Según la FAO, detener la deforestación no es un asunto político, ni social, ni ambiental: es sólo una cuestión de definiciones.
Como prueba de lo antedicho, la FAO acaba de publicar un informe (1) que demuestra que nosotros y muchos otros estábamos completamente equivocados: ¡la deforestación en Asia no sólo no está sucediendo sino que los bosques en realidad se expandieron durante la última década! El informe dice: “Asia, que tenía una pérdida neta [de área boscosa] en la década de 1990, presentó una ganancia neta de bosques en el período 2000-2010”. ¡Aleluya!
¿Cómo sucedió este milagro? Bueno, en primer lugar no es un milagro (es un fraude), y en segundo lugar no sucedió (es una mentira). Como agrega el informe de la FAO, la “ganancia neta de bosques” se debió “principalmente a la forestación en gran escala notificada por China”. Esto significa que dichas plantaciones “notificadas por China” – y definidas como “bosques” por la FAO – pueden contrarrestar “las altas tasas de pérdida neta de bosques en varios países del sur y sureste asiático”.
Como se dijo al principio, es sólo una cuestión de definiciones. Según los “expertos” de la FAO, cualquier zona cubierta de árboles es un “bosque”. Esto significa que si los bosques son destruidos – como lo han sido ciertamente – en Indonesia, Malasia, Laos, Camboya, India, etc., la superficie de bosque no habrá cambiado en Asia si se planta un área similar con monocultivos de árboles en otro país asiático: en este caso, China.
Pero el problema no se limita a Asia. La FAO sostiene que “La plantación de árboles a gran escala está reduciendo notablemente la pérdida neta del área del bosque a nivel mundial.” “La variación neta en el área de bosque para el período de 2000-2010 se estima en -5,2 millones de hectáreas por año (una superficie de aproximadamente la dimensión de Costa Rica), inferior al nivel de -8,3 millones de hectáreas por año en el período 1990-2000.”
Bajo este enfoque fraudulento, todos los bosques del mundo podrían ser destruidos y sustituidos por monocultivos de árboles (eucaliptos, pinos, acacias, palma aceitera, caucho) y el “área neta de bosque” no habría cambiado. Como resultado de ello, ¡la FAO podrá finalmente anunciar la buena nueva de que la deforestación ha sido detenida!
Dado el número creciente de personas y organizaciones que cuestionan la definición poco científica de “bosque” de la FAO, y la oposición cada día mayor a los monocultivos de árboles a gran escala, otra organización entró en escena para dar apoyo tanto a la FAO como a las empresas de plantación: el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Este movimiento no sorprende a nadie, dado el papel desempeñado por el WWF en procesos favorables para las empresas como la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible, la Mesa Redonda de Soja Responsable, la Acuicultura Sostenible y en la certificación de plantaciones de árboles por el Consejo de Manejo Forestal (FSC).
Si bien es difícil ver de qué forma la fauna y flora silvestres que, supuestamente, el WWF está protegiendo – representadas por el carismático oso panda que dicha organización utiliza como logo – podrían beneficiarse con los monocultivos de árboles, el hecho es que el WWF está dirigiendo y coordinando un proceso llamado “Proyecto de Plantaciones de Nueva Generación” (2, 3). Los participantes son empresas de plantación muy conocidas, como Forestal Oriental (subsidiaria en Uruguay de la finlandesa UPM/Kymmene), Mondi (Sudáfrica), Portucel (Portugal), Smurfit Kappa Cartón de Colombia (empresa irlando-neerlandesa que opera en Colombia), Stora-Enso (sueco-finlandesa), UPM Kymmene (Finlandia), así como el Departamento Forestal de Sabah (Malasia), la Administración de Bosques del Estado de China y la Comisión Forestal del Reino Unido.
Lo que el WWF está haciendo en realidad es promover la expansión de los monocultivos de árboles y ayudar a limpiar la larga – y bien documentada – historia de actividades destructivas, pasadas y presentes, de las empresas y organizaciones involucradas en este proyecto. Al mismo tiempo, está ayudando a la acosada FAO, al seguir definiendo las plantaciones de árboles como “bosques plantados”, debilitando de esta manera la creciente exigencia de la sociedad civil de que se cambie una definición que tanto ha servido a las empresas de plantación para ocultar la verdadera naturaleza negativa de dichos monocultivos.
Dice la leyenda que el matemático, físico y filósofo italiano Galileo Galilei murmuró la frase “Eppur si muove”, que significa “Y sin embargo, se mueve”, luego de ser obligado a retractarse ante la Inquisición, en 1633, de su creencia de que la Tierra se mueve alrededor del sol. De manera similar, esperamos que se pueda oír a algunos funcionarios serios de la FAO y activistas honestos del WWF murmurando: “Y sin embargo, las plantaciones no son bosques”.
Fuentes:
(1) http://www.fao.org/forestry/static/data/fra2010/KeyFindings-es.pdf
(2) http://assets.panda.org/downloads/newgenerationplantationsreport2009.pdf
(3) http://www.panda.org/what_we_do/footprint/forestry/sustainable
_plantations/newgenerationplantations/