En octubre del año pasado, el gobierno camerunés decidió retomar el proyecto de construcción de una represa hidroeléctrica sobre el río Lom, algunos kilómetros río abajo de su confluencia con el río Pangar, iniciado hace 13 años y suspendido en 1999. El gobierno ha decidido continuar con el proyecto hidroeléctrico de Lom-Pnagar que incluye una presa de 50 metros de altura que inundaría un área de 610 km2 y una planta hidroeléctrica de aproximadamente 50 MW. La primera etapa del proceso incluye la realización de un nuevo estudio de impacto ambiental.
Un presunto “panel de expertos independientes” encargado de controlar y evaluar los estudios ambientales realizados y de transmitir sus opiniones sobre las medidas a tomar, realizó su primera visita a la zona que será afectada por la represa.
La represa produciría impactos sobre ríos que son tributarios del río Sanaga, una cuenca fluvial que aporta más del 90 por ciento de la energía hidroeléctrica del país, y también determinaría inevitablemente la inundación de parte de la Reserva Pangar-Djerem. Esta área, que todavía está a la espera de recibir protección oficial del parlamento camerunés, se convertiría en la reserva más grande de Camerún en la zona límitrofe entre los bosques tropicales del sur y la sabana del norte.
La reserva Pangar-Djerem ya se ha visto afectada por el oleoducto Chad-Camerún, que se extiende 54 kilómetros a través de la reserva propuesta. Algunas partes de la reserva habían sufrido previamente graves impactos, debido a la apertura de una línea férrea entre Belabo y Ngaoundal en 1970, que permitió la incursión de intrusos y su invasión de la zona.
Además del deterioro del paisaje y los perjuicios a la flora y la fauna (chimpancés, elefantes, gorilas, rinocerontes negros, etc.) de una de las zonas menos intervenidas del mundo, la represa afectará a las comunidades que viven en la región, entre ellas pueblos indígenas como los Baka y los Bakola (comúnmente llamados pigmeos) de Camerún, distorsionando seriamente su forma de vida.
El 14 de marzo de 2004 se celebró en todo el mundo el 7º Día Anual Internacional de Acción en Contra de las Represas y por los Ríos, el Agua y la Vida, denunciando que “millones de personas en todo el mundo sufren amenazas graves a sus formas de sustento y sus culturas debido a la construcción de grandes represas. Estos proyectos, supuestamente dirigidos a impulsar el desarrollo, han provocado por el contrario un mayor empobrecimiento, la degradación del medio ambiente y violaciones de los derechos humanos. Se estima que entre 40 y 80 millones de personas han sido forzadas a abandonar sus tierras para dar lugar a las represas. La realidad indica que estos pobladores a menudo han sufrido consecuencias devastadoras en el plano económico, cultural y psicológico”.
Artículo basado en información obtenida de: “Cameroon orders environmental study of dam project”, afrol News, http://www.afrol.com/articles/12138 ; “About Rivers and Dams”, International Rivers Network, http://www.irn.org/basics/ard/