Son casi diez años de tentativas por parte de un grupo de bancos, empresas, gobiernos y ONGs para mostrar al mundo que el REDD+ es un buen mecanismo para combatir los cambios climáticos.
Buscando aprender en WRM sobre las políticas REDD+ que han sido diseñadas y sobre los muchos proyectos experimentales que han sido implementados, vemos, sin embargo, un mecanismo cada vez fracasado y que sufre muchas contradicciones (ver más información sobre el REDD+ en la página del WRM).
A pesar de esto, REDD+ será una pieza fundamental del nuevo acuerdo global sobre el clima que los gobiernos están comenzando a discutir en este momento en Lima, Perú, con la previsión de que el mismo será concluido en 2015 en París. El nuevo acuerdo busca contar con más fondos del Banco Mundial y de agencias de cooperación de la mayoría de los gobiernos del Norte para cambiar legislaciones forestales de los países con bosques tropicales, y así adecuarlas a una lógica de mercado para REDD+.
Motivos suficientes para que el WRM, junto con un grupo de organizaciones y redes mundiales, hiciese un llamado a la acción, destacando la necesidad de luchar no solamente contra REDD+, sino también contra las industrias de extracción de petróleo, gas y minerales que se benefician especialmente de REDD+, además de luchar contra el capitalismo global.
Este es un buen momento también para enumerar algunas de las principales contradicciones más graves del mecanismo REDD+:
1 - Por un lado, los promotores del REDD+ afirman que las comunidades no se verán afectadas negativamente por los proyectos REDD+, ya que todos los proyectos serán llevados a cabo en base al principio del consentimiento libre, previo e informado. Por otro lado, los proyectos de reducción de emisiones de carbono en bosques ya implantados fueron diseñados y definidos por los técnicos de las empresas/ONGs de carbono que promueven los proyectos, sin darles a las comunidades la información necesaria y completa y sin consultarles sobre si querían o no transformar su bosque en un ‘depósito’ de carbono forestal. Para agravar la situación, los proyectos suelen conllevar la criminalización de las comunidades, además de afectar la soberanía alimentaria, el control del territorio y la autonomía de las mismas.
2 - Por un lado, los promotores de REDD+ justifican sus proyectos culpando el modo de vida de las comunidades que dependen de los bosques tropicales de ser el principal responsable de la deforestación. Por otro lado, estos promotores le dan un papel secundario a las verdaderas causas, de las cuales son responsables las empresas e instituciones financieras que están detrás de la construcción de represas hidroeléctricas, de la agricultura industrial, de actividades en gran escala de minería, de la extracción de gas y petróleo, etc. Para empeorar las cosas, esas empresas son las que más se benefician con los proyectos REDD+ mediante la compra de créditos de carbono y por el hecho de que los proyectos les garantizan una imagen “verde”.
3 - Por un lado, los promotores de REDD+ le dicen a las comunidades que viven en el área de un proyecto que ‘conservar’ carbono en su bosque contribuye con la reducción de la contaminación del aire y el impacto de los cambios climáticos a nivel global. Por otro lado, no les dicen a las mismas comunidades que el carbono ‘conservado’ en el bosque le da el derecho a las grandes industrias contaminantes de continuar emitiendo más carbono en la atmósfera, y que eso, con el tiempo, agravará mucho más los cambios climáticos, afectando incluso a los bosques tropicales. Por el contrario, los promotores de los proyectos fuerzan a las comunidades –que casi no emiten carbono- a cambiar sus modos de vida, mientras que garantizan que el “modo de vida” de las grandes empresas de países industrializados pueda continuar con REDD+.
4 - Por un lado, los promotores de REDD+ gastan más de la mitad del dinero de los proyectos en consultores para hacer más y más cálculos de las cantidades de carbono que estarían supuestamente presentes hoy y en el futuro en el bosque del área del proyecto. Por otro lado, estos cálculos no son confiables, y lo que es peor: desvían todavía más la atención de las causas reales del calentamiento global.
5 - Por un lado, los promotores de REDD+ afirman que la reforestación, o sea, la plantación de árboles, puede ser también considerada como un proyecto REDD+ porque aumenta la superficie de ‘bosques’ en el mundo y la ‘conservación’ de carbono. Por otro lado, dicha reforestación se hace mediante la implantación de grandes monocultivos de eucalipto para abastecer fábricas de celulosa, con manejo industrial y mecanizado y un ciclo corto de 6 años y con un alto uso de agrotóxicos y fertilizantes químicos en base a petróleo.
6 - Por un lado, los promotores de REDD+ afirman que la agricultura puede ser ‘inteligente para el clima’. Por otro lado, éstos sugieren poner la ‘inteligencia’ en práctica con la agricultura industrial que usa semillas transgénicas plantadas en forma de monocultivos a gran escala y con una fuerte dependencia del petróleo.
7 - Por un lado, una empresa de energía de un país industrializado de Europa o de América del Norte que haya comprado créditos de carbono de un proyecto REDD+ afirma que tiene documentos que comprueban que es la dueña del carbono que estaría presente en una determinada área de bosque. Por otro lado, ese bosque está a miles de kilómetros de distancia de ese supuesto ‘dueño del carbono’ sin que esta empresa tenga la más mínima noción ni conocimiento sobre el lugar donde ‘su carbono’ está ‘conservado’ o sobre quiénes tengan sus raíces en ese territorio desde hace muchas generaciones.
8 - Por un lado, el gobierno de Noruega le da un apoyo multimillonario al del Brasil para reducir las emisiones de la deforestación. Por otro lado, ese mismo gobierno noruego acaba de anunciar que su empresa estatal Statoil va a perforar nuevos pozos de petróleo en el mar brasileño y, por lo tanto, se aumentará todavía más el carbono en la atmósfera, y también aumentarán sus ganancias - que exceden altamente el monto otorgado al gobierno de Brasil y de otros países tropicales para “reducir la deforestación”.
9 - Por un lado, los promotores de REDD+ lograron que en los últimos años se gastara mucho tiempo y dinero en una causa secundaria de los cambios climáticos: la deforestación y degradación forestal. Por otro lado, los gobiernos gastaron poco tiempo y dinero en enfrentar el problema principal. Para empeorar la situación, eso no ocurre por desconocimiento sobre lo que de hecho resolvería el problema: dejar el petróleo, el carbón y el gas bajo el suelo.
10 - Por un lado, los promotores de REDD+ afirman que solo será posible salvar los bosques tropicales si la humanidad hiciera uso de mecanismos como REDD+ y estableciera el precio de la naturaleza. Por otro lado, para las comunidades que dependen de los bosques, estos bosques tienen valores inconmensurable, por lo tanto, es imposible ponerle un precio a aquello que las comunidades indígenas acostumbran definir como sagrado.
¡Ahora falta que usted tome la difícil decisión sobre cuál de éstas sería la mayor contradicción de REDD+!