Chile: la explotación de los trabajadores forestales

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En Chile el sector forestal ha alcanzado un enorme desarrollo, básicamente gracias a los recursos que el estado le ha asignado y al agresivo comportamiento de las empresas, que han actuado ignorando por completo a la gente y al medio ambiente, determinando de ese modo la desaparición de poblados, la apropiación de territorios tradicionales pertenecientes a los Mapuche y la deforestación de vastas zonas para dar lugar a la plantación de monocultivos de pino y eucalipto. Podría pensarse que ese "desarrollo" por lo menos habrá traído bienestar a los trabajadores empleados en el sector. Sin embargo la realidad muestra un panorama diferente.

Jorge González, Presidente de la Federación Chilena de Trabajadores Forestales, señala que sólo entre el 25% y el 30% de los 120.000 trabajadores empleados en el sector forestal en Chile tienen un trabajo permanente. La situación de quienes trabajan directamente en las plantaciones es que un 75% a 80% trabaja sobre la base de contratos temporarios, sufriendo una continua inestabilidad laboral y explotación. Los hacheros y motosierristas trabajan durante períodos breves y se les paga de acuerdo con estándares de productividad establecidos por las propias empresas. El hecho conlleva dos consecuencias negativas para los intereses de los trabajadores. Una es que el riesgo de accidentes aumenta, dado que los operarios tratan de cortar tanta madera como sea posible durante largas jornadas de trabajo, en detrimento de su propia seguridad. El porcentaje de accidentes en el sector es comparativamente alto, habiendo alcanzado la cifra del 15%. La seguridad social no siempre cubre los riesgos de accidente, en tanto que las inspecciones a nivel oficial no son lo suficientemente efectivas como para asegurar adecuadas condiciones laborales. Por otro lado, la sindicalización de trabajadores temporarios se hace difícil, dado que su prioridad es la estabilidad laboral y éstos saben que las empresas no ven con buenos ojos a los trabajadores afiliados al sindicato, los cuales son percibidos como una potencial amenaza.

Debe agregarse entonces un nuevo punto a los verdaderos costos sociales y ambientales del modelo forestal chileno: el de la explotación de sus trabajadores, que va unido al enriquecimiento de un restringido grupo de empresas y a la destrucción de los recursos naturales del país. Al mismo tiempo, la visión crítica que tienen los trabajadores forestales sindicalizados indica que puede incorporarse una nueva fuerza para ampliar aún más la coalición ciudadana que enfrenta este modelo depredatorio y que está proponiendo nuevas alternativas.

Artículo basado en información obtenida de: Entrevista a Jorge González, Presidente de la Federación Chilena de Trabajadores Forestales, realizada por Carlos Rivera y publicada por RENACE, Boletín Bosques Alerce, No. 4, Otoño de 2000.