Guinea Ecuatorial es un país rico en bosques, y sus valiosas especies (Okoumé, Ilomba, Andouk) han atraído a la industria maderera, en especial desde comienzos de los años 90. La mayor parte del país, aproximadamente 2,2 millones de hectáreas, está cubierta por bosques, que proporcionan sustento a entre 80 y 90% de la población, que obtiene en ellos leña, alimentos, medicinas, materiales de construcción y otros productos.
El madereo industrial ha aumentado rápidamente desde mediados de la década del 90, a tasas que se consideran insustentables. Como se menciona en el boletín 46 del WRM, el madereo comercial está prohibido en la Isla de Bioko (debido a sus altos niveles de biodiversidad) pero no se han tomado medidas similares en el continente (Río Muni), donde aproximadamente 1,5 millones de hectáreas de bosques productivos fueron adjudicados a concesiones de madereo industrial.
Los bosques de Guinea Ecuatorial se dividen en dos dominios: bosques conservados (áreas protegidas) y bosques productivos. Estos últimos están integrados por parcelas de bosques (pequeñas áreas de bosques primarios o secundarios ubicados dentro de las granjas), bosques comunitarios (otorgados en forma permanente a las comunidades locales debido a sus derechos tradicionales) y bosques nacionales, que pertenecen al estado y son explotados en sociedad con las compañías privadas. En realidad, la mayor parte del 1,5 millón de hectáreas de bosques productivos fue adjudicada como concesiones de madereo industrial.
En la región continental del país existen actualmente 80 concesiones de madereo que son explotadas por varias compañías de distintos países como Malasia, España, Francia, Corea, El Líbano o China. Sin embargo, ha habido un cambio muy significativo en la participación extranjera en el madereo. Hasta la década del 90 la mayoría de las compañías eran principalmente propiedad de capitales españoles; ahora en cambio, las compañías asiáticas se han vuelto dominantes. Entre éstas, una subsidiaria de la compañía malaya Rimbunan Hijau, Shimmer International, realiza actualmente la mayor parte del madereo del país, según se dice gracias a sus fuertes vínculos con el hijo del Presidente, que es casualmente el Ministro de Bosques.
Además, esta compañía malaya ha sido acusada de ser “una de las peores del mundo”. En el estudio de Richard Wilcox ("Asian Economies Fuel Forest Meltdown", publicado en The New Observer), se plantea que Rimbunan Hijau Ltd. se ha convertido en una de las compañías madereras más despiadadas del mundo por su incumplimiento de la legislación y normativas nacionales, violaciones a los derechos humanos e incumplimiento de obligaciones contractuales". Esta compañía está explotando bosques no sólo en Malasia sino también en Brasil, Rusia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Vanuatu y varios países de África Central.
La predominancia de las empresas madereras asiáticas por sobre las europeas también se refleja en las cifras de exportación. Hasta 1992, Europa era el destino del 85% de la producción maderera, pero desde mediados de los años 90, Asia se ha transformado en el principal destino de la exportación de madera del país. En 1994, el 54% de la madera exportada iba mayoritariamente a Japón y en menor medida a China. Por otra parte, Europa es prácticamente el único destino de los productos de madera procesada.
El cumplimiento de los requisitos legales es virtualmente inexistente en el madereo comercial. Por ejemplo, la producción total de madera trepó a 760.000 metros cúbicos por año en 1997 mientras que el límite legal se ubicaba en 450.000 metros cúbicos. Otra clara violación de la ley se refiere al procesamiento de madera dentro del país. Aunque legalmente los concesionarios están obligados a procesar el 60% de su producción, en la práctica la mayor parte de la madera de Guinea Ecuatorial todavía se exporta como troncos sin procesar.
En resumen, los ricos bosques de Guinea Ecuatorial están siendo destruidos, privando así de sus fuentes de sustento a los pueblos locales en beneficio de unas pocas compañías madereras transnacionales y élites locales.
Artículo basado en información obtenida de: Forests Monitor, “Sold down the river. The need to control transnational forestry corporations: a European case study”, marzo de 2001.