Un informe recientemente publicado acerca del sector forestal en Gabón confirma la existencia de una negativa tendencia que está llevando a la destrucción de los valiosos bosques primarios del país a manos de un puñado de empresas extranjeras (ver Boletín 28 del WRM). El informe en inglés titulado "First Look at Logging in Gabon" ("Primera visión sobre el madereo en Gabón") y publicado por el World Resources Institute (WRI) como parte de su nueva iniciativa Global Forest Watch (GFW), de la que forman parte varias ONGs gabonesas, revela que más de la mitad de la selva del país ya ha sido otorgada en concesión y que estas áreas han pasado a más del doble en los últimos cinco años. En 1997, 221 empresas e individuos usufructuaron concesiones madereras, pero tan sólo 13 compañías se beneficiaron del 50% del área total. Según este informe, los cinco concesionarios mayores son las empresas europeas Rougier-Gabon, La Compagnie Forestière du Gabon (CFG), Leroy-Gabon, La Compagnie Equatoriale des Bois (CEB) y Lutexfo/Soforga. La presencia de una empresa alemana y varias malasias había sido previamente reportada (ver Boletín 28 del WRM). Greenpeace ha informado que en 1991 más de las tres cuartas partes de la selva gabonesa -que todavía cubre el 85% de la superficie total del país- ya había sido otorgada en concesión a diferentes madereras. China y Francia son los principales mercados de exportación de la madera rolliza proveniente de Gabón.
El informe señala que la industria maderera de Gabón es vulnerable a las variaciones de mercado dado que depende de tan sólo una especie forestal -el okoumé (Aucoumea kleineana)- que se encuentra exclusivamente en un área reducida de la Cuenca del Congo: Gabón y partes del Congo y Guinea Ecuatorial. Si bien esta madera noble ha sido utilizada en importantes trabajos de construcción en el Norte -tales como la Librería Nacional de París y el Tren Eurostar- se exporta mayormente para producir madera compensada.
Si bien el informe entiende que la nueva Ley Forestal, propuesta en 1997, ofrece una oportunidad para rectificar los problemas que enfrenta el sector forestal mediante el establecimiento de nuevos estándares para un mejor manejo de los recursos naturales, en realidad la legislación para combatir el madereo ilegal es débil. Además, las normas de protección son pobremente implementadas y puestas en práctica por un gobierno que adolece de carencias desde el punto de vista financiero, de recursos humanos y logístico. Por ejemplo, la Ley Forestal establece que los Bosques Clasificados deben ser regulados mediante un plan de manejo, pero los trámites y regulaciones vinculados con dicho plan todavía no han sido definidos. De hecho en 1999 sólo cinco de entre más de 200 madereras habían comenzado -o estaban planeando empezar- a confeccionar un plan de manejo. En 1997 sólo se disponía de 100 funcionarios para monitorear e inspeccionar 322 concesiones de madereo, que cubrían 86.000 kilómetros cuadrados. Es difícil imaginarse cómo este tipo de control puede resultar una herramienta efectiva para proteger uno de los ecosistemas forestales más valiosos y extensos todavía existentes en el mundo, amenazado por fuerzas de mercado exógenas, que lo ven como una mera fuente de madera rolliza abundante y barata.
Artículo basado en información obtenida de: Dharman Wickremaretne, AFEJ, 10/6/2000; "Poor implementation of Gabon's forest legislation" por Filip Verbelen; Greenpeace.