Los integrantes de Project Underground, nos sentimos profundamente afectados y entristecidos por los violentos ataques a la vida humana y a las posibilidades humanas en Nueva York, Virginia y Pennsylvania. Nuestra organización condena y deplora la transformación de decenas de seres humanos en armas para matar miles de personas y aterrorizar a millones. Compartimos el sentimiento de indignación, miedo y pérdida que despiertan estos ataques y hacemos presente nuestra más profunda condolencia por los muertos y heridos, y nuestra solidaridad con todos aquellos que no tendrán a su lado a sus seres queridos esta noche.
Las últimas víctimas de la violencia y el terror sin sentido no están solas. A través de nuestro trabajo nos hemos unido a aquellos que han visto morir a sus seres queridos, que han experimentado el terror en muchas formas, que han visto sus ciudades arder ante sus ojos, y que han visto derrumbarse sus culturas ante el peso aplastante de la violencia. Hemos estado a su lado cuando exigieron justicia; y siempre nos han recordado que su situación no es muy diferente de la nuestra. Mientras ahora buscamos a nuestros propios seres queridos, mientras enfrentamos el terror y la violencia en nuestras propias ciudades, percibimos nuevamente la verdad de esta afirmación.
Hoy nuestra sociedad es presa del miedo. Pero lo más preocupante es que habrá quienes intentarán usar ese miedo para infringir una nueva ola de terror. Nos causan horror aquellos que tras la tragedia de hoy solo pueden hablar en términos de dólares y centavos. Observamos como los operadores mercantiles se refugian en la "seguridad" del petróleo y del oro y eso nos recuerda que esta "seguridad" ha sido comprada con la sangre de las comunidades con las que nosotros trabajamos.
Nos produce dolor y consternación que algunos puedan usar este día sangriento como el pretexto para un odio mayor o para reducir las libertades. Exhortamos a todos a no dirigir su ira hacia las comunidades étnicas o religiosas. A quienes podrían aumentar el poder del racismo o el poder de controlar el disenso político después de esta tragedia no se les debe permitir que tengan la posibilidad de hacerlo.
Nos embarga un profundo temor ante el impacto que podrían tener los ataques militares revanchistas y la escalada militar que podría resultar de una respuesta militar de los Estados Unidos. Nunca antes ha estado tan claro para el pueblo de los Estados Unidos de América que el sufrimiento sin sentido infligido a civiles por medio de ataques aéreos es moralmente inaceptable.
Lamentablemente, todas nuestras preocupaciones se ven reforzadas por las conexiones tan estrechas que existen entre los funcionarios de las máximas jerarquías del Gobierno de los Estados Unidos y la violenta represión de las comunidades con las que trabajamos. Sinceramente esperamos que las distintas fuentes de fortaleza del pueblo de esta tierra y la solidaridad entre ellos demuestren que son lo suficientemente poderosas para impedir que nuestros miedos se usen para crear una nueva ola de sufrimiento.
Project Underground, Berkeley, California, 11 de setiembre de 2001.