La anexión del territorio Mapuche al estado chileno y la imposición de su sistema jurídico sobre todos los pueblos originarios que coexisten en el país, marca un cambio profundo en los modos de vida del pueblo Mapuche. Entre 1881 y 1907, despojada de su territorio, su autonomía y los bienes generados como sociedad agropecuaria, la población Mapuche fue víctima del hambre y de enfermedades que cobraron alrededor de veinte mil víctimas.
Con una experiencia milenaria, el pueblo Mapuche había sabido acumular una riqueza de conocimientos en diferentes campos, entre ellos la salud. El concepto de salud no se encuentra en el repertorio conceptual Mapuche, porque está integrado a todos los fenómenos de la vida misma; es decir, el estar bien, el estar mal, es salud. En cada momento que se vive, por cotidiano que éste sea, se va evaluando el transcurso de la vida. En cada encuentro que se da entre las personas existe un momento para preguntarse por su estado de salud, y así ese encuentro pasa a ser una autoevaluación constante de las personas acerca de sí mismas, de su familia y de su entorno. Estar bien o estar mal consiste en que el individuo como tal esté en equilibrio consigo mismo y con sus pares, su familia, sus seres más cercanos y queridos. También debe estar en equilibrio con su entorno social, cultural, político, ambiental, territorial, religioso y cósmico.
Desde ese concepto integral de la salud, el pueblo Mapuche desarrolló un vasto campo de conocimientos para resolver situaciones de enfermedad, apoyándose en el uso de diversos recursos medicinales obtenidos principalmente del bosque. Pero tanto esos recursos como su acceso a ellos se vieron constreñidos en la medida que la construcción de pueblos, ciudades y carreteras, la extensión de la red ferroviaria y la instalación del latifundio trajeron aparejados un incremento en la explotación de los bosques. La readecuación del territorio a los intereses del estado chileno acabó también con las rutas tradicionales utilizadas por las distintas identidades Mapuche, obstaculizando el intercambio de plantas medicinales desde diferentes entornos ecológicos.
A eso se sumó el desprestigio a que fue sometida la vasta diversidad de especialistas de medicina Mapuche. A lo largo de décadas de intervención, desde las iglesias cristianas y las instituciones de salud se dirigieron verdaderas campañas de desprestigio de los conocimientos indígenas, provocando una disminución de especialistas y una fuerte dependencia frente al sistema de asistencia médica oficial: un sistema discriminatorio, incapaz de satisfacer las necesidades de los sectores más desposeídos y menos aún de Mapuches residentes en zonas rurales, con dificultades de acceso debido a las distancias y con barreras instaladas por el desconocimiento de la diversidad cultural.
No obstante, el pueblo Mapuche, toda vez que pudo, preservó espacios silvestres o ecosistemas naturales que constituían reservorios de su medicina tradicional por contener una amplia gama de plantas de uso medicinal. La recolección se realiza bajo preceptos culturales definidos tradicionalmente por las “leyes del Ad Mapu”, o derecho consuetudinario Mapuche. Desde esta perspectiva, existen lugares que pueden ser utilizados por los seres humanos para vivienda y producción, mientras que otros tienen “ngen” (espíritu dueño que cuida el o los elementos que se le han confiado), y son los espacios sobre los cuales es posible advertir una amplia categorización relacionada con características del suelo, presencia de agua, altura y existencia de determinadas especies, donde el ser humano debe actuar con respeto y reverencia. Si necesita algún elemento debe pedirle permiso al ngen, sacar lo necesario, retribuir con algo y orar por su efectividad.
La existencia de estos espacios es vital para la continuidad de la Medicina Mapuche, porque es allí donde las plantas desarrollan su newen [fuerza o poder] y porque es también en algunos de éstos donde la Machi - la persona encargada de llevar a cabo los rituales terapéuticos y todas aquellas acciones destinadas tanto al conocimiento específico de la enfermedad como a la erradicación de la misma- encuentra los materiales con los cuales elaborar los elementos necesarios para llevar a cabo su papel ceremonial (como el rewe o altar, o instrumentos musicales como el kultrung, cuyo ritmo va marcando las diferentes fases de la lucha contra los agentes que han intervenido en el desencadenamiento de la enfermedad).
En las últimas décadas, la consolidación del modelo neoliberal ha impulsado un modelo de crecimiento económico asentado en la depredación del ambiente y la exclusión de diversos sectores sociales. En lo que hace a la población Mapuche y su medicina, esto ha implicado una disminución considerable de sus recursos terapéuticos, al punto del exterminio de algunas especies.
Uno de los agentes principales de esta depredación ha sido la expansión de las empresas forestales, que se fueron introduciendo en los territorios Mapuche aprovechando las condiciones generadas por la dictadura de Pinochet. Durante la misma, no solamente se promovió la transferencia de tierras a empresas privadas sino que también se otorgaron títulos de propiedad individual a los comuneros, con el afán de desarticular el sistema comunitario y permitir la venta de tierras a no mapuches, amparando engaños y abusos.
Las empresas forestales explotaron numerosos bosques nativos y luego los sustituyeron con plantaciones de pinos y eucaliptos, especies de mayor rentabilidad por su rápido crecimiento. En una verdadera invasión forestal, las plantaciones se extendieron a otros tipos de espacios, como mallines [ambientes húmedos poblados con gramíneas naturales], pajonales y vegas [pastizales en zonas de agua], utilizados tradicionalmente para cultivos agrícolas. Las extensas plantaciones en las inmediaciones de las comunidades provocan, por un lado, una gran disminución de los cursos de agua, aridez de los suelos, el exterminio de un gran número de especies medicinales. Por otro lado, en muchas zonas y como consecuencia de las fumigaciones aéreas para el control de organismos que afectan a las plantaciones, se produce contaminación de las aguas e impactos sobre los árboles frutales, las plantas medicinales que han logrado sobrevivir y los cultivos. También han desaparecido animales, aves e insectos que mantenían el equilibrio ecológico. Todo ello ha provocado trastornos en la salud de las personas y de los animales domésticos, con un grave deterioro en la economía de las familias Mapuche.
El exterminio de plantas en muchas comunidades Mapuche y la dificultad de acceder a ellas, se ha convertido actualmente en un tema recurrente en los discursos de las Machi, quienes ven obstaculizado su trabajo:
"Los remedios de la tierra son muy importantes, pero ya no existen, los ha exterminado el wingka [“el otro”, el blanco] a fuego, además le ha plantado pino, le ha plantado eucaliptos, por eso los remedios se acabaron, ya no hay lawen [plantas], se han terminado" (Machi de Rüpücura).
Desde la llegada de los españoles, el pueblo Mapuche ha visto su mundo trastocado por completo y ha debido adaptarse a circunstancias adversas en sus comunidades, siendo incluso expulsado a los cinturones de las ciudades, que concentran actualmente la mayor parte de la población. Sin embargo, los Mapuche siguen generando mecanismos de resistencia que preservan sus características culturales, lingüísticas, políticas y religiosas.
Frente a la invasión forestal en sus territorios, que está acabando con los recursos medicinales a la vez que agudizando los problemas de salud por la contaminación, los Mapuche defienden su espacio territorial y expresan con firmeza sus demandas, enfrentando a menudo la fuerza represiva.
Artículo elaborado en base a información obtenida de: “Intervención Externa Y Medicina Mapuche”, Ivonne Jelves Mella, Centro de Documentación Mapuche, http://www.Mapuche.info/mapuint/jelvesMella030325.html; “Propuesta para una política de salud en Territorios Mapuche”, Unidad de Salud con Población Mapuche, Servicio de Salud Araucanía Sur, Equipo Mapuche de Cogestión en Salud, http://www.Mapuche.info/mapuint/sssmap020400.pdf