El "éxito" del modelo forestal chileno -basado en monocultivos de pino y eucalipto- se dio por la combinación de la apropiación de los territorios indígenas Mapuche con una despiadada represión. Ahora, aunque el viejo dictador esté detenido en Londres, su sombra está todavía presente en el gobierno elegido democráticamente, el cual parece no poder -o no querer- reparar las injusticias cometidas durante los largos años de la dictadura.
Los Mapuche se han visto forzados a luchas por sus derechos, en particular contra las empresas forestales que recibieron de Pinochet -por centavos- las tierras que por derecho pertenecían a las comunidades indígenas. Las mismas fueron cubiertas de monocultivos forestales y entonces el modelo forestal chileno fue exportado a la región como algo muy exitoso. Pero ahora la supuesta excelencia del mismo está siendo cuestionada como insustentable, tanto del punto de vista social como ambiental. En este escenario, los Mapuche se han convertido en los más importantes actores en la lucha contra el modelo.
"Predio de Forestal Mininco fue ocupado por los Mapuche", "Plantación de Forestal Bosques Arauco tomada por los Mapuche". De este tenor son los titulares que aparecen diariamente en la prensa chilena. La táctica adoptada por los Mapuches es la de ocupar los predios de día y desocuparlos de noche, para regresar al día siguiente a ese u otro predio. En algunos casos han implementado lo que denominan "ocupación productiva", que implica la corta de árboles y la plantación de papa. La represión se ha desatado, como en los viejos -¿y queridos?- tiempos de Pinochet.
El propio Presidente Eduardo Frei mostró un proceder bastante parecido al de su predecesor Pinochet, cuando el líder del Consejo de Todas las Tierras, Aucán Huilcamán, fue arrestado al intentar entregarle una carta durante la vista del presidente a Valdivia, en el sur del país. El incidente ocurrió luego de que la policía impidiera el ingreso de una delegación de representantes Mapuche implicados en la ocupación de predios a un encuentro público presidido por el Presidente. En la carta tan sólo se solicitaba el compromiso del Presidente de tener en cuenta las demandas de tierra de las familias indígenas en el sur de Chile. Como manifestó más tarde Huilcamán: "Esto es una discriminación institucionalizada, en la que se impide participar en un acto público con el Presidente sólo por ser Mapuches". Y agregó: "el proceso de movilización para recuperar las tierras continuará a pesar de todas las acciones de amedrentamiento".
Fuente: Equipo Nizkor, 14/12/99;