brinda apoyo técnico y financiero sobre todo mediante el Centro de cooperación internacional para la investigación agronómica para el desarrollo (CIRAD). La financiación del programa ha alcanzado unos 6 millones de euros y en 2004 ya se habían plantado por lo menos 8.000 hectáreas de palmeras seleccionadas.
Esta breve revisión de los principales programas que promueven las plantaciones de palma aceitera en Camerún demuestra que el papel del Estado, así como el de los actores internacionales, fue y sigue siendo importante incluso en la era del llamado neoliberalismo no intervencionista.
Por Julien-François Gerber, correo electrónico: JulienFrancois.Gerber@campus.uab.es. Artículo basado en C. Bakoumé et al. (2002), Revue du secteur rural. Rapport palmier, Yaoundé: IRAD/CIRAD/IITA/FAO, y M.-A. Monfort (2005), "Filières oléagineuses africaines", Notes et études économiques, n°23, p. 55–85.