Chile: persiste el conflicto mapuche

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El pueblo mapuche, que habita mayormente en la zona sur de Chile, ha sido históricamente víctima de la exclusión social y cultural. La invasión de sus territorios por grandes compañías forestales -con el apoyo del estado- ha tenido como resultado la destrucción de vastas superficies de bosques y su sustitución por monocultivos de pino y eucalipto. Recientemente los mapuche han incrementado sus luchas en demanda de efectivas soluciones al estado chileno, que tras décadas de completa indiferencia en relación con este conflicto ahora ha reaccionado mediante una combinación de represión y ayuda caritativa. Un denominado programa de desarrollo para el combate de la pobreza en las comunidades indígenas mapuche, aprobado en agosto de este año, ha sido fuertemente criticado por parte de representantes indígenas (ver Boletín nro. 26 del WRM).

Violencia física, amenazas, sobornos, procedimientos delictivos, detenciones arbitrarias son algunos de los medios que han venido siendo utilizados por cuerpos armados y compañías forestales para intimidar a los mapuche. Un trabajador de Forestal Mininco recientemente admitió haber sido sobornado para formular una acusación falsa contra un grupo de mapuches en relación con actos vandálicos contra la propiedad en perjuicio de Mininco. Los líderes mapuche de la comunidad de Cuyinco, actualmente encarcelados en Lebu, han denunciado malos tratos y reclaman la inmediata liberación de todos los presos políticos mapuche. Asimismo vienen realizándose diversas acciones directas de resistencia en diferentes localidades del sur de Chile.

Su lucha ha ganado en fuerza y organización. Si bien se ven enfrentados a un enemigo poderoso, los mapuche han dejado bien claro el propósito de recuperar sus territorios tradicionales, dado que es ésta la única garantía que les posibilitará vivir de acuerdo con su cultura, en armonía con el entorno. El conflicto mapuche no sólo ha permitido que la opinión pública conozca la verdadera situación que está pasando este pueblo, sino que también ha colaborado a desenmascarar el estilo de desarrollo forestal chileno, exportado a otros países de la región como un modelo a ser copiado, mientras que en realidad se basa en la depredación de la naturaleza y la explotación de las comunidades locales.

Fuentes: Susana Gentil, 10/9/99,
Darío Jana, 29/9/99.