Tradicionalmente, la palma aceitera siempre formó parte de la cultura de las comunidades de África occidental y central, que la plantaron en sus tierras y recogieron sus frutos, hojas y savia. Procesaban los frutos para obtener aceite de palma para su uso doméstico, o para venderlo en los mercados locales para la producción de vino de palma (ver el documento de información del WRM: “Oil palm in Africa: past, present and future scenarios”,http://wrm.org.uy/countries/Africa/Oil_Palm_in_Africa.html).
Pero la demanda internacional de aceite de palma – y, más recientemente, de agrocombustibles – ha traído a África capitales ávidos de tierras donde realizar plantaciones de palma en vastas extensiones. Y los gobiernos están abriendo las puertas a dichas corporaciones, lo cual hace que las comunidades pierdan sus derechos territoriales.
En Gabón, la organización Brainforest alertó que las nuevas autoridades gabonesas estaban dando grandes áreas en concesión a la compañía singapurense Olam. La tierra ancestral se está vendiendo a bajo precio, violando los derechos de los pueblos, para realizar grandes monocultivos de palma aceitera, siendo éste uno de los negocios de dicha corporación mundial, que comercializa 20 productos agrícolas e ingredientes alimentarios como proveedora de la cadena de producción agro-industrial.
Brainforest ha lanzado una campaña de firmas para detener las plantaciones industriales de palma aceitera de Olam, en el sitiohttp://www.brainforestgabon.org/news_fiche.php?id=16#.UAbg4aDs3KT.
Otra organización gabonesa, Attac Gabón, publicó el pasado 5 de junio un comunicado de prensa (1) donde denuncia que el fracaso de las negociaciones internacionales sobre el cambio climático y la mercantilización de la crisis climática por medio de falsas soluciones – como el concepto de “economía verde” – terminará arruinando la estructura sociocultural de las comunidades y socavando la soberanía de los países.
Según el comunicado, “en Gabón, el fenómeno toma proporciones vertiginosas cuando se considera que ya se están vendiendo más de 300.000 hectáreas a transnacionales. Es necesaria una movilización general para hacer valer el derecho de las comunidades a disponer de su tierra”.
FERN (2) ha informado que el 8 de junio, unos 40 activistas de la sociedad civil, entre los cuales estaba Marc Ona Essangui, director de Brainforest y ganador del Premio Goldman (una especie de “Premio Nobel Verde”), fueron arrestados en Gabón por haber organizado el “contra-Foro”. El evento – prohibido por las autoridades gabonesas – apuntaba a mostrar, durante el New York Forum Africa que allí se realizaba, la corrupción y la falta de democracia y de responsabilidad reinantes en ese país de África central, rico en petróleo. Los problemas que se plantean son las cuestiones de tenencia de la tierra, la expulsión de comunidades locales de la provincia de Woleu Ntem, y la apropiación de tierras por parte de las compañías palmícolas.
Debido a la presión internacional, el gobierno propuso liberar a Ona el mismo día, pero éste se negó a salir a menos que lo hicieran todos los que habían sido arrestados. Finalmente, todos los detenidos fueron liberados.
(1) Notre terre, leur Business !, Attac Gabon, comunicado de prensa del 5 de junio de 2012, http://www.facebook.com/notes/attac-gabon/notre-terre-leur-business-communiqu%C3%A9-de-presse-dattac-gabon/10150840486325069
(2) EU Forest Watch Número 172, junio de 2012, FERN,http://www.fern.org/sites/fern.org/files/FW%20172%20june%202012%20for%
20website.pdf